Periodismo imprescindible Martes 16 de Abril 2024

El regreso de Micky

Luis Miguel ha vuelto a ser una estrella, o al menos un trending topic pero no por sus conciertos o algún nuevo disco, sino por la serie que sobre su vida han lanzado Netflix y Telemundo, con la que además de satisfacer la curiosidad de muchos sobre los mitos que lo rodean, el cantante mexicano podría conquistar a los hijos de quienes fueron sus fans en los noventa
27 de Abril 2018
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POR JULIÁN VERÓN

Todo lo que tenga el nombre de Luis Miguel es un big deal en México y Latinoamérica. Micky fue lo más parecido que tuvimos a Frank Sinatra en el idioma de Maradona, la promesa en castellano de que el sueño americano podía suceder. Una estrella luminosa con cabellos dorados, sedosos y hermosos. Luis Miguel Gallego Basteri y su cuerpo bronceado y musculoso en los años ochenta ha sido el mejor poster boy de una vida mejor. ¿Qué madre no querría a ese Luis Miguel para su primogénita o primogénito? Vamos, hasta yo lo hubiese querido para mí.

Escribí esa pequeñísima y poco argumentada introducción a fin de contextualizar lo importante que es hacer cualquier cosa que tenga el nombre Luis Miguel en sus filas. Al enterarme de que iba a existir una serie sobre su vida, lo primero que pensé fue “por favor, que no sea una pinche novela de Televisa”. Luis Miguel es un personaje más bien oscuro, a mi parecer. Su pasado traumado con su familia, provoca que sea lógica la actitud que a veces tiene con la prensa, fans o cualquier persona. Es un ser humano que ha estado bajo la luz pública desde los 11 años. Yo a esa edad jugaba Pokémon.

La serie se estrenó el fin de semana pasado, y el primer capítulo comenzó con una escena poderosísima: justo antes de salir a cantar en un concierto, Luis Miguel (Diego Boneta) recibe la noticia de que su padre está en cama, enfermo en Madrid. Escena siguiente: Luis Miguel hace caso omiso y sale al escenario a cantar “Cuando calienta el sol”. Estoy seguro de que una novela de Televisa no hubiese empezado así. Quizá empezaba con Diego Boneta salvando a una chava en algún caballo blanco, o qué sé yo.

Cuando se producen series de este estilo, y sobre todo “autorizadas” (está aprobada por Luis Miguel, e incluso la llamó “mi verdad”), tanto el fan como el espectador neutral quieren ver algo más, cosas que hagan conectar con el hilo narrativo y que lo metan hasta el backstage del artista, o en la sala de negociaciones cuando se firmó algún contrato discográfico; que lo lleven a entender el porqué de muchos aspectos que llevaron a Luis Miguel a ser como es hoy y a tomar las decisiones que tomó en su carrera.

El styling de la serie se ve ¡de poca madre!, incluso quiero saber dónde compraron los suéteres y playeras que usa Diego Boneta para comprarme algunos. La manera en la que representan a Luisito Rey (Óscar Jaenada), padre de Luis Miguel, promete explicar la dura relación que tuvo “El sol” con su padre. Y estas son el tipo de cosas que esperamos ver todos. Y bueno, también algún otro cameo de dos segundos, como deja ver el primer capítulo en la escena donde se estaba presentando el icónico video de “Cuando calienta el sol”. Ese video debería estar en la sala de todas las casas y departamentos del mundo. Es una oda a la felicidad, cuerpos tonificados, bronceador, cabellos dulces y perfectos.

El primer capítulo se dejó ver fluido, entretenido y bien actuado. Si hay algo que se agradece es que los actores (si van a interpretar una canción en la serie o película) sepan cantar o tocar el instrumento. Eso provoca que la experiencia se sienta mucho más real y que conecte más con la gente que la está viendo en la pantalla de la laptop o televisión. Y acá, Luis Miguel: la serie, cumple con creces (por ahora).

Al cerrar estas líneas apenas faltarán algunas horas para que el segundo capítulo esté disponible. El éxito de la serie dependerá de qué tanto pueda mostrar lo que no haya leído la gente en alguna revista ¡Hola! o TV Notas mientras hacen la cola con el propósito de pagar una bolsa de pan de sándwich en el supermercado.

Además, si la serie tiene éxito, estaría apuntándose a un público nuevo, que quizá sólo conoce a Luis Miguel por la música que escuchan sus tíos y abuelos en las pedas familiares, o porque algún primo segundo está despechado debido a que su exnovia le revisó sus conversaciones de WhatsApp y le encontró mensajitos que revelaban que llevaba engañándola más de dos años.

El premio de tener una serie exitosa en Netflix es que de repente pasas de tener 100 000 followers en Instagram a despertarte y ver que tienes más de dos millones, como le pasó a Alba Flores, quien interpreta a Nairobi en La casa de papel. Y obviamente esto lo deben de saber los productores y el mismo Luis Miguel. ¿Se imaginan que para cuando esté terminando la serie, Luis Miguel vuelva a ser un ídolo de multitudes y volvamos a los años ochenta y noventa? Qué hermoso sería. Ya quiero salir a la calle y ver únicamente a personas con cuerpos tonificados y bronceados con “Cuando calienta el sol” de fondo. Por favor Netflix, no me falles y cúmpleme este sueño.

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