Periodismo imprescindible Jueves 28 de Marzo 2024

Conexión animal

Si para ligar empleas los consejos de amor que leíste en la revista del corazón de la estética, te recomendamos mejor aplicar algunos comportamientos que tienen los animales (sí, los animales). Aquí te contamos las técnicas que algunas especies llevan a cabo con el fin de conquistar a sus parejas
07 de Octubre 2018
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POR GIOVANNA FRANZONI

Parece muy lejana la conexión entre nuestro instinto sexual y el de los animales cuando la asociación se trata de hacer desde un sillón colocado frente a una pantalla que proyecta el apareamiento de dos rinocerontes en Discovery Channel. Incluso para algunos esa comparación resulta ofensiva, pues creen que nuestro uso de la razón nos hace superiores a ellos, que marca una línea entre nuestro acercamiento al sexo y el de ellos.

La verdad es otra: los humanos nos dejamos llevar por nuestros instintos como lo hace un chango en celo. La diferencia es que la moral que se nos ha impuesto como sociedad, va reprimiendo todas esas ganas o deseos sobre nuestra vida sexual.

Para probarlo, Jennifer Verdolin –experta en comportamiento animal– decidió escribir un libro llamado Wild connection, una especie de diario en donde explora el cortejo y apareamiento sexual de los animales, con el propósito de tratar de entender mejor las relaciones amorosas y sexuales que sostenemos los humanos. El resultado es una compilación de referencias que reafirman que nos dejamos llevar por el instinto más de lo que creemos.

Tomando el material de Jennifer como referencia, en 2016 la agencia de publicidad White Briefs creó una campaña llamada “The act of love” para la compañía de condones japonesa Sagami Original que fue un éxito rotundo por su simpleza: humanos ligando como si fueran animales. Lo irónico de las representaciones es que, en realidad, es muy poca la diferencia.

Dentro de los materiales que se hicieron para esta campaña, también se desprende un libro titulado como la campaña, y reúne el comportamiento de más de 75 especies que cortejan a sus parejas sexuales con tácticas que los humanos creemos que inventamos.

Después de darme un clavado en ambos libros y pensar en lo congruente que son los lyrics de “The bad touch” de Bloodhound Gang –estandarte musical de libertad sexual que salió a finales de 1999 como el primer salto al nuevo siglo–, en las siguientes líneas anoté una selección de especies que, como nosotros, hacen lo necesario para conquistar al o la que les gusta, y sufren como nosotros el mal de amores.

La sonrisa lo es todo

Como cuando te encuentras en un bar y te gusta el tipo que está sentado al otro lado de la barra, el primer acercamiento es un par de intercambios de miradas que funcionan mejor si están acompañadas de una gran sonrisa. Esa misma técnica la utilizan las aves del paraíso para conquistar a su pareja. El macho se yergue frente a la hembra y extiende sus alas con el fin de formar una especie de sonrisa gigante. Si a la hembra le gusta el tamaño de la sonrisa emplumada, entonces responde de la misma manera. Así que si después del primer acercamiento, tanto tú como él siguen sonriendo, la cosa va a evolucionar a, por lo menos, otro encuentro. Entonces, si te gusta, sonríe a lo grande.

Engañar tal vez sea parte 
de tu instinto

Ser fiel a una sola persona, cuando de relaciones amorosas se trata, no funciona para todos y tal vez tu naturaleza influye en que las reglas establecidas por la sociedad en cuanto a la monogamia no terminan de convencerte. El maluro soberbio es una especie de ave que, aunque se mantiene unido a su pareja, es promiscuo durante toda su vida. Lo mismo pasa con las hembras, que también copulan con otros machos sin remordimiento cuando están lejos. Tal vez la solución a tu problema sean las relaciones poliamorosas.

La adicción al swipe en Tinder 
también es selección natural

Esas ganas tuyas de copular con varios hombres y/o mujeres a través de Tinder antes de establecerte en serio en una relación es algo que el albatros, un pájaro marino que vive en las costas del Pacífico y el océano Antártico, ha hecho desde el inicio de su existencia. Así como a ti te gusta probar de todo antes de encontrar a tu media naranja, el albatros pasa años copulando con varias hembras hasta que por fin encuentra a su compañera.

Resaltar tus habilidades 
artísticas siempre funciona

Para atraer a una hembra, los peces globo usan la arena que hay debajo del mar con el objetivo de dibujar círculos parecidos a los mandala, que llegan a medir hasta dos metros de diámetro con una única intención: atraer a su pareja. Entre más elaborado sea el diseño del círculo, mayor es su oportunidad de reproducirse. Si tienes habilidad con las manos, la mejor forma de ganarte el corazón de tu chico o chica es seguir el ejemplo del pez globo y dibujar algo para él o ella. Imposible que esta técnica no funcione, pregúntale a tu primo el artista.

El tamaño sí importa

El mono narigudo es una especie que vive en las selvas al sur de Asia, y dentro de su proceso de evolución, una de las constantes es el tamaño de las narices en los machos. De acuerdo con los biólogos, conforme el tiempo pasa, los machos han ido desarrollando narices cada vez más grandes, que les sirven de diferenciador y les ayuda a cortejar a la hembra durante el proceso de reproducción.

Aunque no necesariamente una nariz grande te ayudará a conquistar más mujeres, ese dicho popular que hace referencia a que el tamaño importa es en realidad una cuestión de selección natural que seguramente heredamos de los homo sapiens. Sobre todo porque a nivel supervivencia, entre más grandes sean los machos, más posibilidad tienen de vivir. Un sex appeal que incluso ya fue adaptado a la cultura, no por nada existen tantos artículos de Cosmopolitan que hablan del tamaño de pies, manos o miembro de los hombres todo el tiempo.

El mal de amor toma tiempo

Las moscas macho, como los humanos, sufren cuando la hembra que les gusta los rechaza. Si esto pasa, las moscas macho pasan una larga temporada sin apetito sexual y en un estado pasivo, parecido a la depresión que nos pega a nosotros cuando ese amor no resulta como soñábamos. Después de una larga temporada, la mosca macho vuelve al ruedo con el propósito de buscar una pareja, sin embargo, para no volver a sufrir rechazo, deja de cortejar hembras con el mismo olor (es decir, feromonas); así espera no caer una segunda vez en el mismo error. Tal vez esa sea la solución a tu largo historial de fracasos amorosos: evitar a toda costa lo que ya sabes que no funciona en el pasado.

Si para ti no fue suficiente con estas comparaciones que muestran lo parecidos que somos a los animales cuando de sexo y comportamiento de cortejo se trata, puedes encontrar “The act of love” y Wild connection en línea. Y si algo puedo asegurarte, es que son mucho mejor que los consejos de ligue que lees en tu revista de moda preferida.

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