Periodismo imprescindible Jueves 18 de Abril 2024

La amenaza al sueño americano

Las voces de los ciudadanos de Washington coinciden en que Donald Trump pone en riesgo los valores
de la democracia norteamericana
17 de Octubre 2016
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POR ALICE PIPITONE

Washington, D.C.- ”Donald Trump es la persona más hostil y antagonista que haya aspirado a ocupar la Casa Blanca”, aseguró Adam Hill al finalizar el segundo debate entre el republicano y Hillary Clinton. La opinión del empleado del Gobierno central de Estados Unidos se unía al coro de críticas al candidato la noche del martes 9 de octubre en el restaurante Mellow Mashroom, ubicado en la zona noroeste de Washington D.C. 

El taxista Fedeku Amme, nacido en Etiopía y naturalizado estadounidense, había escuchado el segundo cara a cara entre candidatos en el radio y sus palabras son implacables: “A los musulmanes los llama terroristas, de los mexicanos dice que son violadores y que venden drogas, Trump no muestra respeto por nadie”. 

“Llegué a este país hace casi 20 años y no ha sido fácil, pero para mí Estados Unidos es la madre del mundo, aquí todos tenemos derechos y oportunidades. Trump no lo cree y por eso no será nunca nuestro presidente”, añadió confiado Fedeku Amme. 

En otro punto de la capital norteamericana, en un bar del barrio Dupont Circle a escasas cuadras de la Casa Blanca, Ann Cioffi, una mesera nacida en el limítrofe estado de Maryland, comenta que “a excepción de los nativos americanos, todos somos o tenemos ancestros de otros lugares. Estados Unidos es una tierra de migrantes, Donald Trump no lo entiende y gane o no gane el daño ya lo hizo”. 

La mujer de origen italiano, que recogía las mesas de los clientes que habían asistido al lugar a ver el segundo debate presidencial, añade mortificada: “Pienso en los niños hispanos que escuchan decir por sus compañeros de escuela que son distintos y que serán deportados, en los jóvenes que están viviendo el renacer de prejuicios xenófobos a través de los discursos de Trump”.

Washington D.C. es una ciudad donde el 91 % de los electores votaron a favor de Barack Obama en 2012 y tiembla de solo imaginar al empresario y personaje televisivo como nuevo presidente de Estados Unidos. Donald Trump desentona con la progresista ciudad norteamericana, donde cerca uno de cada cinco habitantes habla una lengua distinta al inglés en casa y se profesan libremente más de una decena de credos religiosos. 

Las mujeres 

La opinión de Donald Trump sobre el género femenino es de dominio mundial, sin embargo un video de 2005 en el que alardea en privado de haber hecho uso de su poder para acosar mujeres sexualmente, despertó renovadas exigencias de su partido para que abandone la candidatura. Él por su parte respondió que respeta a las mujeres como nadie y que no piensa abandonar la carrera presidencial.

En opinión de Andrew, un joven de 26 años nacido en el estado de Alabama y residente en Washington D.C., la publicación del video podría afectar al empresario a nivel electoral porque el tema sexual atrae mucha atención en el país aunque, “lo que diga de las mujeres en privado no se traduce en automático en una incapacidad para gobernar el país”, añade.  

De distinto parecer es la abogada Shery Beshay, también residente en la capital pero nacida en el estado de Carolina del Sur y de origen egipcio: “Donald Trump y sus electores aminoran su continuo denigrar a las mujeres, olvidan que será el representante de nuestros intereses y que somos más de la mitad de la población del país”.

En cambio, Pooja Mehta, propietaria de un restaurante en el centro de Washington D.C., afirma: “Me niego a pensar que un video en el que dice vulgaridades explícitas contra las mujeres sea prioritario luego de todos los insultos que le han merecido inmigrantes, comunidad LGBT y personas con discapacidad. Como mujer no me siento más ofendida por esos comentarios que por otros; me siento confrontada  y amenazada como ciudadana estadounidense y ser humano”. 

La mujer de 38 años comenta que fue criada por un republicano que se niega a votar por Donald Trump y aseguró que su país está más polarizado que nunca: “No sé cómo conseguiremos dar marcha atrás después de este proceso electoral, cómo retomaremos nuestro ideal de nación multirracial”. 

Discursos confusos 

Donald Trump utiliza una retórica política bien conocida en otras latitudes: cuando lo cuestionan niega, desvía y ataca. Si lo critican por denigrar a la mujer, él habla de la amenaza terrorista del ISIS, si le piden aclaraciones sobre sus cuentas fiscales responde que el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá es el peor acuerdo comercial de la historia del país y si le recuerdan que dijo que el calentamiento global era un ardid de los chinos, él se dice preocupado por los niveles de pobreza de los ciudadanos afroamericanos. 

El 27 % de sus electores afirma que lo que más le atrae de Donald Trump es que es un outsider de la política, sin embargo cerca del 34 % le teme a lo impredecible de su temperamento, reveló un análisis del Fact Tank estadounidense, Pew Researcher Center. 

“Un amplio porcentaje de la población opina que Trump tiene el temperamento y madurez de un niño de 12 años”, dice un diplomático estadounidense pensionado que pide no revelar su nombre. 

El diplomático, con más de 30 años de experiencia en la Secretaria de Estado, explica que la mayor parte de las alianzas políticas y militares de Estados Unidos se vinculan estrechamente con las comerciales. Donald Trump dice que quiere renegociar acuerdos como el TLC e incrementar los aranceles de los productos de importación. Según el diplomático, esto traería consecuencias terribles para la credibilidad del país en un contexto de economía globalizada.

A nivel militar, ¿podría el mundo ver a Estados Unidos como un aliado confiable si el país replantea o renuncia a pactos asumidos como los firmados con la Organización del Tratado del Atlántico Norte, basados en que si atacas a uno de los miembros atacas a todos? El diplomático responde que frente a un eventual salto de Donald Trump de las proclamas electorales a los hechos, en caso de ganar, se traduciría en un caótico sentido de egonacionalismo peligroso para la seguridad nacional.

¿Construir un muro en la frontera con México para limitar el paso de migrantes? Eso lo llevaría a conflictos constitucionales y logísticos irresolubles, concluye el diplomático.

El mundo deberá atender hasta el próximo 8 de noviembre para saber si  el rabioso empresario consigue convencer a los electores del país más poderoso del planeta de que serán más fuertes y estarán más seguros con él al mando.

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