Periodismo imprescindible Martes 16 de Abril 2024

Estrella de la tragicomedia

La actriz parisina Catherine Frot ha participado en más de 90 producciones. En su papel más reciente, que forma parte del 21 Tour de Cine Francés, aprende a disfrutar de las alegrías y placeres que la vida le ofrece
04 de Septiembre 2017
Actriz_Especial
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La francesa Catherine Frot (París, 1956), a sus 61 años, es una de las actrices más reconocidas de su país. Ahora participa en El reencuentro (Sage femme, 2017), película que forma parte de la programación del 21 Tour de Cine Francés y en la que comparte créditos con la mítica Catherine Deneuve, con quien nunca antes había trabajado, y eso que las producciones en las que ha participado suman más de 90.

Ambas actrices se encontraron gracias a que Martin Provost, director y guionista del filme, escribió específicamente para ellas los personajes que interpretan. Y es que según el también realizador de Violette (2013), el casting en una película es casi tan importante como la técnica.

Así que Provost logró convencer a ambas de trabajar con él. “Usualmente –dice Frot–, mi trabajo como actriz requiere que cree una ilusión. Interpreté a una pianista virtuosa en La cambiadora de páginas (2006), a una chef distinguida en Los sabores del palacio (2012), pero ahora estaba obligada a ir más allá de la ilusión sin dudarlo”.

Frot interpreta a Claire, una partera que vive un momento crucial en su vida, no solamente porque su trabajo es cada vez menos requerido y el hospital en el que trabaja está a punto de cerrar, sino porque su hijo se ha marchado de casa, está por aceptar la propuesta de Paul (Olivier Gourmet) de mantener una relación seria y, sobre todo, reaparece en su vida Béatrice (Catherine Deneuve), la amante de su padre.

A Frot el papel la emocionó desde el principio. Le gustó la capacidad de Provost para ser al mismo tiempo divertido y emocional. Y aunque también le agradó el personaje de Béatrice, sabía que era para Deneuve. “Me encantó la idea de estas mujeres tan diferentes. Béatrice es una saltamontes, mientras Claire es una hormiga. Son dos grandes figuras de la tragicomedia”.

Al principio, lo que le causó cierta aprehensión a Catherine Frot con respecto a su personaje fue que todos los partos que asiste en el filme son reales. Provost no quería que se vieran esos bebés enormes y sanos que suelen verse en las películas. Quería que se sintiera real. Por eso se fue a Bélgica (las leyes francesas prohíben filmar a cualquier bebé menor de tres meses) y consiguió contactar a familias que aceptaran trabajar con él.

“La idea de asistir un parto, por muy conmovedora que fuera, no era fácil. Finalmente acepté porque sabía que era una parte integral del proyecto de Martin. Aunque lo hice por etapas. Primero pedí presenciar algunas asistencias para saber si era capaz de hacer las gesticulaciones adecuadas. Me di cuenta que todo era muy natural, muy normal. Luego tomé lecciones con una expartera que me puso a practicar con modelos. Estaba bastante preocupada por la primera filmación, pero todo salió maravillosamente bien”.

A Fort le gustó mucho que el personaje de Claire todo el tiempo tenía que ser tangible. Por eso ella y el director enfatizaron su transformación. Ese era el motor de la historia. Atraviesa un momento en el que su vida contradice su estilo disciplinado. Y cuando Béatrice reaparece, ella empieza a cuestionar su estilo de vida. “Eso es lo que es hermoso del personaje de Claire: al aceptar perdonar a Béatrice, acepta cambiar, así que regresa a la luz, a tomar verdadera ventaja de las alegrías y placeres que la vida le ofrece”.

¿Cómo fue trabajar con Catherine Deneuve? “Todo cayó en su lugar fácilmente. Catherine Deneuve tiene el mismo efecto en mí que Béatrice en Claire. Ella es una actriz muy instintiva y elegante. Ella vive en el momento”.

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