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La fórmula de la comedia

Las estadísticas dicen que las comedias son las películas que más se ven en la gran pantalla. ¿Qué hace de este género el más atractivo para los mexicanos? Los expertos nos dan su opinión
31 de Diciembre 2017
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POR JAVIER PÉREZ

L a comedia es el género que más se desarrolla en el cine mexicano, por lo menos así ha ocurrido en los últimos tres años, cuando supera en cantidad las producciones de drama, el género reinante en la primera década del siglo XXI. Y es también, por mucho, el que mejores resultados entrega en taquilla. No solamente los tres primeros lugares del top ten histórico del cine mexicano son comedias, sino que nueve de las diez películas nacionales más exitosas de este año que concluye son de ese género. Y la producción local de mayor asistencia en 2017, Hazlo como hombre, vista por poco más de 4 339 000 espectadores –según datos del Instituto Mexicano de Cinematografía–, se ha colado en el sexto lugar del top ten de cine nacional del siglo XXI, desbancando a La dictadura perfecta (2014), de Luis Estrada, y sacando del cuadro de honor a Y tú mamá también (Alfonso Cuarón, 2001).

Karina Juarez, encargada de producción en Diamond Films, una de las compañías que en años recientes ha hecho buenos números con el cine mexicano tanto en producción como en distribución, atribuye el éxito de la comedia a la difícil situación social que vive el país. “La gente ya no quiere ver algo de narcotraficantes o de que estamos mal y que no vamos a salir de nuestro problema. Quiere ver algo para relajarse, para motivarse, distraerse y salir un poco de todas las noticias negativas que hay alrededor. Creo que es una de las cuestiones, además de muchas otras sociales, que fomentan que las producciones locales de comedia sean el género que funciona más en México”.

Beto Cohen, guionista de Ella es Ramona (2014) y promotor de cine mexicano desde una agencia de relaciones públicas, coincide con Karina. “La gente quiere ahorita ir al cine a distraerse”. Es ahí, dice, donde la comedia encontró su nicho, además de que conectó con un público, en su mayoría de jóvenes, que se identifica con el idioma y las historias que se cuentan.

La comedia, género que históricamente ha estado en el gusto popular, empezó su repunte entre marzo y septiembre de 2013, cuando dos películas de este género acapararon poco más de 70 % de los asistentes al cine nacional, y ambas se convirtieron, sucesivamente, en la cinta mexicana más vista de todos los tiempos.

Primero fue Nosotros los Nobles (Gary Alazraki), que superó con creces los 5.2 millones de espectadores que habían mantenido desde 2002 a El crimen del padre Amaro (Carlos Carrera; México-España-Francia-Argentina) como la película mexicana más taquillera. Pero la historia de los juniors a los que su padre da una lección de vida sólo estuvo en la cima unos cuantos meses. No se aceptan devoluciones (Eugenio Derbez), relato sobre un padre que se hace cargo de su hija dejando atrás una vida disipada y cambiando incluso de país, le quitó el primer puesto con sus 15.2 millones de espectadores, superando por más del doble los 7.1 del filme de Alazraki y convirtiéndose en la película más vista de ese año, por arriba de cualquier blockbuster hollywoodense.

Se comienza a hablar de un público que ya no evita el cine mexicano, sino que lo busca.

UN CINE QUE NOS RETRATE

Las propuestas para crear cine mexicano de comedia son las más abundantes. Karina Juárez, de Diamond Films, dice que en los últimos cuatro meses ha leído en promedio un guion diario, y que el 80 % de estas historias son del género. Pablo Martinez de Velasco, director de producción de Videocine, compañía referencial de la producción y distribución de cine nacional, dice que en su caso es de aproximadamente 70 por ciento.

“Es el género que más está funcionando, desde el punto de vista industrial, y uno tiene que hacer lo que funciona. Si analizas los 10 primeros lugares [de la taquilla de 2017], olvídate de Videocine o de las distribuidoras, te das cuenta de que el público está buscando comedia. Tienes que trabajar para el público porque finalmente nos debemos a los espectadores”. Videocine tiene en puerta al menos 10 estrenos del género en 2018 y trabaja en cuatro producciones más.

Mónica Lozano, productora entre cuyos créditos se encuentran filmes como Amores perros (Alejandro González Iñárritu, 1999) y No se aceptan devoluciones, y directora de la compañía Alebrije Films, sostiene que si bien la comedia es el género que más está en las salas del cine, eso se debe a que quien decide qué llega a las pantallas “lamentablemente no es el público, la audiencia, sino el dueño de la pantalla, la que sea”.

