Periodismo imprescindible Martes 23 de Abril 2024

La Barataria nuestra de cada día

Llega al Foro Shakespeare la puesta en escena con la que el polifacético director Benjamin Cann pretende mostrar su faceta más contestataria y a la vez desafiante, en una era de precariedad social donde temas como la corrupción son  asuntos cotidianos en la realidad mexicana
21 de Enero 2018
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POR MIRIAM CANALES

Según la célebre obra literaria Don Quijote de la Mancha, Barataria se refiere a una ínsula inmersa en la corrupción y la inseguridad, la cual todos se rehusaban a gobernar hasta que convencieron de liderarla al incauto Sancho Panza, personaje “que nunca había leído un libro”. Cualquier alusión con la realidad mexicana podría ser “mera coincidencia”… sin embargo no lo es. Esta es la premisa de su director, Benjamín Cann, quien habla sobre la puesta en escena de esta obra teatral que llegó a la cartelera de la Ciudad de México desde el 24 de enero, y cuya temporada se extiende hasta el 9 de mayo en el Foro Shakespeare.

La analogía entre este episodio literario escrito por Miguel de Cervantes Saavedra y la situación sociopolítica mexiquense es evidente, pero el resto del país no queda exento. Barataria: Estado de México es el nombre de la puesta en escena que habla de una patria apartada de los pueblos aledaños que evitan contagiarse de su bagaje plagado de saqueos, pobreza y delincuencia. Mediante un formato poco convencional, esta obra busca involucrar al público en el proceso de adaptación. Sentados en una mesa cercana al director y al elenco, el espectador se empapa de la acción que brota de la historia. Es así como aporta una experiencia contundente tanto en la ficción como en la realidad donde incluso caben la sátira y la risa.

Para esta aventura histriónica, Benjamín llevó a cabo la adaptación, y con la finalidad de desarrollarla eligió a actores como Rodrigo Murray, Dalilah Polanco, Pedro de Tavira, Carmen Madrid, entre otros; en la parte musical a Jacobo Lieberman, y Matías Gorlero en el diseño escénico. Su estreno oficial fue en el Festival Internacional Cervantino de 2016; la obra también pasó por una breve temporada en 2017 en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart) y ahora, en 2018, llega al Shakespeare.

“Yo soy muy indeciso, muy inquieto, y trabajo en muchos lugares a ver si algún día me siento satisfecho en alguno de ellos”. Polifacético como es, el currículum de Cann se remite no sólo al teatro, sino a un vasto repertorio en cine y televisión desde la década de los ochenta. Películas como Crónica de un desayuno, De muerte natural, y telenovelas como Rubí, El pecado de Oyuki y La doble vida de Estela Carrillo son algunos títulos comerciales, sin embargo, con Barataria, Estado de México muestra otra de sus facetas. Una más contestataria y a la vez desafiante en una era de precariedad social: “Yo tengo una debilidad personal de tocar todos los medios, pero en el teatro concretamente es más complicado sobrevivir y dedicarse; los sueldos son muy bajos, muy poca gente va, hay muy poca difusión”, se queja respecto a la actual situación de la escena teatral en este país.

En lo que respecta a la próxima contienda política en el 2018, su óptica tampoco es favorable: “Yo la verdad soy pesimista por naturaleza. No tengo grandes expectativas, nadie me entusiasma sobremanera, aunque toda mi vida he sido de izquierdas, pero se nos viene un panorama pesimista y las cosas se van a poner peores. Ninguno de los de ahora: Meade, Anaya o López Obrador nos habla con la verdad ni tiene un proyecto concreto para tratar de fomentar alguna esperanza de que sí hay un camino viable para vivir con mayor tranquilidad, trabajo asegurado, mas dignidad, para mantener a nuestras familias. Tenemos que voltear a ver más a nosotros mismos”, es así como lo avizora.

El estreno de Barataria en el Festival Cervantino de 2016 sufrió las consecuencias de un recorte presupuestal; algunos medios divulgaron una probable censura de la que el director se muestra dudoso: “En este país somos ya suspicaces profesionales, todo suena chueco. Si lo hubo yo no lo sé, a mí nadie me censuró, nadie me dijo ‘esto lo puedes o no lo puedes decir’. Si alguien especuló con la idea del presupuesto entonces censuraron a toda la cultura de este país, no nada más a nosotros. Cada año recortan el dinero más y más”.

Finalmente, fue Jorge Volpi, entonces director del festival, quien terminó patrocinándolo: “Yo escribí esta obra para hacerla grandota, pero en el cervantino nos recortaron y todos pagamos el pato, entonces Volpi me lo comunicó y aunque no había suficiente capital valía la pena verla, compartirla. Él nos dio un espacio y nos pagó esa producción”.

Además, con el propósito de aderezar este relato, se incluyeron textos de periodistas como Denisse Dresser, Jorge Volpi, Lorenzo Meyer y René Delgado. “Él dice que sí lee, no sé si lo dice Sancho Panza o Peña Nieto –afirma con ironía–. Esta obra usa diferentes escritos de Cervantes y junto con estos incluí de diferentes escritores mexicanos, periodistas que observan la realidad mexicana, los metimos todos a la licuadora e hicimos de eso un símil de la realidad que estamos viviendo hoy. Es una farsa de lo que es en este país, y es una farsa trágica”.

—¿Entonces habías sido militante de la izquierda?

—Pues en mi cabeza y corazón he sido de izquierda. Yo como persona sí, pero los líderes por los que me ha tocado tampoco me entusiasman en este momento.

—¿A tu modo de ver seguiremos inmersos en una Barataria en el futuro?

—Sí, caray. Yo creo que sí. La corrupción va a seguir y nuestros líderes van a seguir robando, el crimen va a seguir abusando y habrá más inseguridad.   

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