Periodismo imprescindible Martes 16 de Abril 2024

#LuisMiguelLaSerie y cómo Netflix logró el revival más importante del siglo

Netflix es hoy el mejor aliado para el relanzamiento de la carrera de “El sol” pues tras el boom de la serie sobre su vida, Luis Miguel tiene ahora 27 temas en el Top 200 de Spotify México, y es uno de los artistas más escuchados, con más de 4.5 millones de oyentes mensuales y 1.1 millones de seguidores
09 de Junio 2018
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POR JULIÁN VERÓN

Recuerdo estar acostado en mi cama queen size, domingo, 9:50 p. m. viendo el cuarto episodio de Luis Miguel: la serie, con “Culpable o no” asesinando mi cabeza: la melodía yendo de lado a lado, tocando partes que yo no conocía que tenía debajo de mi terco y a veces largo cabello negro. Ocurría frente a mí un fenómeno rarísimo, ya que obviamente había escuchado la canción y conocía su éxito, pero cosas inexplicables estaban sucediendo en mi laptop, mientras veía a Diego Boneta tomarse dos tragos de whisky en las rocas entre versos de la grabación de “Culpable o no”.

Días después, abrí mi mail como hago cada dos horas ansiosamente, y encontré  un correo de Warner Music, que decía literalmente: “Los temas de Luis Miguel se dispararon 194 % en comparación al promedio de escuchas previo al estreno de Luis Miguel: la serie”. Además, decía que luego del cuarto capítulo –en el que se graba “Culpable o no”– la rola se colocó en el número dos de la lista Top 50 de México.

Hasta hoy que escribo estas palabras, Luis Miguel tiene 27 temas en el Top 200 de Spotify México, y es uno de los artistas más escuchados en esa plataforma, con más de 4.5 millones de oyentes mensuales y 1.1 millones de seguidores. El mail dejaba lo mejor para lo último (como quizás todas las relaciones): “Culpable o no” había aumentado 4 000 % sus plays en Spotify.

La respuesta fácil sería decir “sí, con una serie en Netflix, cualquiera”. Y obviamente no, queridos, el impacto social y cultural que está logrando Luis Miguel por la vía más directa posible (Netflix) probablemente será estudiado como uno de los casos contemporáneos más exitosos de cómo relanzar a un artista que, para la gran mayoría de las generaciones de jóvenes (millennials y Z), era más bien el artista que sonaba en casa de nuestros tíos y abuelas los domingos luego de comernos una barbacoa, para después pelearnos por cosas mundanas como una buena familia latinoamericana.

No me malinterpreten, o sea: Luis Miguel es el sudor debajo de las axilas de Lebron James en estas finales de NBA, la bandeja de entrada de Enrique Peña Nieto, el dedo índice de Donald Trump justo antes de presionar el botón nuclear, las huellas digitales desaparecidas en el arma que disparó la bala que mató a John F. Kennedy y, sobre todo: ¡el pinche sol de México! Pero su obra estaba quedando atrapada en viniles y reuniones familiares, o en recuerdos de cuarentones sobre sus “tiempos de juventud” en antros o amores no correspondidos.

Luis Miguel no es un artista que use muy bien Instagram, Twitter o Facebook. Vamos, es un güey que no le da entrevistas a nadie, y en esta época de historias de Instagram, no estar presente en las redes sociales es la manera más rápida y efectiva de lograr que la mayor parte de la población humana te olvide para siempre.

Crear una serie tampoco es la solución: ya salió la de José José y aún no he visto un tuit, ni siquiera alguna alma en pena me ha escrito por WhatsApp con la finalidad de comentarme algo acerca de ella. Y todo bien con “El príncipe de la canción”, pero no tiene el atractivo sexual y popular de Luis Miguel –probablemente gracias a él existe la palabra “mirrey”–. Habría que darle un doctorado honoris causa por su gran aportación a la cultura mexicana. Ni Benito Juárez, vaya.

La decisión de transmitir la serie en distintas semanas (justo como una novela), y no dejarla completa en Netflix –como suele hacerse con las demás–, es otro golazo importantísimo en este revival de Luis Miguel y en el éxito de la serie misma. Nos tiene cada domingo esperando que sean las 9:00 p. m. para poder ver el próximo capítulo y tuitear todas nuestras impresiones y mamadas. Estamos viviendo lo más parecido a tener redes sociales cuando existían las novelas relevantes de Televisa. Menos mal que esto no sucedió porque tendrían muchísimo más dinero del que tienen hoy en día.

La calidad musical de sus canciones, el atractivo sexual y popular (de nuevo); que es una persona blanca y güera, de clase alta, proveniente de padres europeos, y que además sea un gusto adaptado, aceptado y aprobado en la cultura mexicana y latina; una correcta elección de casting, más pasar esta historia en la televisión de los jóvenes (Netlix) han logrado el comeback más improbable de los últimos años en la industria musical.

Hoy Luis Miguel vuelve a conseguir números unos: que en las calles de la Zona Rosa los bares de karaoke estén llenos con gente borracha y necia cantando “Culpable o no”, que las letras de sus rolas estén en todo Twitter, y las teorías de conspiración acerca de lo que pasó realmente con su mamá Marcela vuelvan a conversaciones de sobremesa en cafés hípsters de la colonia Roma.

Si pudiese tomarme un whisky con Luis Miguel y los creadores de la serie, y sacar la idea de relanzarlo por Netlifx, para luego llenar Auditorios Nacionales en el 2018 como si estuviésemos en 1990, lo haría muy feliz. A su salud, queridos.  

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