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Carencias educativas

02 de Septiembre 2018
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La educación sexual y de género trata de ayudar a que las personas obtengan los datos y herramientas que necesitan para tomar decisiones informadas a la hora de manejar sus relaciones. Pero esta enseñanza no radica solamente en temas como la reproducción o las enfermedades de transmisión sexual.

Una investigación realizada en Chile señala que, en los establecimientos observados, esta educación no pone sobre la mesa la importancia de los derechos sexuales y reproductivos, la comprensión de la sexualidad ni las inquietudes de los estudiantes.

“Si no se nombra, no existe, y si no existe no podemos hacer nada para desnaturalizar estas situaciones”, señaló Mary Guinn Delaney, asesora regional de educación en salud y VIH de la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura en Santiago.

Estas carencias favorecen la discriminación por motivos de género y, como consecuencia, al abuso, el acoso y la violencia de género. De hecho, las cifras indican que el 24.7 % del alumnado ha recibido una o más formas de violencia sexual en el interior de los establecimientos y el 34.4 % ha sido discriminado en la escuela como resultado de los estereotipos de género.

“Al no hablar de estos temas, al no analizarlos ni visibilizarlos, nos quedamos sin instrumentos, sin capacidades y sin las herramientas para abordarlos”, añadió la experta.

Esta agresividad afecta sobre todo a los homosexuales, transexuales y a las mujeres estudiantes, sobre los que se ejerce cuatro veces más presión para que se ajusten a los estereotipos convencionales.

La experta de la Unesco señaló que la educación integral en sexualidad constituye una herramienta fundamental para construir y fortalecer relaciones respetuosas dentro de la comunidad educativa.

Con información de Noticias ONU

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