Periodismo imprescindible Jueves 28 de Marzo 2024

Una canción por la libertad sexual

En las primeras décadas del siglo XX, la música fue la protagonista en la rebelión de los librepensadores que defendían la autonomía sexual y que hasta hoy se mantiene como fuente de inspiración
02 de Septiembre 2018
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POR JORGE FLORES / DISONANTESMX*

La liberación sexual, el resquebrajamiento de las costumbres pulcras y correctas, ha sido desde sus inicios una guerra entre la moral estricta, crítica, prohibitiva y nuestro derecho, nuestra necesidad de plenitud corporal. En esta guerra uno de nuestros aliados más importantes ha sido y será la música.

Después de la fatídica moral victoriana que todavía alcanzó a la sociedad durante las primeras décadas del siglo XX, la música comenzó a tomar un rol protagónico en la rebelión de los librepensadores y el uso de su cuerpo. A mediados de los 60, con el rock and roll colonizando la cultura popular, Elvis y su inquieto movimiento pélvico encabezaron los primeros esfuerzos como emblemas alarmantes contra las buenas conciencias sexuales.

Desde entonces hemos tenido un sinfín de voces y acordes que han defendido nuestra autonomía sexual. Desde clásicos héroes, hasta bandas y canciones que fuera de lo mainstream han logrado representatividad, siendo mazo y pico en el derrumbe del muro moralista y acusador.

Primero tuvo que definirse la postura, declararnos abiertamente únicos, con deseos y pasiones, desvergonzados y libres. “I want to break free” de Queen en 1984 fue visualmente un parteaguas que incluso llevó el videoclip a la censura. La identidad sexual tenía uno de sus más importantes himnos.

Después de la postura, habría que entender la sexualidad en su naturalidad y diversidad, que además podía ser fuente de inspiración en múltiples ángulos. “Persiana americana” (1986) de Soda Stereo, además de consolidar a los argentinos como “la banda” en ese momento, también proclamó su favor y su letra ante fascinaciones sexuales distintas a la tradición.

Mientras demostrábamos nuestra plenitud, aun tajada con las miradas afiladas de la visión vetusta de nuestros abuelos, necesitábamos un reclamo más contundente, una evidencia puntual de desenfreno cultural. “Masturbación, penetración, practica sexo oral” gritaron a tope los españoles de Ska-P. “Sexo y religión” dejó claro quién estaba sesgando nuestra anarquía sexual.

Ya con el libido sin vergüenza ni complejos, el impulso se convirtió en hábito, la excepción en regla y el momento de aprovechar el terreno ganado llegó con una libertad sexual que no sólo se practicaba, también se presumía. Pónganle play a “Danger! high voltage” de los Electric Six, muestra de la atracción, del deseo de los amantes.

Aterrizando en el país, acá también nos desnudamos, y con picardía lanzamos vítores al poder de hacer con nuestro cuerpo lo que nos plazca, aunque esa desvergonzada intención siempre se vio manchada por un machismo vulgar. Afortunadamente, las mujeres nacionales han decidido desde hace un tiempo agarrar el timón de su cuerpo, y ya sea con la contundente declaración de las Ultrasónicas y su “Vente en mi boca” o con el reciente y romántico pop de Tessa Ia con su “Acicálame”, ellas son las de la iniciativa en este juego de seducción.

Así fue, por todo el mundo las mujeres se hicieron con el control de su cuerpo, de su voz y de sus deseos más primitivos. El placer es suyo, como suya es la responsabilidad y el derecho, bajo ese precepto Pink! y “Fingers” toma la masturbación como inspiración y le da valor y prioridad a la autosatisfacción.

Acostumbramos al cuerpo a disfrutar sin remordimientos, pero no eran todos los paradigmas por romper. Minorías oprimidas y asustadas eran víctimas del odio, la ignorancia y la frustración que les prohibían ser felices, ocultas en la oscuridad, escondidas tras las puertas de la aceptación social, familiar y laboral. Llegó el momento de que todos salieran a expresar su gusto y sus necesidades. “We exist” de Arcade Fire y su excelente videoclip protagonizado por Andrew Garfield es homenaje, evidencia y crítica de una sociedad llena de abusos y represión.

“Quiero follar contigo”, así de simple, así directo lo piden los Sexy Zebras, y es que sin tanta complejidad, sin tabúes de por medio, sólo queda el placer, lo hermoso, la unión. En esa victoria donde cada vez somos más libres, plenos, conscientes y dueños de nuestro cuerpo, pasiones y deseos llegamos a la satisfacción total. “Ataraxia” de La Casa Azul, lanzó un gran video donde “La revolución sexual” que ellos mismos años antes pregonaban, ahora ha encontrado un final en plenitud.

Estandarte y comandante, la expresión artística, la música, ha sido y será el puño para combatir la hipocresía de lo políticamente correcto. Hacer amor, ser amor, ser melodía, la música nuestro libertador sexual.

Aquí puedes escuchar una playlist con canciones que defienden la autonomía sexual y son fuente de inspiración. En Spotify tenemos una playlist semanal y nos puedes seguir para que nunca te las pierdas:

 

*Jorge Flores forma parte del colectivo Disonantes.mx, personalidades discrepantes e inconformes unidas por el gusto a la buena música. En 2015 crearon un website con el propósito de dar a conocer sucesos musicales en la región Bajío, pero sobre todo para documentar y describir cambios silenciosos que forman y deforman la escena musical.

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