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Pirotecnia musical

Todo comenzó como un encuentro fortuito en el baño de un club londinense. Tom Rogerson abordó al productor Brian Eno; años después, ambos lanzan el álbum Finding Shore cuyos 13 temas no tienen ritmo, sino sonidos
14 de Enero 2018
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POR JAVIER PÉREZ

Tom Rogerson estaba en el baño de un famoso club londinense, donde apoyaba a una banda, cuando vio a Brian Eno, el mítico productor y compositor británico. No desaprovechó la ocasión y se presentó con él. Lo abordó comentándole que eran del mismo pueblo de la Inglaterra rural, Woodbridge. “Supongo que me habló porque no todos los días conoces a alguien de ese pueblo”. Fue una forma, dice Rogerson, simple y estúpida de conocerse. Y luego consiguió persuadirlo para que fuera a ver a Three Trapped Tigers, el grupo de pospunk con el que entonces tocaba. “Fue a vernos y le gustó la banda, y así empezamos a estar en contacto y plantearle estas preguntas sobre un posible álbum solista. Todo pasó muy rápido. De hecho ni siquiera puedo creerlo. Pero él es fabuloso, es realmente un amigo. Es alguien muy especial para mí”.

Y es que Rogerson acaba de publicar su essay-smart.com primer álbum solista, Finding Shore, en el cual colaboró estrechamente con Brian Eno. El resultado es un álbum compuesto por 13 temas en los que no hay ritmos, sino sonidos. Un álbum construido a partir de la improvisación en el que Rogerson trabajó el piano y Brian la parte digital.

“No estábamos buscando algo específico, simplemente experimentamos. Pasamos muchos días juntos y fue muy divertido, muy libre, muy abierto, muy fácil y sólo nos preocupamos en tocar. Grabamos horas y horas de música que no se va a publicar pero que está guardada en mi disco duro. Aunque todo se hizo alrededor del álbum, este sólo se integra por los 40 minutos que hacen sentido o que representan lo que hicimos. Me gusta mucho, obviamente es un poco decepcionante que no haya una gran historia alrededor del disco y que no es acerca de nada. Yo no tenía una visión en mente, pero es más delicado que eso, se trata de haber convertido un pequeño paso en un gran paso”.

La forma como trabajaron fue utilizando un Piano Bar, un equipo musical que usa rayos infrarrojos instalados en cada una de las teclas del piano. Al presionar una tecla, transforma la nota en una señal MIDI que puede usarse como detonante o generador de un nuevo sonido digital.

“Yo improviso con el piano aunque tengo problemas para materializarlo, y Brian es probablemente el productor ideal para esta clase de proyectos. Él puede darle un curso a la creatividad. Puedo tener miles de ideas, pero no sé cómo ordenarlas o arreglarlas o elaborarlas. Así que desde el primer día trabajamos con el piano, y trabajamos con estas cosas que él le puso a cada una de las teclas. Así que toda la música de este álbum viene del piano. Se convirtió en una especie de pirotecnia conceptual del álbum, que dictó todo lo demás. Pero eso no quiere decir que el álbum sea sobre hacer un experimento con este aparato. Era más bien un camino con un fin y que no sabíamos adónde nos iba llevar. Pero estamos muy satisfechos”.

Dice Rogerson que “Idea of Order at Kyson Point”, el primer track de Finding Shore, es el  más ilustrativo del trabajo que hizo junto con Brian Eno. “Él siempre tuvo esta idea de que podríamos comenzar con un sonido digital y luego traer el piano desde abajo, y luego el sonido del piano se iría por el aparato para generar un sonido distorsionado creado por el mismo piano. El primer track es tema clásico de Brian Eno: parece un instrumento real pero ha sido creado digitalmente. Y tiene una especie de melancolía aunque nadie sabe realmente de lo que trata: es puro sonido que para mí es muy evocativo del pueblo del que Brian y yo somos nativos. El sonido parte de la distorsión del piano, pero en realidad toda la interpretación es mía y él estaba manipulando el sonido de múltiples maneras. No es mi tema favorito del disco pero creo que es el mejor ejemplo”.

Rogerson toca el piano desde los cinco años, y desde los 16 ha hecho improvisación. Ha grabado al menos un disco cada año, sin embargo, nunca había publicado nada, hasta ahora. “Me faltaba confianza”, sostiene. No encontraba la forma de estructurarlo ni de encauzarlo. Pero la encontró con la ayuda de Brian Eno, y el resultado es Finding Shore, este disco cuyo título responde “al regreso a los lugares y cosas que considero expresiones más simples y honestas”. Pasó diez años con su banda, esforzándose por hacer algo diferente. Ahora ha regresado a lo que para él es básico. Una pequeña joya.

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