Periodismo imprescindible Viernes 29 de Marzo 2024

Una imagen vale más que mil palabras

Lauren Darn aún no llega a los 30 años y ya ha tomado en sus manos la responsabilidad de usar la fotografía como herramienta de concientización y combate al cambio climático. Esta es la historia de la fundadora de la campaña SubmergedUK
11 de Marzo 2018
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POR LUCÍA BURBANO/ LONDRES, REINO UNIDO

Uno de cada seis hogares en Inglaterra, lo que equivale a 5.2 millones de propiedades, está en riesgo de sufrir inundaciones. Este panorama es una consecuencia directa del cambio climático, que en el Reino Unido se manifiesta en el patrón precipitaciones contabilizado en los últimos años; menor en asiduidad pero mayor en cantidad, provocando el desbordamiento de ríos y la subida del nivel del mar. Esta es la conclusión a la que llegó la Agencia del Medioambiente tras lo ocurrido en el verano de 2007 en las regiones de Yorkshire (al norte) y Gloucestershire (en el suroeste), cuando 13 personas murieron y 48000 viviendas se vieron afectadas por la intensa lluvia de ese verano, calificado como el más húmedo desde que en 1914 se empezaron a registrar estos datos de forma oficial.

Sin embargo, este no fue un hecho aislado. En 2015 y en 2017 se repitieron las mismas escenas, pero la historia no termina aquí. En el último siglo, la temperatura media de la isla ha aumentado 1ºC. Los veranos y los inviernos son más calurosos; como consecuencia, el nivel del mar aumenta unos tres milímetros cada año.

Un estudio publicado en la revista Science en 2015 alertó que de alcanzar los temidos dos grados de temperatura media extra en el planeta, los mares y ríos continuarán subiendo hasta alcanzar, según las predicciones más pesimistas, los siete metros en 2100. De ser así, la ciudad de Londres quedaría completamente sumergida.

“Este es uno de los efectos más visibles e inteligibles del cambio climático, y puede ser el resorte para que aquellos que tienen una actitud más apática sobre este tema cambien sus hábitos por miedo a que sus propiedades y comunidades puedan desaparecer bajo el agua”, denuncia Lauren Darn, fundadora de la campaña SubmergedUK (Reino Unido sumergido).

El poder de la imagen

Darn es una activista y fotógrafa veinteañera residente de York, capital de la antes mencionada Yorkshire, una de las regiones condenadas a desaparecer si entre todos no logramos frenar el avance del calentamiento global. Este no es su trabajo de tiempo completo, pues en la actualidad realiza unas prácticas laborales en una ONG dedicada a la conservación de la fauna salvaje, pero sí es una cuestión que la preocupa, y mucho, porque empieza a verle los dientes al temido lobo.

Comenzó esta campaña a mitad de 2017 tras graduarse en fotografía y cinematografía por la Universidad de Leeds, con el objetivo de dar a conocer esta amenaza a través del medio que mejor domina: la fotografía. En un libro, Darn ha plasmado un futuro imaginario que sitúa a partir de 2187, y que es fruto de la inacción del presente, y en el cual, la pasividad a vencido a la acción. Como resultado, el espectador visualiza no unas imágenes apocalípticas de ciudades bajo el agua, sino una serie de escenas cotidianas como la de aspirar el piso, tomar un baño o regar las plantas. La diferencia es que los protagonistas están con el agua en los tobillos y rodeados por la inmensidad del mar.

“En algunas de estas imágenes los modelos plasman lo incómodo de esta situación, pero la mayoría de personajes continúan con sus vidas como si nada. Esto crea una narrativa que incide en el hecho de que mucha gente vive su día a día sin percatarse de cómo están contribuyendo a que este escenario pueda convertirse en real. Es una llamada a despertarnos, a decirle al mundo que no podemos continuar negando la realidad”, alerta.

La activista eligió las costas de Yorkshire y Lincolnshire –ambas bajo la amenaza de desaparecer–, y los modelos son amigos y familiares que la apoyan en la causa, a quienes agradece su valentía de posar en las gélidas aguas del mar del Norte. “Escogí lugares que fueran poco reconocibles para que puedan representar a la totalidad del Reino Unido”, explica.

