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Acordes positivos

La banda Belle and Sebastian se presentará el próximo 14 de junio en el Frontón México con el mismo objetivo de todos sus shows: hacer que sus fans pasen un buen rato
10 de Junio 2018
40-41
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POR JAVIER PÉREZ

La voz de Chris Geddes parece la de un adolescente titubeante, aunque tiene 43 años. Habla en un tono bajo y suele repetir las primeras palabras de sus respuestas. El tecladista de la influyente banda escocesa de indie pop Belle and Sebastian, que se presenta este 14 de junio en el Frontón México, es un tipo flacucho que usa lentes. Su aspecto recuerda a alguno de los personajes de The Big Bang Theory, pero su voz a alguno de los de Trainspotting. Chris Geddes es físico por la Universidad de Glasgow, sin embargo desde hace poco más de 20 años –de hecho desde que se fundó– forma parte de la banda liderada por Stuart Murdoch.

Belle and Sebastian acaba de publicar How to Solve our Human Problems, décimo álbum en su discografía iniciada en 1996 con Tigermilk, compuesto por tres EP de cinco rolas cada uno que se publicaron escalonadamente hasta completarse en febrero, algo inusual en los tiempos donde predomina la inmediatez, aunque la banda ya había hecho algo similar entre su segundo y tercer discos. No obstante, ahora, dice Chris, la inspiración proviene de las bandas de los setenta y ochenta que lanzaban EP como si fueran lados B. Además de que con esta nueva producción continúan las exploraciones sonoras iniciadas con Girls in Peacetime Want to Dance: un powerpop más bailable, con guitarras más fuertes y sintetizadores cambiantes.

“Todos en la banda seguimos queriendo que las canciones tengan un mensaje serio, pero que además la música funcione para pasar un buen rato. Creo que cuando vas a tocar conciertos más grandes, como en festivales, es una buena oportunidad tocar música con más bits para la multitud, un poco más masiva. Pero no quiere decir que queramos hacer algo banal”.

Parece que la apuesta ha funcionado, incluso la de lanzar el álbum dividido en tres partes. “La gente ya no compra la música de la misma manera como lo hacía hace 20 años. Ahora ya ni siquiera compra discos completos. Pero la recepción que hemos tenido por lo menos me hace sentir que llamamos la atención”.

Y como no hacían desde 2002, Belle and Sebastian regresó a Glasgow, la ciudad de donde son oriundos, a grabar el nuevo material. Fue como si hacerlo de ese modo supusiera una jornada de trabajo “normal”. Primero visitaron varios estudios de la ciudad y cuando encontraron los adecuados, grabaron una canción en un estudio distinto. “Era como ir a trabajar a una oficina. Salías por la mañana al estudio, estabas todo el día grabando la canción y al final de la tarde regresabas a casa. Fue como compilar música”. Fue una manera de salirse de la dinámica que mantenían desde hace más de 15 años, de viajar a otra ciudad y encerrarse a grabar a fin de evitar distracciones. Como ha dicho Stuart Murdoch, el líder de la banda, se trató de ensuciarse las manos para elaborar la música que querían.

También ha cambiado su proceso creativo. Si bien Chris considera que desde 2002 hay un antes y un después tras la salida de Isobel Campbell y la entrada de Sarah Martin, quien le inyectó vitalidad a la banda, también sostiene que hay una mayor integración de todos los miembros del sexteto a la hora de componer. “El proceso creativo surge de distintas maneras. A veces lo que llega primero es una melodía que alguien de la banda lleva a los ensayos; a veces Murdoch tiene una letra o alguien tiene una idea, todos trabajamos en ella hasta convertirla en una canción”.

Para Chris, las canciones de Belle and Sebastian “son muy honestas, emotivas, conectan con la gente, son bastante accesibles y somos muy abiertos”. Y cada vez más, positivas. Eso, dice, se le debe a la visión de Stuart Murdoch, quien está influenciado por el budismo. El letrista principal de la banda declaró recientemente: “Fundamentalmente, cualquier forma de sufrimiento o confusión puede hacer que la gente replantee su vida y que además tome en cuenta los problemas de los demás… y podemos reaccionar deprimiéndonos o aceptarlo y tratar de hacer algo positivo al respecto”.

De eso trata How to Solve our Human Problems, de eso y de un sonido en evolución permanente. Quizá por eso, el rango de edad de la audiencia de la banda es cada vez mayor. Dice Chris: “Tenemos fans que ya son mayores y que compran el disco y vienen a los conciertos, y hay gente nueva que se deja caer. Y eso es bueno también. Me emociona que en cada nuevo álbum sigas conectando con la misma gente, pero que al mismo tiempo se acerquen nuevas personas”.    

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