Periodismo imprescindible Jueves 28 de Marzo 2024

La diversidad familiar en la pantalla

A pesar de los avances, todavía hay muy pocas historias que retratan a las familias diversas en el cine y la televisión, y son menos aún aquellas que las abordan alejadas del prejuicio escandalizante. Es como si todavía existiera un velo para invisibilizar estos modelos que ya deberían estar normalizados y bien insertados en nuestra concepción cultural de la familia
10 de Junio 2018
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POR JAVIER PÉREZ

En una de las caricaturas estelares del canal infantil Nickelodeon, The Loud House, hay varios elementos que llaman la atención. Además de la tendencia a mostrar familias numerosas (como ocurre en series como Atrapada en el medio o Nicky, Ricky, Dicky & Down), pues el personaje principal tiene diez hermanas, también presenta a una familia diversa: el mejor amigo de Lincoln, Clyde, es el hijo adoptivo de una pareja gay. Y presenta a esta pareja con personas preocupadas por mantener un estilo de vida responsable.

Y si bien sólo hay 23 países donde es legal el matrimonio igualitario y donde está permitida la unión civil entre personas del mismo sexo, algunas series y películas han puesto mayor atención en la diversidad familiar, es decir, donde aparecen matrimonios del mismo sexo con hijos adoptivos o naturales concebidos mediante donantes o con útero prestado, según el caso. Aunque también hay varios ejemplos de otros modelos, como familias reconstituidas o de un solo padre.

Sin embargo, pese a todo, siguen siendo muy pocas las historias que tocan esos temas. Tan es así que seguimos contándolas con los dedos de las manos y son menos aún las que hacen un abordaje alejado del prejuicio escandalizante. Se mantienen como excepciones. Es como si todavía existiera un velo que tiende a invisibilizar estos modelos que ya deberían estar normalizados y bien insertados en nuestra concepción cultural de la familia.

En 2015, Disney Channel sorprendía al incluir en su popular serie Buena suerte, Charlie –una comedia sobre una familia de clase media– unos personajes homosexuales. De hecho, se trató de una pareja de mujeres, Cheryl y Susan, quienes son madres de Taylor, compañera de Charlie, la pequeña protagonista de la serie, en la escuela. No solamente era la primera vez que Disney incluía personajes homosexuales en una de sus series,  también fue el primer serial televisivo estadounidense dirigido a público infantil en hacerlo. Y lo hacía bastante bien: con naturalidad y sin prejuicios.

Es un ejemplo contundente de que en los modelos de familias ya no se parte de prejuicios, sino de aceptación e integración. Es, probablemente, la razón del éxito de  una serie creada por Bradley Bredeweg y Peter Paige, cuyo eslogan es “¿Cómo defines la familia?”.

Estrenada en 2013 y todavía vigente, es una serie sobre la familia que da el título al show y que está encabezada por Lena (Teri Polo) y Stef (Sherri Saum). Ellas forman una pareja interracial homosexual con tres hijos: dos adoptados, Mariana y Jesús, gemelos de 15 años, y el hijo biológico de Stef, Brandon, de 16, de un matrimonio anterior. Los chicos se llevan bien, pero aparecen en escena Callie y Jude, dos adolescentes a los que adoptan y que provienen de varios hogares de acogida.

Uno de los grandes aciertos de la serie es cómo muestra la vida de esta familia, que también toca el tema de las familias reconstituidas, como lo que es: una cuestión normal en la que los problemas son los de la vida cotidiana de cualquier núcleo familiar.

Antes, una de las series más exitosas de los años noventa ya había dado un paso vanguardista al incluir, no con mucho protagonismo pero sí de forma natural e inteligente, a una pareja del mismo sexo que cría un hijo. Se trata de Friends. En ella, Ross, uno de los protagonistas, se divorcia cuando se entera de que su esposa, Carol, quien espera un hijo suyo, es lesbiana. Ross rehará su vida y Carol también, con Susan; ambas educan a Ben. La historia de esta pareja y el niño se aborda en diversos momentos de la popular serie.

