Periodismo imprescindible Miércoles 24 de Abril 2024

Mujeres ingobernables

Isabel Aerenlund, además de producir cine y teatro, también actúa, 
y próximamente la veremos como la antagonista de Kate del Castillo en la segunda temporada de Ingobernable, una serie cuyo éxito estaba garantizado al cuarto día de su estreno, cuando se convirtió en 
el show más visto después de Stranger Things
09 de Septiembre 2018
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POR JAVIER PÉREZ

En el trailer de la segunda temporada de Ingobernable, que se estrena el 14 de septiembre en Netflix, aparece brevemente la imagen de una mujer que mira unas pantallas de lo que parece un circuito cerrado. El personaje se llama Kelly y lo interpreta Isabel Aerenlund, quien además de dedicarse a actuar también es productora de cine y teatro, como lo fue en el caso de la película de animación Ana y Bruno.

Su personaje en la serie, al que llegó por casting, es una mujer “muy fuerte, poderosa, brillante, muy maquiavélica, pero también sabe su valor, se sabe inteligente, capaz y valiente”, dice. Es, de hecho, el antagonista del que interpreta Kate del Castillo, Emilia Urquiza, la ex primera dama acusada de asesinar a su esposo, el presidente de México.

“Kelly es una mujer que ha debido construirse a sí misma sin ayuda y que tiene mucho poder tanto en Estados Unidos como en México. Personalmente, me llaman la atención los humanos que tienen que construirse, defenderse y encontrarse, es decir, que descubren quiénes son realmente y luchan lo que tengan que luchar con el fin de llegar a ser quienes son. El cómo usa todo ese poder ya lo podríamos discutir, pero la parte de ser un humano con tanta fuerza para sobrevivir y llevar a cabo sus sueños es admirable”.

A Isabel, una mujer de presencia fuerte, le gusta que Ingobernable aborde temas que ella considera cercanos a la realidad. “No son una realidad muy grata por el momento para el país, pero creo que es importante ver lo que nos está pasando, aunque no sea la parte bonita, para poder trabajarla y cambiar. También me gustó que presenta el sistema completo y cómo funcionan la corrupción, el narcotráfico y este abuso de poder. Me gusta que ves el todo, no nada más al narcotraficante por separado. Creo que es importante entender el tema de la corrupción y de la violencia que vivimos, tiene que ver con un sistema que permite que eso suceda. No es un solo culpable o un solo responsable. Creo que todos somos responsables, tanto sociedad y gobierno, de esto”.

Otro punto que le parece importante de la serie de Netflix es que tiene personajes femeninos muy fuertes, sin dejar de lado los masculinos. “Tenemos que contar las historias de ambos lados, si no, nos empobrece a todos. La forma de evolucionar del humano es conociéndose; te tienes que conocer a ti en tu género, pero también a ti en tu género ante el otro. O en la diversificación de géneros: existimos humanos de todos los sabores, colores e inclinaciones. Debemos ser una sociedad mucho más incluyente y abierta, entender que el mundo no es ni perfecto ni controlable. No tenemos que vivir en el miedo del otro, sino en la curiosidad de quién es el otro y abrazar las cosas que son diferentes para enriquecernos. Me parece muy bien que haya historias protagonizadas por mujeres, pero todavía tenemos que explorar mucho más, porque falta mucho más para lograr un balance y tenemos que explorar a las mujeres en todos sus rangos”.

Por lo pronto, es propicia esta época en la que se busca la equidad de género, y ayudan la gran cantidad de propuestas que se están generando entre series, películas y obras de teatro. “Hay una apertura del mercado impresionante. Por un lado, ha crecido, hay muchas más plataformas y por lo tanto muchos más proyectos que se escriben y producen. Pero también lo que está muy padre es que dentro de estas mismas plataformas hay apertura para hacer proyectos en otros lugares. Es decir, aunque Netflix o Amazon son americanas, finalmente están produciendo para el mercado latinoamericano, el asiático o el de Medio Oriente o Europa”.

En el caso de Ingobernable, por ejemplo, Netflix apostó y la sacó en 190 países. “Eso ya es casi todo el planeta –dice Isabel–. Atreverse a hacer eso, posicionar una historia que sucede en México de esa forma, me parece muy valiente de parte de Netflix, de ahí obviamente han seguido más y seguirán más. Eso también permite un acercamiento entre talentos, porque si a mí me ve alguien en Rusia o en Europa, no nada más nuevo público, sino también nuevos directores, guionistas, tengo posibilidades de que me llamen”.

De hecho, Isabel cuenta que no tenía ni idea del tamaño del proyecto cuando entró en él. Por curiosidad preguntó cuándo habían sabido que habría segunda temporada. A los cuatro días del estreno de la primera, le respondieron. “Netflix tiene la experiencia y una cantidad de datos que casi predicen el futuro. Ingobernable fue el programa más visto después de Stranger Things al momento que salió”.

“¿Te asustaste?”, le pregunto. “Sí, bastante”, responde Isabel entre risas, quien considera que ser productor en México sigue siendo un trabajo heroico. Sin embargo, combinar el trabajo de producción con el de actuación la enriquece. “Entiendo perfectamente lo que implica una película o una obra de teatro, que es lo que yo he hecho. Puedes ser más empático cuando eres un actor y la producción tiene un problema, pues entiendes el proceso y sabes que hay subidas y bajadas y no te pones histérico. Además, puedo aportar soluciones a la producción como actriz. Cuando produzco, perfectamente sé el proceso que necesita un actor para darme un buen resultado en su trabajo, qué necesito darle para conseguirlo. Todo productor lo sabe, pero como lo he vivido en carne propia lo valoro más”.

De la actuación le gusta el proceso interno que conlleva. “Me atrae tratar de entender el ciclo humano, que es bastante complejo, y luego la aventura que requiere tratar de representar de la mejor manera esa psique. Tanto como actriz como productora me gusta contar historias que conmuevan, porque creo que es la forma como nos podemos conocer”.

A ella le gusta trabajar en cine, teatro y series. “En una serie bien trabajada, es muy rico participar porque tarda más tiempo que una película. En una película son cinco, seis semanas, máximo ocho, y una serie puede tardar varios meses. El cine me gusta porque es compacto: entras, te vas como en un túnel, acaba y te sales. A mí me gusta el teatro porque es muy orgánico: vas en vivo y requiere de valentía porque la ola no para; en cine y en tele puedes cortar, pero no en teatro”.

En octubre, Isabel estrena obra como productora: El diario de Adán y Eva, de Mark Twain, bajo la dirección del argentino Manuel González Gil, quien ha presentado esta obra a lo largo de diez años en teatros de Madrid y Buenos Aires. Aquí dirigirá a Sonia Franco y Enrique Arreola. “Es una obra de actores, sin grandes elementos”.

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