No es una sorpresa que la gig economy se expanda como oferta para trabajar. La gig economy, que consiste en trabajos por encargo y por evento, según el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) fue anunciada en 2016 como tendencia exitosa a partir de la implementación de la economía colaborativa (como Uber, AirBnB y demás).
Dicha economía no tuvo obstáculos para triunfar debido a que, en parte, las personas se independizaron laboralmente a fin de obtener más oportunidades e ingresos.
El mercado de la enseñanza no estuvo exento de esto. ¿Para qué ir a una escuela de idiomas si un maestro puede ir a ti? ¿Qué objetivo tiene pedir una beca a una universidad extranjera si puedes obtener el certificado en línea y tomar clases en tu computadora?
Así es como Vocábula surgió. Una plataforma creada por tres jóvenes mexicanos que creen en las experiencias de aprendizaje, más allá de las clases en las aulas o las típicas sesiones de regularización para reforzar lo enseñado en las escuelas.
“Daniela (Grave) era mi amiga en la generación y es pareja de Julio (Flores). Platicando sobre la carencia de oportunidades de trabajo y que faltaba un año para salir de la carrera, no sabíamos qué hacer después. Entonces coincidimos en que daríamos clases de regularización a primaria y secundaria de Español y Literatura”, me cuenta Abril Torres, otra cofundadora.
Antes sólo eran ellos los maestros, actualmente hay 35 profesores disponibles que enseñan “a domicilio”.
Fue hasta que alguien les preguntó si conocían a un docente de Física y Matemáticas que se decidieron a ampliar la oferta, más allá de clases de Español o Literatura (que además no era muy solicitada).
“En ese momento empezamos a pensar que seguramente había más gente como nosotros que va saliendo o que está a punto de salir y no tiene chamba u oportunidades, pero que además quiere dar clases y les gusta hacerlo porque les gusta su materia”.
Aunque empezaron de manera muy informal, al ver que era autosustentable, decidieron darle el giro emprendedor a Vocábula y formaron parte del programa de incubación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), llamado Innovaunam tras resultar seleccionados.
“Creo que en nuestro país (supongo que también ocurre en otros) se paga de forma muy precaria la labor docente, y de ahí que muchos profesores necesiten buscar fuentes de ingresos adicionales para subsistir”, opina Eréndira Celis, estudiante de Ingeniería Geofísica en la UNAM y que ha dado clases de Física y Matemáticas en Vocábula.
¿Cómo funciona?
Vocábula tampoco es un servicio exprés, pues a veces tienen profesores capacitados para el empleo, pero no siempre compaginan los horarios. Entonces en la plataforma actual que manejan, se debe llenar un formulario por si el cliente desea que el docente tenga ciertas características.
Luego se envía, y en 72 horas se buscará al maestro que coincida con las aptitudes solicitadas. Si el cliente acepta la cotización que se propone, el profesor tiene una credencial digital que se le manda al cliente también, se confirma la hora y lugar de la clase y el maestro presenta esta ficha para asegurar que se impartió la sesión.
Tienen más servicios, pero los rubros fuertes son: clases de regularización, clases de idiomas, de servicios empresariales institucionales y taller de lectura.
“Tenemos maestros de arte, de música, de ajedrez, de idiomas: tenemos de japonés, de chino; y hemos intentado ampliar la oferta porque queremos que Vocábula se vuelva una necesidad, queremos que se vuelva un gusto. Porque disfrutan su tiempo con los profesores y a eso nos referimos con la experiencia Vocábula”, me dice Abril.
En un futuro, Abril ve viable que una aplicación seleccione automáticamente al profesor de acuerdo con lo que los estudiantes quieran aprender, sin que haya intermediarios y con mayor rapidez.