Para ella, que produce las comedias Si yo fuera tú y Eres mi pasión, a estrenarse en los meses próximos, en este género el espectador debe verse reflejado y la historia debe retratar a la sociedad. “Es uno de los géneros más difíciles y a mí me gusta mucho que hagamos comedia, pero también todo tipo de películas y propuestas cinematográficas. Lo que reclamo, rechazo, es que estamos adoptando realidades que no nos pertenecen en las comedias, y eso sí me preocupa, porque para mí el cine es constructor de identidad. Cuando veo películas que se trasladan a nuestra realidad sin tomar en cuenta nuestra idiosincrasia, es como sentir que estamos robando y asumiendo una realidad que no nos pertenece, en vez de tener esta fortaleza enorme de los mexicanos de hablar de lo nuestro. Y cuando no lo veo retratado en la comedia en el cine, me genera escozor”.

El cineasta Beto Gómez, quien justo el fin de semana después del terremoto que azotó la Ciudad de México estrenó Me gusta, pero me asusta, película que se volvió la tercera más exitosa de 2017 con poco más de 2.65 millones de espectadores, coincide con Lozano en que se pretende imitar una realidad ajena. “Para mí es importante que mis películas tengan un sello muy característico de nosotros y que por otro lado busquen conquistar a nuestro propio público. La comedia, desde mi punto de vista, es el género más difícil, es difícil hacer reír, pero también es muy importante que a través del humor pueda surgir la reflexión y siempre lo he dicho: México es un pueblo sumamente alegre a pesar de las adversidades. Cuando pasa algo, luego luego ya estamos con los chistes. Es increíble, pero creo que más que nunca necesitamos esta cuestión de poder reírnos, de poder seguir sintiéndonos orgullosos de nosotros. Somos sumamente fuertes en la cuestión cultural, en la cuestión de identidad y creo que no se debe de perder”.

Entre todo lo pinche que vivimos cerca, dice Beto Cohen, por lo menos te vas dos horas a olvidar lo que sea, a reconocerte, a verte, identificarte.

FÓRMULA EXITOSA

Los remakes se están volviendo una constante en este repunte del cine mexicano de comedia. O eso al menos es lo que parece porque aunque son superados en cantidad por las historias originales y las adaptaciones de novelas, han tenido mucho éxito. En 2016, la segunda película más exitosa del año, que entró al top ten histórico en el quinto lugar con poco más de 5 millones de espectadores, No manches Frida (Nacho G. Velilla), adaptó un filme alemán de Bora Dagtekin, y ya trabajan en su continuación. Ese mismo año, Qué pena tu vida, basada en una película del chileno Nicolás López, entró en noveno lugar al top ten anual.

Es precisamente de este cineasta de quien se ha hablado mucho recientemente. Hazlo como hombre, la película más exitosa de 2017 que ya también entró al top ten histórico, no sólo adaptó una película suya, sino que él mismo se encargó de dirigir la versión mexicana. A mediados de enero estrena Una mujer sin filtro, otra adaptación de una película de López.

Sin embargo, ahí no paran los remakes: la segunda película más exitosa de 2017, 3 idiotas (hecha por la productora de Martha Higareda, actriz que genera sus propios proyectos y que se ha anotado un éxito tras otro), retomó una cinta de Bollywood. Y durante este 2018 se estrenarán las adaptaciones de dos películas brasileñas, Loca por el trabajo y Si yo fuera tú, además de que Eres mi pasión también se basa en una película de otra cinematografía.

“Sí hay un uso y abuso de los remakes, pero es que ha funcionado –dice Beto Cohen, quien adaptó Si yo fuera tú– . La pregunta que me haría más es por qué esas películas, si están hechas en el mismo idioma, no funcionan las originales y las tenemos que ver adaptadas”.

Anwar Safa, director de El Jeremías (2015) y quien acaba de terminar la filmación de Eres mi pasión, adaptación de la película argentina El futbol o yo, dice que los remakes son “un tipo de garantía: agarrar historias de éxito que hablan de temas universales que en cualquier lugar del mundo hacen eco y tropicalizarlas y llevarlas a nuestro mundo. En lo personal, prefiero contar historias frescas como El Jeremías, pero sí entiendo por qué los hacen. No quiero hacer remakes ni creo que sea el camino, porque tenemos muchas historias originales que contar”.

Karina Juárez, de Diamond, sostiene que los productores quizá busquen un producto ya probado. “Siento que no es necesario hacerlo, pero creo que se van por un producto ya probado o de repente falta contenido original en México. Por desgracia, el contenido es lo que menos desarrollo y menos estímulos del gobierno tiene. No hay estímulos para que un escritor pueda desarrollar su proyecto y sí hay para producir, para posproducir, distribuir, pero esa parte de la cadena aún no está subsidiada por nadie. De repente no hay tantas historias o no están bien terminadas. Debido a eso, algunos productores están trayendo otros conceptos, bien escritos, para poderlos poner en marcha aquí”.

