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Del dolor al arte

26 de Noviembre 2017
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¿Cómo conviertes el dolor del que se habla casi todos los días en arte? Eso es lo que descubrieron Tania Reyes e Isabel Juárez en dos estados de México cuya conexión es enorme, proporcional a la distancia que separan las entidades donde viven.

De alguna manera, ellas y el arte lograron llegar a las periferias de las ciudades en donde habitan: Chihuahua y Chiapas. No solo eso, también le han cambiado la vida a muchas mujeres en los lugares donde más lo necesitan.

Ellas no saben que ambas se dedican a actividades muy similares para mejorar su entorno, pero finalmente se encontraron el 29 de noviembre en un diálogo, como parte de la jornada de #16Días de activismo para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las mujeres.

Isabel Juárez eligió el teatro para montar obras con kiteessay.com essaysbig.com essaysbig.com mujeres de San Cristóbal de las Casas. No fue tan sencillo lograr que ellas fueran, se integraran y sobre todo, que permanecieran en el grupo de Fortaleza de la Mujer Maya A.C. (FOMMA).

Isabel recuerda a una mujer cuyo marido le impidió que siguiera asistiendo al grupo de teatro y amenazó con golpearla si volvía. FOMMA intervino y logró convencer al señor de que su pareja regresara al grupo, pero la idea de Isabel no era provocar más violencia entre los integrantes, todo lo contrario: era mostrar cómo las mujeres pueden conocer sus derechos.

Entonces en sus representaciones abordan temas que le conciernen a la comunidad: obras de teatro que hablan sobre alcoholismo, roles de género, violencia, feminicidios, política, la vida en pareja y temas de juventud, por lo que cuando hacen un nuevo pase de lista, los hombres ya se apuntaron a las actividades del grupo.

Ciudad Juárez es…
Ciudad Juárez vio en su momento más violento entre 2010 y 2011 a muchas personas que decidieron abandonar sus hogares que recién habían comprado.

“Cuando la gente migra a Juárez, busca una mejor economía, posibilidades de vida y una de esas cosas que se prometen a sí mismas es tener un patrimonio. Y la violencia los despeja de este patrimonio por el cual luchan, entonces dejan las promesas inconclusas”, cuenta Tania.

Ella en Ciudad Juárez es miembro Colectivarte, un taller de resiliencia artístico en el Centro Cultural La Promesa, nombre que adoptaron bajo esta idea de quedarse ahí.

Una de las actividades más importantes que se realiza en esa entidad empezó cuando a Verónica Corchado, del Instituto Municipal de la Mujer en Ciudad Juárez, se le acercó una mujer para pedir que le hiciera un mosaico a su hija, quien había sido víctima de feminicidio.

Pero la respuesta fue diferente a lo que esperaba, pues en lugar de hacer el mosaico, se le ofreció a ella y a otras madres en las mismas circunstancias que aprendieran cómo hacerlo.

“Que poco a poco ellas vayan reconstruyendo a sus hijas, con una imagen o una fotografía. Al final de este proceso, que se combina con cuestiones terapéuticas, se hacen ejercicios con ellas. Es muy importante, pero también denso por la cuestión emocional que se trabaja”.

Ahí mismo, en la Promesa, mujeres rarámuris aprenden a trabajar con frutas o plantas para teñir telas y hacer arte textil que después venden. Esto les da herramientas para tener un trabajo distinto y romper con el modelo laboral tradicional y que no es flexible, pero que perdura en Ciudad Juárez como la industria maquiladora.

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