Periodismo imprescindible Jueves 28 de Marzo 2024

De Iztapalapa para Indio, California

La cumbia, la salsa, el merengue y la guaracha –entre otros géneros– están en medio de un revival y una hipsterización muy importante, y esto se coronó recientemente con la aparición de Los Ángeles Azules en el cartel del Festival Coachella 2018
21 de Enero 2018
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POR JULIAN VERÓN

“Desde Iztapalapa para el mundo” es la gran frase que utilizan Los Ángeles Azules cada vez que suben a un escenario con el propósito de hacer bailar y olvidar males a miles de personas. Hace días, se dio a conocer el lineup del Coachella, y todas las redes sociales del planeta Tierra anunciaron con bombo y platillo la llegada del combo de Iztapalapa para Coachella, el paraíso hipster en donde es legal vestirnos con florecitas, consumir nuestra droga de preferencia y abrazar a algún amigo con la finalidad de decirle cuánto lo amamos.

No quiero creer que parte de esta decisión venga de todas las críticas que le cayeron encima a los organizadores del Coachella por la noticia que los acusaba de haber apoyado la campaña de Trump. Tuvieron muchísimas críticas en las redes y, bueno, al parecer “latinizaron” el festival. Como ya he dicho en varios textos antes publicados en estas hojas de papel (si las hueles de cerca tienen un gran aroma), ser latinos hoy en día en la industria musical es un plus muy cabrón. El reguetón domina el mundo, tener acento latinoamericano es un extra para cualquier artista, y al parecer hay una gran sed de apropiación cultural por parte del planeta para todo lo que tenga que ver con raíces latinas. La cumbia, la salsa, el merengue, la guaracha –entre otros géneros– gozan un revival y una hispterización muy importante que, con la invitación a Los Ángeles Azules al Coachella, se corona.

“Nos enorgullece representar a México y a la delegación Iztapalapa. Antes la gente tenía otra idea de la cumbia, ahorita ya el tiempo cambió y es universal. La gente que va con nosotros ya no sólo va a escuchar, va a bailar también. La música puede cruzar fronteras”, dice Esmeralda Mejía, integrante de Los Ángeles Azules. Y sí, la discriminación de este tipo de música antes era pan de cada día, el prejuicio dominaba las mentes de los seres humanos y nadie opinaba distinto.

Todos los géneros musicales pasan por esta etapa: el rock n’ roll, el rap, el reguetón… Y cuando esto pasa son señales de que el género en discusión está penetrando barreras y cambiando la percepción que se tenía del mismo. En este caso, la cumbia ya no es música de pedas o que sólo oyes si estás en casa de tus tíos debido al cumpleaños de una prima que no conoces. Ahora es “bien visto” oír cumbia peruana psicodélica porque está en boga. Pueden estar de acuerdo o no, pero así es cómo funcionan las modas en el lindo universo.

Los Ángeles Azules también fueron visionarios, observaron que esto se venía y decidieron surfear la ola. Grabaron un disco en vivo, con varios artistas de distintos géneros reversionando sus éxitos, el De plaza en plaza. Lo mismo hizo Bronco, otros representantes importantísimos del género, con su disco Primera fila.

La música tiene que eliminar barreras, ser inclusiva y matar el estigma de que todo se divide en géneros. ¿Acaso el arte es una especie de supermercado que divide todo por cajones? ¿Por qué no organizar un festival en donde puedan estar tranquilamente J Balvin, Los Ángeles Azules, Zoé y Queens Of The Stone Age? Así sí sería un “festival musical” de verdad. Si hay personas a quienes no les guste una banda, pues van a otro escenario y esperan la de su gusto. Así es cómo funcionan todos los festivales.

Los prejuicios y discriminaciones ya no deben tener cabida en el arte, y mucho menos en el mundo. Recuerdo lo que me dijo una amiga sobre su experiencia al asistir al último Corona Capital: “En el auto, yendo al festival, estábamos todos pedos escuchando reguetón. Y eso que asistíamos al Corona Capital a escuchar otro tipo de música”. Una verdadera fiesta musical tiene que tener diversidad, y ahí veríamos todo el tiempo que los organizadores de festivales (y nosotros también) se tardaron en armarla. La música es mucho más que solos de guitarra eléctrica a todo volumen o un acordeón. Mientras más rápido ocurran este tipo de fusiones, todos vamos a ser más felices y completos. Estén seguros de esto.

Coachella es el primer festival de gran envergadura que quiebra muros y une géneros antes vistos como marginales o de mal gusto. Sin embargo, luego del éxito que seguramente tendrán Los Ángeles Azules en el festival, veremos esta práctica muchas veces más. ¿No estaría cabrón bailar cumbia, reguetón, rock n’ roll, pop, y rapear todos en un mismo suelo con cintas de flores de colores en el cabello y mucho alcohol dentro de nuestro organismo? Ya basta con el complejo separatista que parece que tenemos. Seamos felices y cohabitemos todos juntos en un mismo lugar. Está bueno ser felices en el 2018, ¿no creen? Larga vida a Los Ángeles Azules, el Coachella, J Balvin, Fito Páez, The Who, Tupac, Biggie Smalls, y a todo lo que tuvo que suceder para que en el flyer del Coachella apareciera esto. Me tomo un whisky en las rocas en su honor. 

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