Entre las múltiples subtramas de la serie española Hospital central, al aire entre 2000 y 2012, se encuentra la historia de Maca y Esther, que se decidían a formar una familia. Iñaki Ariztimuño creó Aquí no hay quien viva, serie española que se transmitió entre 2003 y 2006. La trama sigue a Mauri, periodista gay que esconde en principio su relación amorosa con Fernando por miedo al qué dirán. Y aunque ellos no forman una familia, Mauri sí ayuda a la conformación de una al volverse donante de esperma de su amiga Bea, veterinaria a la que le gustan las mujeres. Ella se convierte en madre y luego establece una relación con Ana, una joven azafata que se considera bisexual.

Otra serie que aborda el tema, pero centrándose en tres familias, es Modern Family, que ya está por llegar a su décima temporada y fue estrenada en 2009. El abordaje de la serie creada por Steven Levitan y Christopher Lloyd es con un tono de comedia y hace un trabajo interesantísimo mostrando diferentes familias poco tradicionales. Una de ellas es la compuesta por Cameron (Eric Stonestreet) y Mitchell (Jesse Tyler Ferguson), una pareja gay que al inicio de la serie adopta a Lily (Aubrey Anderson Simmons), una niña nacida en Vietnam. Sus interacciones con las otras familias (que incluyen la del patriarca con una exuberante y mucho más joven latina interpretada por Sofía Vergara) son divertidas y encantadoras, y muestran con elegancia lo que estos padres llevan a cabo por la felicidad de su hija.

Hace ocho años, la realizadora Lisa Cholodenko obtuvo una nominación al Oscar en la categoría de Mejor Guion Original por Los chicos están bien (2010), cuya fabulosa historia se centra en Nic (Annette Benning) y Jules (Julianne Moore), que son madres de los adolescentes Joni (Mia Wasikowska) y Laser (Josh Hutcherson), que fueron concebidos por inseminación in vitro. El drama de la historia llega cuando estos jóvenes se empeñan en conocer a su padre biológico, a quien de acuerdo con las leyes estadounidenses pueden conocer una vez que cumplan la mayoría de edad, lo cual está a punto de suceder. Más allá de que la pareja sea del mismo sexo, la realizadora supo elaborar un relato conmovedor y emotivo sobre el conflicto que genera en el núcleo familiar el que los chicos quieran conocer a su padre biológico. Es una historia sobre la identidad y los vínculos.

The L Word es una serie que se produjo entre 2004 y 2009, y se centra en Jenny (Mia Kirshner) quien se muda a Los Ángeles con su novio Tim y quien empieza a cuestionar sus preferencias sexuales. Ahí conoce a Bette (Jennifer Beals) y Tina (Laurel Holloman), una pareja que lleva varios años junta, aunque se debate entre tener un hijo o no, hasta que decide buscar un donante de color para que Tina se embarace. Como cualquier otra pareja, esta decisión influirá en la alguna vez estable relación de Bette y Tina, explorando así temáticas centradas en que los conflictos trascienden las preferencias.

En México, el tema de las familias homoparentales se tocó en La otra familia (2011), dirigida por el hoy repudiado Gustavo Loza. En esta historia, una pareja homosexual tiene la posibilidad de adoptar un hijo: Hendrix, un niño de siete años abandonado durante días por su madre que es adicta al crack (Nailea Norvind) en su departamento, y que es descubierto por Ivana (Ana Serradilla), aunque por cuestiones de trabajo no puede hacerse cargo de él, por eso lo lleva con Jean-Paul (Luis Roberto Guzmán) y Chema (Jorge Salinas), quienes acaban de contraer matrimonio. La historia tiene una alta dosis de drama: la madre adicta y su amante intentan recuperarlo, pues él quiere venderlo a otra familia. Jean-Paul y Chema deciden cuidar del chico, le buscan escuela y lo integran a sus vidas. Es una historia que habla sobre los vínculos y el compromiso paternal.

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