Periodismo imprescindible Jueves 28 de Marzo 2024

Hotel de criminales

Jodie Foster regresa a la pantalla grande e interpreta a 
la enfermera Jean Thomas, una mujer sumamente celosa 
de su deber que maneja un hospital para criminales 
mientras procura a toda costa que se respeten sus reglas
29 de Septiembre 2018
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En uno de los momentos más inspirados de Hotel Artemis (EU, 2018), la muy profesional y metódica enfermera Jean Thomas (Jodie Foster, luego de cinco años de ausencia) se prepara con el fin de recibir un nuevo paciente en esto que en realidad es un hospital clandestino exclusivo para criminales. De fondo suena “California dreamin” (de The Mamas and the Papas), una nota irónica respecto al futuro distópico que se nos presenta: una ciudad de Los Ángeles envuelta en una ola de crimen, violencia y protestas callejeras debido a la reciente decisión gubernamental de privatizar el agua.

Jean Thomas es en sí misma un último bálsamo de cordura en medio de aquel caos, una mujer sumamente celosa de su deber que maneja aquel hospital procurando a toda costa que se respeten sus reglas: sólo se permite la entrada a delincuentes con membresía vigente, no se permite el ingreso con armas, los pacientes deben respetar al personal y no pueden matar a otros pacientes.

Pero como bien dicen, las reglas y los corazones se hicieron para romperse: la llegada de un poderoso criminal con todo y su troupe de guaruras, además del ingreso de una delincuente sin membresía, comienzan a derrumbar los pilares que mantienen de pie el hospital, todo bajo la mirada complaciente de una Jean Thomas a quien el pasado se le aparece repentinamente con el objetivo de cobrar facturas.

La ópera prima del también guionista Drew Pearce remite irremediablemente a uno de los momentos más cool de John Wick (Leitch, 2014) cuando nuestro antihéroe acude a un elegante hotel de criminales que opera básicamente con las mismas reglas que el Artemis, aunque posee un estilo mucho más elegante y refinado. En todo caso, ambos hoteles se definen por el profesionalismo de su staff: la ya mencionada Jodie Foster como obcecada, metódica y en última instancia adorable enfermera, y su ayudante, el musculoso y siempre bienvenido Dave Bautista que inyecta aún más personalidad a este binomio de profesionales de la salud.

Por si fuera poco, el cuadro de estrellas se completa con la presencia de Jeff Goldblum, como un abatido líder de la mafia que acude al lugar en busca de atención médica, y Sofia Boutella como una sexy asesina a sueldo cuya agenda oculta está por cumplir.

Con tales elementos a favor, se antojaba difícil que todo esto no derivara en una buena película tipo noir, pero desgraciadamente el verdadero espectáculo es ver cómo la inexperiencia termina ganando la partida al director y también guionista Drew Pearce, en una película que no pasa de las presentaciones iniciales y se muestra incapaz de dibujar un escenario donde estos personajes realmente nos importen.

Es frustrante ver cómo la historia lucha por hacerse de una anécdota interesante (o al menos tan interesante como sus personajes), y simplemente nunca lo consigue. Todos los personajes están bien definidos, con caracteres exactos (la enfermera celosa de su deber, el leal ayudante, el cretino, la femme fatale, el gran mafioso, etc.); sin embargo, el guion de Pearce nunca termina de despegar ni de generar escenarios donde la sensación de peligro se contagie.

Jodie Foster (y en menor grado Dave Bautista) es lo mejor de la película: mientras todo a su alrededor se desmorona, la actriz se empeña en hacer su trabajo y entregar un personaje de menos entrañable. Es una lástima, porque su regreso a la pantalla, luego de tantos años de ausencia, merecía una mejor película.

Dirección y guion: Drew Pearce.

Producción: Simon Cornwell, Stephen Cornwell. EU 2018.

Fotografía: Chung-hoon Chung.

Edición: Gardner Gould, Paul Zucker.

Con: Jodie Foster, Jeff Goldblum, Sofia Boutella, entre otros

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