Para el desarrollo y consolidación de sistemas de comunicación libres, independientes y plurales, es necesario que los organismos reguladores sean independientes, asegura la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés).
En el documento Regulación independiente de la radio y teledifusión: Una revisión de políticas y prácticas documentales, la UNESCO señala que para que una democracia se pueda desarrollar, debe existir una variedad de fuentes de información y de opinión, a fin de que los ciudadanos puedan tomar decisiones, y debido a que la televisión y la radio hoy son las principales fuentes de información en el mundo, los proveedores de esos servicios no deben poseer limitaciones políticas.
“Cuando es el Gobierno quien decide quién puede acceder a una licencia, es poco probable que la provisión de servicios sea (o sea vista como) justa y equitativa. De hecho, en los países donde el Gobierno (o una agencia controlada por éste) otorga las licencias, no es de sorprender que la mayoría de las emisoras tienda a apoyarlo abiertamente”, dicta el documento escrito por Eve Salomón, experta en temas de regulación legal y autorregulación.
Por ello recomienda que las agencias reguladoras sean organismos independientes, para que actúen de manera imparcial en favor del interés público e impidan el abuso de influencias de parte de los intereses políticos o de la industria.
