Periodismo imprescindible Martes 23 de Abril 2024

Etiquetas que unen

Miles de mujeres contamos historias de dolor, de impotencia y de miedo gracias a esas palabras unidas por un signo de gato: los hashtags que nuestro dolor convirtió en trending topic y nos hicieron corear a una sola voz que es momento de decir ¡basta!
20 de Noviembre 2017
No disponible
No disponible

POR ABIGAIL GÓMEZ

Eran las 11:55 de la mañana, del 23 de abril de 2016, cuando el colectivo Estereotipas lanzó en su cuenta de twitter #MiPrimerAcoso. En menos de dos horas, el hashtag ya era trending topic. Miles de mujeres contaron en 140 caracteres historias de dolor, de impotencia y de miedo; gracias a esas tres palabras unidas por un signo de gato muchas pudieron, algunas por primera vez, hablar de cómo habían descubierto que existía el acoso sexual.

“A los nueve años el entrenador de futbol de mi hermano me agarraba la pierna”. “Tenía 14 años, salí a la papelería y un señor se paró a orinar en la calle, me enseñó el pene y gritó que lo mirara bien”. “Tenía como ocho años, iba sentada en el camión y un estúpido me pegó su miserable pene en el brazo. Iba con mi madre, no le dije”, son tan sólo algunas de esas historias.

LA VISIBILIZACIÓN

Fue Catalina Ruíz Navarro, integrante del colectivo Estereotipas, quien tuvo la idea de lanzar este hashtag a manera de llamado, y lo hizo como una réplica de #MiPrimerAsedio, un hashtag creado por el colectivo brasileño Think Olga que nació debido al acoso que sufrió en las redes sociales una concursante de Master Chef Junior en la edición de aquel país; con tan sólo 12 años, la niña recibía ofertas sexuales y asedio de pedófilos ocultos tras el anonimato de Internet. #MiPrimerAsedio logró más de 200 000 retweets, y para finales de ese año el acoso era uno de los temas más buscados en Google Brasil.

En México la respuesta no fue diferente, #MiPrimerAcoso causó tal revuelo que los medios comenzaron a hablar del hashtag que visibilizaba, quizá como nunca antes se había logrado, la violencia sexual que sufren las mujeres desde que son apenas unas niñas. Fue este el primer hashtag que utilizó Xoch Rodríguez con el propósito de denunciar una agresión sexual que hasta la fecha le trae consecuencias emocionales. De acuerdo con esta joven estudiante de comunicación, que también se identifica como feminista, #MiPrimerAcoso se presentó como una oportunidad para crear conciencia de que el problema de acoso y violencia de género es mucho más común de lo que pensamos.

“Creo que permitió que nos reconociéramos entre las personas que hemos vivido violencia de género, y también creo que dejó ver el grado de violencia interiorizada que tenemos. A mí en lo personal me ayudo a expresar un abuso del que había sido víctima, ahí pude hablar de lo difícil que es vivir situaciones de violencia sexual y sentir que no puedes hacer nada para defenderte”, platica.

El físico Adrián Santuario Hernández, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), analizó los tuits generados por el hashtag de #MiPrimerAcoso. Por medio de un avanzado software logró revelar cifras que señalaban que el rango de edad en el que las mujeres habían experimentado su primer acoso sexual iba de los seis a los 10 años de edad; por otro lado, un análisis de las palabras más usadas reveló también que el acoso ocurría entre personas cercanas y de confianza, palabras como casa, primo, tío, fiesta, vergüenza se repetían en incontables ocasiones.

DE LAS REDES A LA CALLE

El pasado 3 de mayo, el cuerpo de Lesvy Berlín Osorio apareció amarrado a una cabina telefónica dentro del campus de Ciudad Universitaria de la UNAM. De inmediato, y sin una investigación de por medio, la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México señaló que la víctima era alcohólica y drogadicta. Al poco tiempo las redes sociales estallaron con el hashtag #SiMeMatan, mediante el cual denunciaban el hecho de que se culpara a la víctima por lo ocurrido.

“#SiMeMatan es porque no me quedé callada y no permití injusticias.” “#SiMeMatan, de seguro fue porque me lo busqué. Con hijo sin estar casada, una perdida que vive en pecado.” “#SiMeMatan seguro fue porque estaba deprimida y olvidé tomarme la medicación.”#SiMeMatan es porque me gustaba salir de noche y tomar mucha cerveza”, son tan sólo un grano de arena en la playa de protestas de mujeres indignadas.

