Periodismo imprescindible Martes 16 de Abril 2024

Tipografías que orientan

Antes de la llegada del GPS y de las aplicaciones de telefonía móvil diseñadas para facilitar nuestra orientación al conducir, las señalizaciones y los mapas eran los únicos apoyos de los que disponíamos a fin de llegar a un destino de forma eficiente. ¿Cuáles son los secretos de una buena señalización vial?
06 de Noviembre 2017
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POR LUCÍA BURBANO 

Que levante la mano el conductor o conductora que jamás se haya perdido, o el que haya tomado la salida errónea en la autopista y acto seguido le  dedique una serie de improperios al sistema de señales porque, según nosotros, no nos indicaron con anticipación o precisión cuándo debíamos ejecutar la maniobra con el propósito de tomar dicha salida. ¿Y quién no ha encontrado un conjunto de carteles colocados como si de un mosaico se tratara, sin saber muy bien cuál prevalece sobre los demás? Con toda probabilidad, estos escenarios son familiares para el 99.9 % de los conductores, sin importar si llevan 30 años al volante o apenas seis meses.

Antes de la llegada de los GPS y de las aplicaciones de telefonía móvil diseñadas para, en teoría, facilitar nuestra orientación en la carretera, las señalizaciones y los mapas eran los únicos apoyos de los que disponíamos a fin de llegar a nuestro destino de forma eficiente. Los mapas, culpables de tantas disputas entre conductor y copiloto, son ya carne de museo, pero los rótulos permanecen como parte de la infraestructura y del paisaje de calles, carreteras, circuitos y autopistas.

CÁNONES DEL BUEN DISEÑO

Existen varios factores que dictaminan si las señales lograron alcanzar su cometido con éxito o si fracasaron en el intento. Uno de los más importantes es, sin duda, la tipografía escogida con el objetivo de hacer más legible y seguro nuestro trayecto. Esta debe ofrecer el mismo desempeño considerando la velocidad del vehículo, la distancia de lectura, las condiciones climáticas, así como la edad y el tiempo de reacción del conductor. Por eso, según comparte el diseñador de fuentes tipográficas brasileño Fernando Mello, su oficio coexiste con otras disciplinas más científicas como la neurología o la oftalmología, que dan respuesta a cómo el cerebro interpreta frases y palabras y si estas son o no legibles.

“Considerando el escenario y el movimiento en el cual se produce la lectura, las tipografías sans serif (o palo seco) son las más apropiadas”, explica. Esta familia se caracteriza por carecer de remates en sus extremos y por sus trazos rectos y uniformes, lo que facilita la lectura a una mayor distancia. “Las serif, en cambio, funcionan mejor en impresión porque los adornos ayudan que los ojos recorran las líneas de texto, incrementando la legibilidad a corta distancia. Sin embargo, los carteles y señales que encontramos en la carretera no contienen frases sino muy pocas palabras o números; los adornos no le permiten al conductor leer este contenido con claridad a cierta distancia”, continúa.

Mello explica que estudios recientes sobre la legibilidad de las señales, realizados durante el proceso de diseño de la tipografía Clearview, creada en 2004 por Don Meeker y James Montalbano y que se emplea en más de veinte estados de Estados Unidos, revelaron que la legibilidad aumenta si se emplea una tipografía holgada. “No obstante, esta no puede ser demasiado ancha porque se vuelve borrosa, sobre todo cuando está colocada en un pánel reflejante”, aclara.

Clearview se creó con el propósito de modernizar la identidad de las carreteras y autopistas de aquel país y para mejorar la visibilidad de la icónica aunque cansada FHWA Series, de Dr. Theodore W. Forbes, que data de un lejano 1949. El interespaciado mínimo de esta tipografía ponía en apuros a los conductores más veteranos por la dificultad que provoca distinguir letras como la e, la a y la s. Uno de los argumentos que provocó el cambio tipográfico fueron las pruebas que presentaron Meeker y Montalbano a la Administración Federal de Autopistas, que demostraron que Clearview incrementaba la legibilidad en 24 metros en aquellos conductores que viajaban a 70 kilómetros por hora.

Otra medida que crea consenso es la combinación de letras mayúsculas y minúsculas, más fácil de percibir cuando vamos al volante que las palabras escritas completamente en mayúsculas. “Las mayúsculas se perciben como una línea, mientras que las minúsculas tienen ascendentes y descendentes que crean una forma, y esta variación facilita que reconozcamos las palabras”, dice el diseñador.

TIPOGRAFÍAS MULTIUSOS

“Algunas familias tipográficas se diseñan específicamente con este propósito, mientras que otras han funcionado en otros contextos y se adoptan en ciudades y carreteras una vez comprobada su eficacia o viceversa”, explica Mello. Muchas de ellas se han convertido en clásicos. Transport, de Margaret Calvert y Jock Kinneir, creada en 1963 en el Reino Unido, sustituyó a Llewellyn-Smith, diseñada por Hubert Llewellyn-Smith y que contaba con todas las letras en mayúscula. El Ministerio de Transporte buscaba construir nuevas autopistas en el país y unificar los criterios de señalización, en parte debido al diseñador gráfico Herbert Spencer, quien publicó en la revista Typographica (1961) una serie de fotografías de las señales que encontró en el trayecto que va del centro de Londres al aeropuerto de Heathrow por la autopista A3 (unos 13 km). Estas presentaban una plétora de diferentes colores, formas y tipografías, creando una sensación de caos y confusión, exactamente la que padecen los conductores. Transport fue adoptada también por otros países como Portugal, Grecia, Chipre, la India y Kuwait

Frutiger, de Adrian Frutiger, se incorporó en 2003 en las carreteras suizas tras haberse creado en 1976 para orientar a los pasajeros del aeropuerto parisino Charles de Gaulle. “La buena reputación de esta última ha hecho que otros aeropuertos como Schiphol en Ámsterdam o Heathrow en Londres también la hayan adoptado, es una tipografía que goza de consenso”, afirma el diseñador. Su uso vas más allá, pues la emplean marcas y firmas como parte de su identidad: Deutsche Post, el Partido Conservador de Canadá o la Organización Mundial de la Salud, entre muchas otras.

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