Periodismo imprescindible Jueves 28 de Marzo 2024

Fiesta del cine mexicano

Gracias a una iniciativa de alcance nacional, 
es posible disfrutar varias joyas cinematográficas que difícilmente se podrán ver de nueva cuenta en las grandes salas de proyección
01 de Septiembre 2018
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En el marco del recientemente instaurado Día del Cine Mexicano, a celebrarse el 15 de agosto de cada año, y con motivo de las fiestas patrias, la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) en colaboración con la Secretaría de Cultura, el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) así como la Filmoteca de la UNAM, celebran este año la primera edición de la llamada Fiesta del Cine Mexicano, una iniciativa creada para exhibir en pantalla grande algunos clásicos del cine mexicano, así como cintas de reciente éxito comercial.

Si bien la iniciativa no es nueva (el reestreno de filmes mexicanos ya había ocurrido años anteriores), esta vez el alcance es nacional e incluye algunas joyas que difícilmente se habrían podido ver de nueva cuenta en las salas de proyección. A continuación nuestra recomendaciones de los títulos imperdibles en este Día del Cine Mexicano, a celebrarse del 7 al 13 de septiembre en todo el país.

   Dos tipos de cuidado (1952)

Dir. Ismael Rodríguez

El país le debe muchísimo a Ismael Rodríguez. En gran medida creó la más grande superestrella cinematográfica que ha tenido México: Pedro Infante. En Dos tipos de cuidado, don Ismael nos muestra no sólo una de las comedias rancheras más logradas del cine nacional, sino a un Pedro Infante en plenitud de facultades. Si bien es cierto que este título lo hemos visto cientos de veces en la televisión, la experiencia es absolutamente diferente cuando se ve a Pedro Infante y a Jorge Negrete como debe ser: en una pantalla de cine.

Rojo amanecer (1990)

Dir. Jorge Fons

¿Cómo hacer una película sobre el 2 de octubre sin tener presupuesto para filmar a la gran masa de estudiantes que se congregó aquella fatídica tarde del 68? El guionista Xavier Robles resuelve el dilema inspirándose en Alien (1979) y su idea de “no mostrar a la bestia”. Así, en Rojo amanecer, jamás vemos la marcha estudiantil, pero sí somos testigos de la brutalidad policiaca y del horror de aquella noche. Filmada casi clandestinamente, la cinta fue enlatada y finalmente exhibida no sin previa censura de algunos diálogos. Hoy, a cincuenta años del 2 de octubre, sigue siendo la película definitiva del movimiento estudiantil.

 Un lugar sin límites (1977)

Dir. Arturo Ripstein

Con una sola secuencia, Arturo Ripstein incomodó al público, y al país entero. El machismo mexicano puesto contra las cuerdas cuando, finalmente, La Manuela (el siempre extraordinario Roberto Cobo) besa al machito del pueblo (Gonzalo Vega en su papel inmortal). Las buenas conciencias se escandalizaron, el machismo nacional enfureció. Ripstein, complacido, habría sacado del clóset aquellos temas que apenas hoy, poco a poco, dejan de ser intocables.

La región salvaje (2016)

Dir: Amat Escalante

Sorprendentemente, La región salvaje es una cinta de ciencia ficción erótica ambientada en un paraje rural mexicano. Verónica (Simone Bucio) es una adolescente que acude con una especie de ente alienígena (varado en alguna choza cercana) que, mediante una serie de tentáculos, da placer sexual a la persona que se acerque. Contado así, la cosa parece de lo más ridículo, sin embargo, el gran mérito de Escalante es atrapar al espectador sin caer en el humor involuntario. El director dinamita varios tabúes respecto al sexo y la homosexualidad usando a la criatura como una forma de explicitar los deseos carnales más puros del ser humano. Su estreno comercial pasó casi de noche, por lo que esta es una extraordinaria oportunidad de ver el filme en pantalla grande.

Hasta los dientes (2018)

Dir. Alberto Arnaut

En 2010, el gobierno mexicano anunció la muerte de dos supuestos sicarios “armados hasta los dientes”, pero en realidad se trataba de dos alumnos de excelencia del Tec de Monterrey, quienes fueron torturados y asesinados por militares. El joven cineasta Alberto Arnaud sigue  minuciosamente el caso, dando voz a los familiares de las víctimas, mostrando la parte más oscura de la famosa “guerra contra el narco”. De exhibición discreta (ha rondado por algunos festivales nacionales), se trata de un documental que genera enojo, mismo que, idealmente, debería traducirse en acción y reflexión.

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