Periodismo imprescindible Viernes 29 de Marzo 2024

Sharp Objects

Amy Adams interpreta a Camille Preaker, una reportera alcohólica que tiene una misión: investigar unos asesinatos en la América profunda, en cuyas raíces aún habita el conservadurismo más atroz, el machismo más rampante y el fanatismo más perverso
15 de Julio 2018
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La ausencia de Game of Thrones de la pantalla de HBO parece que es más benéfica para los televidentes que para los dueños de la cadena y los fans de la épica de los dragones. Y es que en su desesperación por llenar el vacío que ha dejado el impasse de aquella serie, HBO no se ha dormido en sus laureles y ha traído nuevos productos que son verdaderas joyas.

Es el caso de Sharp Objects, la adaptación a miniserie de la novela homónima de Gillian Flynn (Gone Girl, Dark Places, ambas ya adaptadas a cine) que además fue el primer título de su explosiva carrera como escritora. La serie es dirigida por Jean-Marc Vallée, el responsable de aquella maravilla llamada Big Little Lies (miniserie también de HBO) que ganó 4 Golden Globes y 8 Emmys. Y para cerrar la trifecta, la actriz protagónica es Amy Adams, a quien se le ha ninguneado el Oscar pero que nadie duda de sus capacidades de gran actriz.

En Sharp Objects seguimos la historia de Camille Preaker (Adams), una reportera del St. Louis Chronicle. Su editor en jefe le acaba de encargar una historia: una serie de asesinatos ha estado sucediendo en el pueblo de Wind Gap, de dónde ella es originaria. “Con suerte y es serial”, le dice el editor a una reticente Camille quien lo ultimo que quiere es regresar al pueblo  donde nació.

A diferencia de Big Little Lies, donde el drama ocurría en medio de la tremenda opulencia de un grupo de mujeres de Monterrey, California, aquí estamos frente a una exploración antropológica de un típico pueblo norteamericano, la América profunda en cuyas raíces aún habita el conservadurismo más atroz, el machismo más rampante y el fanatismo más perverso.

Ese es el pueblo del que Camille huyó y el que aún hoy le reprocha esa huída. Más aún cuando aquella hermosa chica se convirtió en una reportera desaliñada, fumadora y bebedora extrema, que no sólo carga en su bolsa muestras de licor, también engaña a todos al hacerles creer que bebe agua de una botella cuando en realidad es vodka rebajado.

Y nadie está más decepcionada de Camille que su madre, interpretada con grácil indiferencia por Patricia Clarkson en un papel que nos recuerda a Anne Bancroft en Great Expectations (Cuarón, 1998), otra mujer que vive en el pasado, danzando en su casona y siempre con una copa en la mano.

Regresar al pueblo es recordar, pero en la elegante edición del propio Vallée los recuerdos y el presente se fusionan en constantes flashbacks donde por instantes el sentido del tiempo se pierde.

En ese ambiente hostil, de reproches constantes, de miradas que le cuestionan su trabajo (“¿acaso quieres hablar mal del pueblo donde naciste?”), de detectives que la miran con recelo y de un jefe que le exige no parar hasta tener una historia, Camille debe enfrentar a sus propios fantasmas e indagar, mientras un asesino sigue al acecho.

La vis actoral de Amy Adams (que dice tanto con esa mirada) queda perfecta para el papel de esta mujer quebrada, llena de defectos, que es capaz de quedarse a beber dentro de su coche y cuya desidia es tal que todavía usa un celular con la pantalla rota, mismo que utiliza con el fin de escuchar música todo el tiempo.

Con una atmósfera siempre ominosa, el misterio habita en todos y cada uno de los personajes. Camille llama a su jefe y le dice que necesitará más de 800 palabras para terminar su texto; y en efecto, nos queda claro que el misterio que encierra esta historia va más allá de los asesinatos y el recuerdo, la violencia hacia la mujer. El machismo y la represión serán los puntos nodales de esta serie que se deja fluir con el mismo encanto e inteligencia que una buena pieza de literatura.

 

Dirección: Jean-Marc Vallée.

Guion: Alex Metcalf, Vince Calandria, entre otros; basados en el libro homónimo escrito por Gillian Flynn.

Producción: Amy Adams, Jean-Marc Vallée, Alex Metcalf, entre otros. EU, 2018.

Fotografía: Ronald Planter e Yves Bélanger.

Edición: Jean-Marc Vallée.

Con: Amy Adams, Patricia Clarkson, Chriss Messina, entre otros.

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