Periodismo imprescindible Sábado 20 de Abril 2024

La eterna renovación de una fábrica de sueños

Hace años debía concluir la anunciada renovación de los Estudios Churubusco, iniciada el sexenio pasado. El sismo del 19-S complicó el escenario pues los foros resultaron afectados. ¿Cuánto habrá que esperar ahora?
16 de Octubre 2017
Foto: Especial
Foto: Especial

En octubre de 2010, durante la administración del panista Felipe Calderón, la entonces presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Consuelo Sáizar, anunció la urgente modernización de los Estudios Churubusco, ese gigante de concreto y ladrillos compuesto por ocho foros de casi 70 años de edad, que habían sido testigos del rodaje de más de 3 200 películas y un sinnúmero de series, programas de televisión, anuncios comerciales, documentales, cortometrajes y videos musicales.

La anunciada modernización del inmueble de la colonia Country Club, en la zona de Taxqueña, al sur de la Ciudad de México, comprendía una jugosa inversión de 247 millones, de los cuales cerca de 30 millones se destinarían a “innovación tecnológica”, es decir, a la compra de equipo con el propósito de estar “a la altura de cualquier empresa internacional”. Este plan de renovación formaba parte del “Proyecto Cultural del Siglo XXI Mexicano”, lema del Conaculta entre 2009 y 2012.

El proyecto modernizador de los Estudios Churubusco, presentado por el despacho Arquitectura 911sc, de los ingenieros Saidee Springall y José Castillo –que también tuvieron a su cargo el diseño del Centro Cultural Elena Garro y de la Biblioteca Jaime García Terres, por adjudicación directa–, proponía la restauración de los viejos foros y la construcción de un nuevo edificio inteligente de cinco niveles para que albergara un laboratorio fotoquímico y un laboratorio digital, área de oficinas de producción y administrativas, bodegas, salones de usos múltiples, azotea verde y hasta un restaurante; además, también se consideraba la ampliación de la zona de estacionamiento.

Si bien el proyecto maestro estaba definido, lo cierto es que conforme pasaba el tiempo los planos originales se modificaban mes a mes a capricho de Consuelo Sáizar y su equipo de asesores, según ha dicho Iván Cervantes, encargado de la obra de remodelación entre 2012 y 2014. “Unas veces pedían ampliar el estacionamiento, otras incluir una cafetería, luego que se incluyera un espacio grande para albergar al Imcine, luego que ya no, que mejor se hiciera otro laboratorio, y otra vez que ya no. Y así era todo el tiempo. Todo formaba parte del proyecto tan ambicioso de Consuelo Sáizar”, señaló en su momento Cervantes a la prensa.

Incluso, cuando estaba ya Rafael Tovar y de Teresa al frente del Conaculta, se encargó un proyecto con la finalidad de ver la posibilidad de construir dos foros más. Se le pagaron 300 000 pesos al despacho que lo hizo, pero todo terminó en el cajón del escritorio de Manuel Gameros, el anterior director de los Estudios Churubusco.

Todos esos cambios, así como un desordenado manejo del presupuesto, provocaron que la reconstrucción se empezara a retrasar y retrasar y retrasar. Luego, el dinero que debía utilizarse para el equipamiento, se tuvo que invertir en la operación diaria del lugar y en los arreglos que no estaban considerados: goteras, instalaciones eléctricas, modificación de escaleras que eran muy angostas, impermeabilización…, hasta que se lo terminaron. Fue tal el caos, que la Secretaría de la Función Pública tuvo que intervenir e impidió que se hiciera algo más mientras analizaban la situación.

¿DÓNDE QUEDÓ LA BOLITA?

La idea original de Consuelo Sáizar era que el presidente Felipe Calderón inaugurara los nuevos Estudios Churubusco antes de dejar el cargo, pero el tiempo les ganó. Luego, ya con Rafael Tovar y de Teresa al frente del Conaculta, se dijo que antes de finalizar 2014 estarían listos, incluso el polémico edificio inteligente. Siete años después del anuncio de Sáizar, y ahora con María Cristina García Cepeda al frente de la Secretaría de Cultura (antes Conaculta) y con más de 350 millones de pesos invertidos, la tan mentada modernización de los Churubusco sigue sin terminarse por completo y todo el mundo se tira la bolita.

