Periodismo imprescindible Jueves 28 de Marzo 2024

Que las chick flicks no arruinen tu vida

Tu relación desastrosa y esa peli romántica que tanto te gusta tienen más en común de lo que imaginas
11 de Febrero 2018
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POR GIO FRANZONI

No hay nada de malo en sentarse frente a la pantalla con un litro de helado a reprochar esa relación en A Walk to Remember que tú nunca tuviste con tu ex. A final de cuentas, el disfrute hipercalórico acompañado de una buena catarsis no le hace daño a nadie. Lo que sí resulta un problema es que pienses que –como en esas chick flicks que te avientas en maratón– el amor verdadero sólo va a llegar a ti si sufres lo suficiente o renuncias a todo lo demás. Lo sé porque, como muchas otras niñas, mi primera referencia del amor romántico vino de uno de esos filmes donde, luego de llorar un ratito, la protagonista se reencuentra con el amor de su vida. Eso a una morra 13 años puede causarle un daño terrible.

A las malas aprendí que no, que la relación con ese amigo con el que me acostaba no iba a ningún lado porque en realidad no éramos Ashton Kutcher y Natalie Portman en No Strings Attached; que a diferencia de como lo plantean en What Women Want no todo se trata de tener sexo con un chico guapo; y que sufrir por un patán como Jude Law en Alfie sólo terminaría de darle en la madre a mi autoestima.

Más allá de los escenarios románticos o tramas utópicas, el mayor problema con las chick flicks es que sin importar si eres una periodista sumamente ingeniosa como Kate Hudson en How to Lose a Guy in 10 Days o una productora de TV exitosa como Katherine Heigl en The Ugly Truth, la vida de estas mujeres gira sólo en torno a una cosa: el amor. Así, te manejan que este es la única clave para la felicidad y si no lo tienes, estás arruinada.

Si a eso le sumamos que vivimos en una sociedad donde la mujer todavía es vista como un objeto sexual –2017 tuvo como hashtag más relevante en redes #MeToo, un trend que sirvió para denunciar el acoso que han sufrido millones de mujeres en el mundo–, que Tinder ha creado una generación urgida de relaciones inmediatas, y que el estereotipo machista de “mujeres quedadas” comienza a pesarnos después de los 28 años, entonces las chick flicks como 27 Dresses pueden convertirse en un arma letal para el corazón femenino.

Y aunque los que están mal son quienes manejan la industria por vendernos amores eternos comprimidos en 120 minutos de película, hay un antibiótico llamado empoderamiento femenino, listo para combatir nuestros prejuicios por no cumplir el estereotipo de “la chica de a lado”.

Si sufres del mismo mal, entonces sabes lo que es brincar de una relación amorosa a otra con el corazón roto, mientras tu vida comienza a carecer de sentido. “¿Por qué yo entre toda esta gente no puedo encontrar alguien que me quiera?”, “¿qué va a pasar conmigo si me quedo sola?”, era lo que yo me preguntaba después de que me diera cuenta de que esa primera cita con mi match de Tinder había sido un desastre.

A la larga, después de encontrarme a mí misma, superar mis miedos y levantar mi autoestima, pude darme cuenta de que las preguntas correctas son “¿Por qué estás dispuesta a dejar de ser tu misma para agradarle a un tipo con el que sólo has hablado por WhatsApp?” y “¿es este fulano que tengo enfrente lo que verdaderamente quiero?”. En perspectiva puedo darme cuenta de que, si las citas fracasaban era porque estaba enfocada en lo que yo tenía que proyectarle a mi date con la finalidad de complacerlo, sin pensar en si era el tipo con el que yo me sentía libre de ser quien soy.

A mí uno de los chick flicks que más me pegaba de morrita era The Notebook, y si algo se les olvidó en ese filme para no causar daños colaterales en mi corazón, fue poner un disclaimer que explicara que la única manera en que esos viejitos pudieron morir juntos y eternamente enamorados fue porque durante años se aguantaron mutuamente el mal aliento en las mañanas, mientras aprendían que una relación de pareja amerita esfuerzo de ambas partes; dejaron a un lado los celos y, aun siendo conscientes de que amar los hacia vulnerables, eso no significó una ventaja para manipular al otro. En pocas palabras: ser la mártir en una trama amorosa no te hará feliz y tampoco es el camino correcto.

Pero una vez que eliminé de mi cabeza cualquier pensamiento romántico que evocara a Bridget Jones, pude ver más allá del encuadre. Para explicarme aquí un final alternativo de How to Lose a Guy in 10 Days: si Kate Hudson al final se hubiera quedado sin el galán de Matthew McConaughey, su vida no hubiera ido nada mal porque por fin iba a tener su propia columna en la revista que escribía; tenía su propio departamento, a su familia y a un grupo de amigas increíble. Eso, más solvencia económica e independencia. No estoy diciendo que romper con Matthew no le iba a doler a Kate, pero sería muy idiota de su parte dejar todo a un lado para echarse a llorar por un tipo que únicamente frecuentó durante dos semanas, ¿no?

Así que en cuanto termines ese bote de helado acompañada de tu peli romántica favorita porque tu crush de Tinder no te pidió una segunda cita, acuérdate de que hay amores que, como en la pantalla, pueden durar menos de 190 minutos. No dejes que eso te aterre. El amor está padre, sin embargo, recuerda que las mujeres no estamos destinadas a encontrar desesperadamente quién nos ame.

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