Periodismo imprescindible Jueves 28 de Marzo 2024

Floshic, alternativa mexicana por un mejor consumo de moda

Una aplicación móvil te conecta con personas de tu mismo estilo de ropa para que intercambien prendas a ayudar al planeta
10 de Agosto 2018
Foto: Gustavo Villarroel/Cortesía.
Foto: Gustavo Villarroel/Cortesía.

Llegué a Floshic como se llega a todas las demás aplicaciones móviles en pleno 2018: navegando en mis redes sociales, encontré que la actriz Simone Bucio (La región salvaje, 2016) tenía una foto en su cuenta de Instagram con un vestido de aspecto vintage. Normalmente estas publicaciones me dirigen a marcas de ropa que podría adquirir únicamente si yo fuera la hija del actual presidente, pero en esta ocasión no era el caso: Simone recomendaba Floshic, una app de compra y venta de ropa de segunda mano, “partidita y en la boca para aquellxs (sic) que les da pereza aventurarse en los tianguis”, decía el copy de la joven talento.

Pensé que se trataba de una aplicación extranjera regionalizada, pero no, es tan mexicana como esta costumbre de desdeñar lo usado y darle preferencia a una marca que podría no ofrecer tan buena calidad, aunque “está de moda” y es “barata” (por el momento).

Fundada por Paula Montoya, Floshic es tan maravillosa como suena: es una red social que busca conectar a amantes de la moda, de la expresión artística y ahora de la share economy que termina por beneficiar al planeta (no necesariamente en ese orden). “Busca un consumo ético y sostenible de ropa y accesorios. Así podemos seguir comprando sin perjudicar al entorno, consumiendo a un ritmo no superior al de nuestra generación. Todo esto haciendo una comunidad de distintas personalidades, diferentes estilos de vida y estéticas”, dice la descripción de la aplicación.

Y es que en un contexto en el que la población viste las mismas prendas de la misma tienda cuyo origen es dudoso y probablemente sin responsabilidad social, ambiental o de calidad, esta plataforma te conecta con personas que ven sus prendas como algo más que sólo eso, ya que las ven como una forma de contar historias.

Paula es diseñadora de moda y estudió negocios en esta industria, además de un diplomado en marketing verde, así que decidió fusionar estos conocimientos junto con los de Alice, una amiga suya de Polonia que estaba familiarizada con las plataformas de compra-venta sin intermediarios. Es por ello que la diseñadora afirma que ha visto más esta tendencia de la share economy en países de Europa y Estados Unidos, pero casi no en México. De hecho, Floshic es la única app de su tipo en el país además de que es 100 % mexicana.

Ella ve este modelo de negocios como el futuro para varias industrias, específicamente para la de la moda, porque admite que nunca se va a acabar y, en efecto, esa no es la intención, sin embargo, por lo menos puede ayudar a reducir el impacto que este sector tiene, si consideramos que produce casi el 20 % de las aguas residuales en el mundo y además es responsable del 10 % de las emisiones globales de dióxido de carbono.

“Queremos ser parte de la cultura que rodea a nuestros usuarios, esa es la meta y también hacer una comunidad que no sólo vende y compra como loca, sino realmente involucrarnos con el estilo de vida que tienen estos usuarios como personas jóvenes que son la mayoría”.

Floshic lleva operando desde diciembre de 2017, pero ya cuenta con más de mil usuarios en el sistema operativo de iPhone. Paula me cuenta que es un gran avance, pues la ciudadanía mexicana no está muy familiarizada con la cultura de comprar usado.

“Hace falta cultura en el aspecto a que no tenemos la costumbre de comprar a otras personas. Debemos perder este mal vicio de comprarle siempre la mercancía nueva a las marcas, aunque a veces ni siquiera nos interese comprarle a diseñadores independientes pensando que es carísimo y que en tiendas de fast fashion puedes comprar más prendas por la misma cantidad, ¿pero cuál es la calidad de esa ropa o cuánto te va a durar?”, cuestiona la diseñadora de 29 años de edad.

Entre 2000 y 2014, la producción de prendas de vestir se duplicó; el consumidor promedio compró un 60 % más de vestimentas en comparación con hace 15 años. Sin embargo, cada elemento ahora se mantiene la mitad del tiempo.

“Yo lo veo como el futuro de la moda. Eventualmente esto es lo que va a pasar y habrá más aplicaciones así hasta volverse natural porque esta economía es lo que nos va a terminar involucrando. Es el futuro y vamos a cambiar la forma en la que consumimos moda”, finaliza Paula.

¿Cómo funciona?

Con teléfonos (IOS) descargas la aplicación y creas un perfil con tus datos de usuario (biografía, ubicación) y fotografías. Puedes empezar a vender ropa y accesorios de moda que ya no aproveches igual que antes o “comprar artículos a otros usuarios con sus mismos gustos, y desenterrar todos estos tesoros guardados que tienen una nueva historia que contar”.

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