Darn seleccionó este medio porque tal vez las palabras por sí mismas no alcanzan a plasmar el futuro que le espera a su país si a una parte de sus poblaciones se la traga el agua. “Existen investigaciones que demuestran que los individuos tienen dificultad en proyectar periodos que van más allá de los 15-20 años. Creo que la fotografía visualiza el futuro de una forma que apoya mejor a la imaginación, y obliga a los espectadores a enfrentarse cara a cara a estas posibles consecuencias”, reflexiona.

Todas las imágenes tomadas están recopiladas en un libro que vende en línea y que también ha donado a varias bibliotecas situadas en urbes cuya supervivencia está en riesgo. Los beneficios de las ventas los invierte en generar un mayor alcance e impacto para su campaña.

Cambio de hábitos

El aumento del nivel del mar es el riesgo número uno en el Reino Unido, según la evaluación sobre el cambio climático realizada por el gobierno en 2017, que señala seis amenazas reales para el futuro del país. En el sitio web de SubmergedUK, Darn ha recopilado muchísima evidencia científica que confirma la posibilidad de un futuro pasado por agua. “Creo que cualquier afirmación sobre este tema debe estar muy bien documentado, da más credibilidad a la campaña y brinda la oportunidad a los lectores de buscar más información si lo desean. Así, las conversaciones tendrán una mayor influencia y contribuirán a buscar soluciones que puedan resolver este problema”, afirma.

El mensaje de Darn no se dirige a los gobernantes ni a los manufacturadores, sino a los ciudadanos, con el propósito de que entre todos disminuyamos nuestra huella ambiental y revirtamos sus efectos en el planeta. Si miles de millones de personas van en esta dirección, lo natural es que crezca la demanda dirigida a aquellos que se encuentran en posiciones de poder para que viren hacia posiciones más sustentables. “Nuestras acciones pueden hacer la diferencia, pero hay que empezar ya, antes de que sea demasiado tarde y nuestra ambición por hacer de este mundo uno mejor desaparezca completamente”, alerta.

No obstante, ella no se conforma con informar a los demás, pues ya ha dado los pasos necesarios para eliminar el impacto que causan sus acciones diarias. Hace algo más de un año descubrió que el veganismo reduce en un 50 por ciento su contaminación medioambiental, así que poco a poco empezó a eliminar alimentos y productos de origen animal de su dieta y estilo de vida. “Ser vegana ha abierto mi mente hacia una actitud amable y armoniosa con el resto del mundo. Voy en bicicleta a todas partes, y cuando viajo al extranjero lo hago en tren o autobús siempre que sea posible. Esto complica un poco las cosas pero afortunadamente vivo en Europa donde tenemos una buena red de transporte”, detalla.

Darn también emplea luces solares en su casa, y aprende sobre sustentabilidad al apoyar  proyectos de agricultura orgánica. Además de reciclar, comparte que su siguiente reto es ser capaz de generar cero residuos. Sobre el impacto generado por SubmergedUK, confiesa que es difícil monitorear cuánta gente ha variado su forma de vida como resultado, aunque confía en su contribución a la reflexión, y a proveer las herramientas suficientes a fin de que los ciudadanos vean el problema desde otro ángulo. “Animo a la gente a que se centre en acciones que pueden realizar, como un cambio de dieta, ya que es una de las estrategias más efectivas, económicas y fáciles para revertir los efectos del cambio climático”, explica.

Lauren Darn manda un mensaje positivo sobre el futuro, sobre el cual es optimista: “Creo que existe el potencial para pensar en un escenario mejor. En el Reino Unido se percibe un cambio de mentalidad, sobre todo en los más jóvenes, que reconocen la necesidad de volver a conectar con la naturaleza y el deseo de ser más compasivos entre nosotros y hacia los animales. Cuando es positivo, el espíritu comunitario puede crecer y elevarnos fuera de esta apatía”. Todos los esfuerzos son pocos por lograr que su país siga manteniéndose a flote.

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