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Romper barreras invisibles

Issa López es la primera mujer en ganar el premio a Mejor Dirección en la categoría Horror, del Fantastic Fest por Vuelve, una película que retrata la violencia del país, pero con un toque de fantasía y terror
06 de Noviembre 2017
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POR JAVIER PÉREZ

A Issa López –directora de Casi divas (2008) y Efectos secundarios (2006), guionista de A la mala (2015) y Ladies’ night (2003)– la premiaron por haber escrito y dirigido una película de terror. A muchos les extrañó, aunque Issa dice, con esa voz tan propia y de palabras puntuales, que es tan fan del género que iba a suceder eventualmente. Y Vuelven es esa eventualidad: la historia de Estrella, una niña de unos 12 años que, en alguna ciudad de México, se queda huérfana a consecuencia de la violencia ejercida por el crimen organizado; entonces se une, con ciertas dificultades, a un grupo de niños con los que debe sobrevivir a una aparente amenaza sobrenatural y, también, a una amenaza real en la figura de un político que maneja los hilos de las bandas locales.

Issa no sólo dirigió su primera película de terror, también se convirtió en la primera cineasta en ganar el premio a la Mejor Dirección en la categoría Horror del Fantastic Fest, uno de los más prestigiados festivales fílmicos del género. “Es enorme para mí –dice–. Totalmente inesperado”. Una vez que los organizadores del festival vieron la reacción de los espectadores, le pronosticaron el premio del público. “Uno no se lo quiere creer porque no hay nada más triste que una desilusión”. Cuando la decisión del jurado estuvo lista, le enviaron una felicitación y el listado. Tardó en encontrar su nombre.

“Fue una sorpresa enorme porque es un honor precioso. Me tardé un rato en enterarme de que había sido la primera mujer. No es de extrañarse porque no es un género que frecuenten las mujeres; es de extrañarse que las mujeres no trabajen más el género porque nos encanta el cine de terror. Creo que hay ciertas barreras invisibles que no cruzamos porque estamos acostumbradas a no hacerlo. Es un honor que la primera mujer en ganar esto sea mexicana, con una película sobre temas nuestros. Me duermo con una sonrisa en la boca en estos días”.

Issa empezó el guion de Vuelven a finales de 2012. Lo escribió muy rápido: en seis semanas. “Es uno de esos guiones que se escriben solos, pero lo detuve porque empecé la preproducción de una película muy grande, muy ambiciosa, que terminó no haciéndose, como pasa con frecuencia. Y después de esto, en un momento de desesperación porque necesitaba filmar, me decidí por este guion que yo amo”. Issa sabía que no iba ser fácil de financiar: “es una película dura, compleja, que cruza géneros”.

Sin embargo, logró levantarla a pesar de que no fue algo trivial. “La gente que financia proyectos, que apuesta a que sean comerciales, necesita saber si estás haciendo una comedia o una comedia romántica o una película de terror. Esta es una película que cruza géneros: siempre es más complicado de levantar, además, es muy oscura, cosa que preocupa y asusta”.

Al final, consiguió firlmarla con todo el tiempo que necesitaba hasta que “sintiera que estaba perfecta”. Elegir a los niños fue la primera tarea. Y no fue fácil. La selección inicial incluía 600; luego se redujo a 200, a 100, 50, 20. Hubo 10 finalistas y en un taller se seleccionó a los cinco que aparecen en la película. Ellos estuvieron con Fátima Toledo, una coach de actuación que trabajó en Ciudad de Dios (Fernando Meirelles, Brasil, 2002): “Ella los sensibilizó muchísimo, a quitarles vicios y abrirlos a las emociones de la soledad, de defenderse solos. Me fue utilísimo”.

Fueron dos semanas de tallereo con Fátima y una con Issa. “Los niños no leyeron el guion y no lo conocían. Y filmamos cronológicamente. Entonces fueron descubriendo lo que les pasaba a medida que lo filmamos: los shocks son de verdad”.

Con las locaciones, Issa quería dar una idea de desolación, pues su intención, muy en la línea de lo hecho por Guillermo del Toro en El espinazo del diablo (2002), era provocar que la fantasía se mezclara con una realidad cruenta.

“Me parece que la fantasía sola se ha explorado muchísimo con unos éxitos divinos e increíbles. Me parece que el cine que aborda nuestra realidad se ha hecho muchísimo y muy bien. Pero no se había hecho este cruce de la realidad con la fantasía. Y siento que la brutalidad de lo que ocurre en México ya es una historia de terror, así que ya no tienes que hacer mucho. Me sorprende ser la primera que haya visto eso. Es la primera película que aborda el universo de esta violencia llevándolo al horror. Y también me parece que esta violencia provoca una sobrepoblación de fantasmas clamando justicia, que nos tienen que seguir hasta que se las demos”.

Issa quiso que su pandilla de niños, sus héroes arquetípicos, tuviera un arco de crecimiento: “Son niños forzados a ser adultos. Parece que escapan de los peligros reales y de los peligros sobrenaturales. Pero luego nos damos cuenta de que se refugian en lo sobrenatural para poder enfrentar la realidad”.

—¿Por qué niños?

—Creo que este grupo de niños que se juntan a fin de tener una aventura –como ocurre en Goonies,  ET, o la literatura de Stephen King con It, o El señor de las moscas– fue una parte crucial de mi infancia. Mis primeras escrituras a los nueve años eran aventuras sobre grupos de niños que se convertían en aventureros. Y en segunda creo que no se está abordando en México que entre las víctimas de la violencia están estos niños, que tienen que convertirse en pequeños guerreros y hacer sus propios reinos, tomando estas ciudades fantasmas. Entonces era lógico que fueran los personajes de mi historia.

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