Jardinería
En tu balcón, azotea o en tu patio, planta flores que sean nativas de tu localidad y amigables para las abejas, pues son una fuente rica de alimento en néctar y polen. Las plantas que son perfectas para ellas normalmente no requieren una gran cantidad de agua ni de fertilizantes. Puedes reemplazar el pasto por trébol u otra cobertura de suelo similar. Entre las especies óptimas están: la lavanda, zinnias, liliáceas, caléndulas, campanillas cilantro, comino, alfalfa, esparceta, romero, tomillo, girasoles y malva.
No uses pesticidas o herbicidas
Una vez que tengas tu jardín o balcón tan colorido que parezca fondo de sesión fotográfica, no utilices estos químicos pues normalmente contaminan las plantas, y el producto puede alcanzar a las abejas y a otras criaturas que se acerquen. Cuando obtengas tus plantas, asegúrate de que no hayan sido tratadas con algún neonicotinoide (pesticida).
Compra miel natural y local
Siempre que puedas, evita adquirir la miel que se vende a granel o en el supermercado –a menos que su procedencia y calidad sea de apicultores locales–, de esta forma, podrás preguntar a tu productor sobre sus prácticas apícolas, saber si son sostenibles y, sobre todo, apoyar la economía de tu región. No tenemos que agregar que además obtendrás la miel más rica, ¿o sí?
Regresarles lo que nos dan
Ellas nos dan alimento, ¡nosotros también a ellas! Vuélvete el loco o la loca de las abejas de tu colonia y contagia la idea sobre poner una fuente de agua donde paren a beber, pues requieren del líquido tanto como nosotros –excepto que ellas no la retienen–. La manera más sencilla es colocar en el exterior un recipiente hondo con agua, añadir piedras limpias que salgan a la superficie y que estén libres de químicos, corcho o plantas para que las abejitas no se ahoguen.
Exige medidas de protección
¿En tu estado permiten los neonicotinoides (pesticidas) en la agricultura? ¿Hay medidas que protejan a las abejas? En algunos países, como en Estados Unidos, se pueden reportar las acciones que pongan en peligro o directamente maten a las abejas. Infórmate sobre las regulaciones locales y pide a tus autoridades que tomen acción sobre el cuidado de estos insectos.
Conoce más y difunde
Ayuda a eliminar los mitos que retraten a las abejas como un peligro o una plaga, pues no lo son. Ellas sólo se alimentan de las flores y no atacan a los humanos, aunque haya películas o libros que cuentan esas historias ficticias de terror.
Hazles una casa o santuario
Algo así como un hotel provisional: puedes acudir a algún huerto de tu localidad a fin de orientarte; se trata de crearles un espacio utilizando sólo maderas, cañas, troncos o ladrillos con huequitos para que puedan albergarse ahí. Una forma básica pero efectiva, consiste en colocar un bote de latón, que no sea más grande que un tabique, llenarlo con ramas, troncos y cañas con el objetivo de que puedan acomodarse dentro. En Internet, busca tutoriales o ideas con el propósito de que les construyas un santuario del tamaño y formas que quieras, porque además son un gran adorno para los exteriores.
Consume alimentos locales y de temporada
De preferencia que sean productos tan naturales como se pueda o bajo producción ecológica, pues ayuda a que la biodiversidad del área, incluidas las especies de abejas, se mantenga. Además de que beneficia a tu cartera y a tu salud –son productos con más demanda y más frescos–, ayudas a que los agricultores disminuyan su huella de carbono.
Conmemora su día
El 20 de mayo se ha establecido como el Día de la Abeja, con el propósito de recordar el rol esencial que estas juegan junto con otros polinizadores. Se trata de una oportunidad para que gobiernos, organizaciones y la sociedad civil promuevan acciones que protejan a estas especies y sus hábitats.
Cuida a otros polinizadores
Al adoptar todas estas medidas, también apoyas a que otros polinizadores tan importantes como las abejas puedan sobrevivir, y nosotros también. Especies como abejas, murciélagos, mariposas, palomillas, colibríes, avispas, escarabajos y hormigas son los responsables de que tengamos fruta, verduras y productos de consumo humano como el mezcal o el tequila.
