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Bosques sustentables

Además de que contribuye a combatir el calentamiento global, un manejo sustentable de los recursos forestales que involucre a las comunidades, significa la apropiación y el cuidado de los recursos naturales
06 de Febrero 2017
Bosques Sustentables. Foto: Consuelo Pagaza
Bosques Sustentables. Foto: Consuelo Pagaza

De la salud de los bosques depende el clima, el agua y la fertilidad de los suelos. El carbono que se acumula en los troncos, hojas y raíces de los árboles contribuye a reducir el calentamiento global. El agua que se infiltra, gracias a la existencia de humus y materia orgánica en el suelo, es el agua de la que dependemos en lugares como la Ciudad de México; la mayor parte de esta proviene de los bosques de la cuenca Lerma – Cutzamala.

Al hablar de los bosques sustentables, nos referimos a la recuperación, salud y el buen manejo forestal de los mismos, lo que contribuye a reducir el calentamiento global, además de que propician el crecimiento y desarrollo de las comunidades  que los conservan con su trabajo y explotación adecuada.

Tal como explica Raúl Benet, director del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible en México (CCMSS), si se pierden los bosques el agua no se infiltra, sino que escurre por la superficie y causa erosión, azolve de presas, tuberías y sistemas de almacenamiento.

La principal causa de la pérdida de bosque es el cambio de uso de suelo a fin de sembrar pastizales para ganado o cultivos agrícolas. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), más del 70 % de la deforestación y la degradación es causado por prácticas agrícolas y ganaderas no sustentables que se extienden sobre los bosques, y solo el 10 % de la deforestación se debe a la tala ilegal.

En México, el manejo sustentable de los bosques es relativamente nuevo, y se ha logrado con el trabajo y las demandas de las comunidades. Pese a que la mayor parte de la superficie forestal del país, y prácticamente la totalidad del bosque de la Sierra Norte de Oaxaca, pertenece a ejidos y comunidades, antes de 1980 los bosques estaban concesionados  a empresas privadas. Además de violar los derechos comunitarios, este sistema de concesiones provocó una sobre explotación desmedida del bosque, donde era común la instrumentación de malas prácticas silvícolas orientadas a una visión de corto plazo, lo que ocasionaba severos daños a este ecosistema.

En la Sierra Norte de Oaxaca y en otras regiones del país emprendieron una lucha para exigir al Gobierno terminar con el sistema de concesiones y entregar a las comunidades el territorio.

Esta lucha formó parte de una movilización estatal y nacional mayor. Fue un contrapeso en la coyuntura estructural del país en materia de política forestal. Logró la formulación de la Ley Forestal de 1986, en la que se cancelaba el modelo de concesión boscosa, pero también la posibilidad de que las comunidades tuvieran la titularidad de los servicios técnicos.

La apropiación social de la naturaleza es aquella en la que sobresalen las actividades de conservación, restauración y ordenamiento, no solo las de aprovechamiento. Así lo constata el activo involucramiento de las comunidades abordadas en los procesos del Consejo de Administración de Bosques (Forest Stewardship Council o FSC, por sus siglas en inglés), que les permite obtener la certificación de un manejo silvícola con atributos de sustentabilidad.

Con el cambio en la ley forestal que terminó con las concesiones, inició un proceso de desarrollo de capacidades técnicas, administrativas y comerciales de los ejidos y comunidades, que establecieron empresas forestales comunitarias buscando una visión diferente, de largo plazo, que priorice por encima de la ganancia inmediata, y en consecuencia se desarrollan planes de manejo que permitan una producción sostenida a lo largo del tiempo. Este proceso está en marcha y ha producido resultados disparejos.

Mujeres y hombres de la Sierra Norte de Juárez, mediante programas de manejo forestal sustentable, han logrado mantener el bosque como fuente de trabajo; además,  la implementación de prácticas silvícolas contribuye a conservar los bosques sanos: brechas cortafuegos, los aclareos, la identificación de amenazas al territorio, el establecimiento de áreas especiales de conservación, el combate a los incendios, las prácticas de conservación y restauración de suelos.

Gracias al manejo cuidadoso de los bosques nativos se sabe que la madera puede ser usada en diferentes formas sin desperdiciar nada, troncos provenientes de bosques nativos bajo principios y criterios que buscan el balance ecológico, económico y social. Las comunidades elaboran muebles con madera que pasó por un proceso de certificación ante el FSC, también explotan el servicio de ecoturismo para los visitantes y desarrollan sus propias plantas purificadoras de agua, donde la embotellan y buscan colocarla en el mercado para competir con otras marcas.

Las zonas forestales de la Sierra Norte de Oaxaca son ejemplo de que cuando un bosque es manejado por las comunidades que lo habitan, estas se comprometen con su cuidado, ya que de ahí mismo salen los recursos necesarios para sostenerlo. Los bosques productivos son sanos, los improductivos están abandonados.

 

Texto y fotos: Consuelo Pagaza.

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