Cohen no está de acuerdo. “Es muy fácil culpar a la mente creativa mexicana, que yo no estoy tan de acuerdo, sino más bien creo que los inversionistas se quieren ir por algo seguro y dicen esto ya se comprobó y hagámoslo. Pero no se debe a una falta de guiones, no lo creo, no lo quisiera creer porque siento que los mexicanos somos muy creativos”.

Mónica Lozano, por su parte, asegura que si bien estas historias se hubiesen podido crear en México, “de repente somos muy elaborados y cuando encuentras mensajes sencillos, simples, divertidos, que ya los hicieron en otras partes y que además si los trasladas a nuestra realidad pueden resultar en algo todavía más atractivo, es algo que hay que reflexionar. Yo no creo que cualquier remake sea válido de adaptar, aunque este tipo de películas que tienen un concepto aplicable a nuestra realidad, y que son temas universales, pueden funcionar”.

En Videocine, dice Pablo Martínez de Velasco, “se le apuesta a lo que es buen producto, básicamente, a lo que es entretenido, a lo que puede funcionar. No es tanto que estén o no probadas. Si funcionaron, pues qué padre, pero no es así lo que estamos buscando. Ha habido productores en particular que han estado apostando por los remakes y la verdad les ha ido muy bien”.

CONEXIÓN CON EL PÚBLICO

Pablo Martinez de Velasco está convencido de que la comedia es un género que siempre ha funcionado; de hecho, dice que los mexicanos “tenemos un gusto por reírnos de nosotros mismos y también lo queremos en este momento es no ver cosas feas en el cine. Estamos buscando entretenimiento”.

A Anwar Safa la entusiasma que a través de la comedia es posible ver la realidad desde otra óptica, más graciosa. “Siempre he pensado que la comedia es sufrimiento, es dolor, nada más visto desde otra perspectiva. A lo mejor por eso a mí en lo particular me gusta el sarcasmo, pero creo que el público mexicano le está encantando y tiene hambre de ver su realidad, pero desde otra perspectiva y aprender algo de eso”.

La comedia, dice Mónica Lozano, debe reflejar a la sociedad para que funcione. Beto Gómez dice que más allá del género, lo importante es contar historias que valgan la pena, “porque a veces se te pueden ir 10, 15 años en levantar un proyecto, y por eso tiene que ser algo que te emocione en todos los sentidos. Y por otro lado como siempre lo digo, necesitamos buscar esa complicidad y esa conexión con el público para poder llegar a las salas y que puede la gente ver tus historias, porque si haces una historia que sólo te importa ti, es difícil que la gente sienta esa conexión”.

En la comedia no hay límites, sostiene el chileno Nicolás López. “Uno se puede reír de lo que sea. En la comedia no existen cosas que uno no debería tocar”. Eugenio Derbez, quien dirigió, escribió y protagonizó la película mexicana más exitosa de todos los tiempos: No se aceptan devoluciones, tiene una visión parecida, pues opina que el humor debe ser irreverente y nunca detenerse a pensar en que no puede pisar callos.

“Es una válvula de escape, un estilo de vida, como alma para conquistar a una mujer, como una manera de no amargarme, cuando tomas la vida con humor verdadero hasta puedes reír hasta de la muerte. Cuando murió mi mamá llegaron al entierro mis escritores y les dije: les voy a pedir un favor, si hacen un chiste de mi mamá, cuéntenmelo. A ese nivel. En mi oficina siempre hemos hecho burla de todo, no importa si tu abuelita está enferma. Cuando aprendes a vivir con humor, la comedia se vuelve una válvula de escape y aprendes a vivir sin sufrir tanto, aprendes a vivir mucho más relajado, no lo tomas personal, no lo sufres. A mí la comedia de verdad me ha cambiado la vida, es terapia, afrodisíaco, o lo que tú quieras. Si todos tuviéramos más sentido del humor y utilizáramos la comedia para todo, todo sería muy diferente”.

“Las personas nos queremos analizar y queremos aprender de nosotros mismos, y la comedia sirve para aprender sobre eso, porque refleja verdades muy profundas, aunque las puedes expresar de manera no tan cruda, porque a veces como la verdad incomoda, a veces no la quieres ver, pero si enseñan con otra cara, la aprendes mejor”

Mariana Treviño Actriz

“Estoy segura de que tenemos una idiosincracia en que las cosas que nos divierten a veces a otros pueblos no. Así que hacemos nuestras propias películas para reírnos de nosotros mismos. A veces creemos que la comedia se basa en las imágenes, pero no. La comedia para que el espectador se ría o se carcajee, se basa en la situación, porque nos permite vernos proyectados o nos parece descabellada”

Norma Angélica Actriz

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