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Avengers Infinity War

Los hermanos Russo entregan una película creada absolutamente para los fans; una trama llena de giros, personajes y lugares exóticos en la galaxia, todo ello revestido de humor y mucho, mucho drama
27 de Abril 2018
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Hay una característica que claramente desmarca a Avengers: Infinity War de muchas otras cintas de superhéroes, o al menos de los 18 títulos que componen el llamado Universo Cinematográfico Marvel: aquí, a diferencia de aquellas, existe una verdadera sensación de peligro. Desde el primer minuto de la película queda claro que todo puede pasar, que nadie tiene asegurado su papel en esta opereta y que para muchos este será, efectivamente, el fin.

Los hermanos Joe y Anthony Russo, ambos con vasta experiencia en series de comedia (Community, Happy Endings) y con apenas un par de cintas cómicas (You, Me and Dupree, Welcome to Collinwood) son los encargados de cerrar uno de los experimentos más ambiciosos en el cine del género de superhéroes. Y el encargo les queda como anillo al dedo por una característica muy simple: Marvel no busca autores, busca showrunners, individuos que aseguren continuidad de estilo, de historia y de personajes sin inyectar de manera alguna cualquier estorbosa ínfula autoral. Esto no es cine, es un producto, y como tal debe cuidar estrictas normas de calidad.

Los Russo, cual disciplinados artesanos, entregan lo que el estudio y los fans esperan: una cinta con grandes secuencias de acción (aunque ninguna de ellas es realmente memorable) en una trama llena de giros, personajes y lugares exóticos dentro de la galaxia, todo ello revestido de humor y mucho drama. En ese sentido, esta es la película más DC de Marvel: si bien hay escenas graciosas, estas poco a poco se diluyen en una trama cada vez más densa, de diálogos pretendidamente profundos y demoledores.

La historia –en un guion escrito a cuatro manos por Christopher Markus y Stephen McFeely– tiene como figura central al personaje Thanos (Josh Brolin), aquella “amenaza fantasma” que ha rondado en todas las películas Marvel y que finalmente aquí se manifiesta en plenitud de facultades villanescas. Sanguinario e implacable, la cinta versa sobre sus motivos y razones para acabar con medio planeta. Para ello necesita las famosas “Gemas del infinito”, enigmáticos materiales dispersos entre las muchas películas Marvel, que Thanos pacientemente recolectará una a una, sin importar a quién tenga que eliminar en el camino.

Los hermanos Russo dirigen con sorprendente disciplina este tren de enormes magnitudes y que por lo mismo fácilmente se habría podido descarrilar. Y es que si hay algo que puede presumir esta cinta es control: todos los personajes están bien dosificados, tienen el tiempo en pantalla necesario y lucen muy a su modo. El estilo de todos ellos, ya expuesto en sus películas individuales, se mantiene: el humor de los guardianes de la galaxia, el compromiso de los habitantes de Wakanda, el sentido del deber del Capitán América, la peligrosa dualidad de Bruce Banner, el misticismo cool de Dr. Strange, la ingenuidad del joven Hombre Araña, y la letal sensualidad de Scarlett Johansson (como sea que se llame en esta cinta, ella siempre es Scarlett Johansson).

Se trata de un evento colosal, una celebración al exceso que como tal debe verse en la pantalla grande, de preferencia en el formato IMAX. Una película complaciente hecha absolutamente para los fans. Una épica de grandes proporciones a la que no obstante se le nota el débil andamiaje: estamos ante una secuencia de 150 minutos de acción, interrumpida  por diálogos no precisamente bien escritos, demasiado explicativos, densos y a veces hasta aburridos. Sin embargo, todo se desvanece al empezar de nuevo las escenas de acción, al descubrir los grandes misterios, al ver pelear juntos a Rocket con Thor, a Spider-Man con Dr. Strange, a Hulk contra el mismísimo Thanos.

Toda resistencia es fútil. El tanque de guerra de Marvel, que les llevó 10 años y 18 películas para armarlo, podrá estar tirando aceite, pero es tan masivo, tan enorme, tan imponente, que a nadie le importará que esté hueco. Es poderoso e impresionante. Y es, sobre todo, apenas la primera parte.

 

Dirección: Joe y Anthony Russo.

Guion: Christopher Markus y Stephen McFeely, basados en los personajes creados por Stan Lee, Steve Ditko y Jack Kirby.

Producción: Kevin Feige. EU, 2018.

Fotografía: Trent Opaloch.

 Edición: Jeffrey Ford y Matthew Schmidt.

Diseño de arte: Charles Wood.

Con: Chris Hemsworth, Chris Evans, Chris Pratt, Josh Brolin, entre otros.

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