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Enredos en bici

19 de Agosto 2018
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En abril viajé a Jalisco Talent Land porque Rodada 2.0 acreditó como un proyecto que genera impacto social, y en una segunda ronda me invitaron a compartir una ponencia. Me pareció idóneo reservar en la famosa plataforma dedicada a ofrecer alojamiento a particulares y empresas turísticas, porque yo quería experimentar eso que tanto pregona: un buen costo y sentirme como en casa, pero con anfitriones locales.

Lamentablemente, en mi caso no fue así, dado que la persona con la que reservé y que se describía como ciclista –sí, yo quería convivir con una ciclista local de Guadalajara– nunca se presentó a recibirme. En realidad se dedicaba a rentar una gran casa como si ella viviera ahí, aunque el inmueble estaba habitado por otros huéspedes que también reservaron con la misma idea que yo.

¿Cómo fue esto posible? Porque todo lo resolvimos por Internet, y aun así, cuando decidimos dejar de comunicarnos vía la plataforma de reservas, intercambiamos números telefónicos y todo lo fuimos resolviendo vía WhatsApp. Lo peor fue cuando pregunté a mi “anfitriona” por locales cercanos para buscar alimentos, y no supo explicarme, ya que sus referencias se limitaban a lo que ella solía transitar en coche.

No obstante, ante su desconocimiento intentó “apoyar” y su sugerencia fue que descargara cierta app con la que yo podía conocer las rutas del transporte público y guiarme. La referencia fue insuficiente. En esa ocasión, yo llevé en el autobús mi bicicleta plegable; tenía el tiempo y el ánimo de conocer la ciudad en la medida de lo posible en bici. Ese momento me recordó cuán dependientes podemos ser del Internet, y también cuán vulnerables.

¿Cómo sé que ella sí era mujer y ciclista? Nunca nos conocimos. Ambas confiamos en nuestro perfil en línea y en las validaciones que la plataforma nos refirió a cada quien. Sin embargo, ante su anonimato sé que crucé palabras con otras personas reales en dicha casa. ¿Cómo me constaba a mí que esos otros huéspedes eran personas de bien si yo no conocía sus perfiles? Sí, suena paranoico, pero para mí es un claro ejemplo de cómo Internet ha cambiado nuestras interacciones.

Respecto a mi deseo de rodar en Guadalajara en mi bici, la solución también la encontré en Internet, aunque poco a poco, pues a diferencia de la Ciudad de México, en esa ciudad no hay Google Maps for Bikes; afortunadamente, el colectivo Guadalajara en Bici tiene en su página web un mapeo de las posibles ciclorrutas que puedes usar, y si bien aún es insuficiente, es una gran herramienta para quienes desconocemos su ciudad. Y por cierto, MIBICI, el sistema de bici pública de dicha entidad, también me auxilió vía Twitter.

Cuando viajé con mi amiga Ángeles con el fin de ir a una rodada a Tequesquitengo, también nos hospedamos mediante dicha plataforma, y la experiencia fue más gratificante, al grado de que la familia con la que nos hospedamos nos compartió sus alimentos, pudimos cruzar comentarios y pertenecer por efímeros segundos a la dinámica de otro hogar. Tampoco sabíamos nada de esas personas, nuestra relación y trato se basó en lo acordado en línea. ¿Feliz Día del Internauta?

 

*Periodista. Autora de Rodada 2.0, marca que celebra la inclusión de la bici como estilo de vida en todas sus modalidades.

@Rodada2Punto0 

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