Los Estudios Churubusco, casi desde su origen, contaban con un laboratorio fotoquímico que se pensó trasladar al nuevo edificio, pero eso sería costoso y obsoleto, pues los avances tecnológicos en la industria del cine han transformado la manera de crear películas. A decir del cineasta Carlos García Agraz, director de los Estudios Churubusco desde 2013, esos viejos laboratorios deben seguir existiendo, aunque trabajen a su mínima capacidad, “ya que deben servir más para la conservación y preservación del cine mexicano, porque ya casi nadie filma en negativos de 35 milímetros ni hace copias en ese formato”.

Según García Agraz, la construcción del nuevo edificio es una obra que “pudo no haberse hecho, pero ya erigida hay que sacarle provecho. Servirá para revivir un poco lo que eran los Estudios Churubusco, hacer que la gente de cine regrese. A lo mejor el dinero que se gastó se pudo poner en otro lado, pero ya a chivo brincado… Ahora hay que ver cómo lo vamos a aprovechar en beneficio de la comunidad”.

Hace no mucho, García Cepeda se comprometió públicamente a que, antes de que Enrique Peña Nieto dejara la presidencia del país, los Churubusco estarán, ahora sí, al cien por ciento y entre los mejores del mundo. Dijo que no había vuelta de hoja y que las producciones americanas empezarían a regresar… Sin embargo, luego vino el sismo del 19 de septiembre y muchos vieron en las redes sociales esos terribles videos en los que se cae parte de las paredes de los foros. Durante 10 días suspendieron toda actividad.

Tras el siniestro, García Agraz dijo que los foros 6 y 7 fueron los más dañados, “aparentemente se observan muy estropeados. Pero ya se efectuó un primer dictamen de peritos y nos manifestaron que no es tan grave. Es decir, que la estructura está bien, aunque esos muros evidentemente hay que reforzarlos”.

“En principio están afectados estos dos inmuebles visiblemente, pero hay que revisar con detalle los ocho foros, que son de 1 400 metros cada uno. Y tenemos uno chiquito, junto al Canal 22, de 1 000 metros. Lo afectado fue en la zona de los foros pegada a Tlalpan”, dijo García Agraz. Añadió que se han realizado los trámites ante la aseguradora correspondiente, a efecto de iniciar a la brevedad posible los trabajos de recuperación que incluirán, además, el reforzamiento adicional de muros, columnas y fachadas.

“Los ingenieros estructuralistas no reportaron ningún otro tipo de daño, por lo que los Estudios continúan en funcionamiento y sólo ha quedado cerrada, temporalmente y por razones de seguridad, el área de foros. Cabe señalar que el foro A no sufrió afectación alguna”, precisó García Agraz.

Se estima que en un plazo promedio de 90 días los ocho foros afectados den servicio de manera normal y con todas las medidas de seguridad que se requieran. Al momento del sismo, laboraban unas  600 personas en los Estudios Churubusco y en Canal 22, sin que se registrara ningún incidente qué lamentar.

Bueno, tal vez lo único lamentable sea que termine el sexenio de Enrique Peña Nieto y sigamos sin ver terminados completamente los “modernizados” Estudios Churubusco.

Inaugurados en 1945 con la filmación de las cintas La morena de mi copla (Fernando Rivero) y La perla (Emilio Indio Fernández), los Estudios Churubusco han sido la cuna de la industria del cine mexicano y la fábrica de sueños de millones de personas por más de 70 años. Asentados al sur de la Ciudad de México, en un inmenso terreno que originalmente era de 18 000 metros cuadrados, los Churubusco fueron construidos por el empresario Emilio Azcárraga Vidaurreta, en sociedad con la compañía productora de Hollywood RKO Pictures. Luego de cinco años, en 1950, Azcárraga y sus socios decidieron vender los foros al gobierno de Miguel Alemán, quien los fusionó con los Laboratorios Azteca, creando así la paraestatal Estudios y Laboratorios Churubusco Azteca. Conforme pasaron los años y la producción de películas mexicanas comenzó a caer en forma dramática, la ocupación de los foros y el uso de los laboratorios también disminuyó. En 1993, más de la mitad del terreno que tenían les fue arrebatado para construir ahí el Centro Nacional de las Artes, el proyecto cultural más ambicioso del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, el cual sería inaugurado con bombo y platillo al año siguiente.

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