#NiUnaMenos, #NiUnaMás, #MiPrimerAcoso, #SiMeMatan, #MiCasaEsTuCasaHermana, #YoTambién son algunos hashtags que han surgido en torno a la violencia de género, y que han ayudado a visibilizar el problema en estos últimos dos años. Pero, ¿qué tanto estos hashtags, que son un grito de desesperación dentro de la comunidad digital, realmente ayudan a generar cambios en el terreno social? Sobre esto nos habla Josué Lugo, experto en redes sociales y movimientos sociales por parte de la UNAM.

“La redes sociales, entre otras cosas, funcionan como catalizadores de emociones. Esto significa que te conectan con personas que sienten igual que tú o que están interesadas en las mismas cosas. Así es como se forman también los lazos y las comunidades digitales. Cuando un usuario determinado lanza un hashtag existe la posibilidad de que te conviertas en un trending topic, a estos trendings les llamamos también agenda periférica, es decir, temas que se están discutiendo en espacios alternativos a los medios convencionales”, explica Josué.

“Convertir un hashtag en un trending topic, de arranque ya te pone en la agenda periférica y si llegas a tener una estabilidad como movimiento luego puedes saltar a otras plataformas. Cuando eso pasa los medios convencionales empiezan a hablar de ti, lo que te otorga un grado de visibilidad que sería difícil de lograr sin inversiones monetarias”, agrega. Una vez ahí, mantenerlo a flote depende de la comunidad digital que inició el movimiento.

UN LARGO CAMINO

Fue la actriz Alyssa Milano, conocida por su participación en la exitosa serie Hechiceras, quien realizó el llamado a utilizar el hashtag #YoTambién (#MeToo en inglés) para denunciar que los casos de acoso y abuso sexual no son aislados. La respuesta fue similar a #MiPrimerAcoso y #SiMeMatan: en horas cientos de miles de mujeres, de todo el mundo, replicaban el hashtag contando sus propias experiencias.

A pesar de que estos llamados digitales han permitido que el discurso de la violencia de género tome fuerza y se sitúe en la agenda pública, aún hay un largo terreno por caminar. En México, los hashtags que han señalado el acoso y la indignación no han logrado transformarse en cambios en la legislación o en medidas reales a fin de combatirlos.

En otros lugares del mundo la situación es similar, aunque en Argentina, el #NiUnaMenos logró crear un movimiento sólido que ha exigido acciones concretas, como la creación de líneas especializadas de denuncia, la aprobación de reformas en la ley para erradicar la violencia contra las mujeres, un registro oficial de feminicidios, entre otros puntos.

Según Josué, quien lleva varios años estudiando los procesos por los cuales las redes sociales consolidan movimientos políticos, estos hashtags han logrado dar gran visibilidad a un problema que se ignoraba, sin embargo, todavía es necesario trabajar en que estos movimientos digitales generen una trascendencia política y legal.

“Al final, los hashtags son un reflejo de emociones colectivas, pero muchas veces pueden terminar como olas que llegan con mucha fuerza y luego se desvanecen. El discurso tiene que aprovechar su momento porque las instituciones se están dando cuenta de que a veces sólo tienen que dejar que las aguas se calmen y así se liberan del problema”, asegura.

Por su parte, para Xoch Rodríguez, activista y luchadora incansable contra la violencia hacia la mujer, este tipo de hashtag permite mostrar a las mujeres que no están solas y que pueden unirse con el propósito de combatirla el acoso. “Claro que un hashtag no va a cambiar las cosas de un día para otro, pero sí es un mecanismo de reconocimiento de la problemática y de compartir sentires. Se necesitan otros mecanismos con la finalidad de generar cambios estructurales. Esto sólo es un primer paso, no se le puede pedir que modifique todo”, reflexiona.

Y aunque aún falte mucho por hacer para esta joven estudiante, como para muchas otras mujeres, representó la posibilidad de romper el silencio. Así, se podía leer en su perfil de Facebook:

“Xoch Rodríguez Quintero. 24 de abril de 2016. #MiPrimerAcoso fue a los siete años. No lo entendí hasta que tuve 17. Eso jodió mi salud emocional y mi manera de relacionarme. Hasta la fecha, tengo ataques de ansiedad que no se van con facilidad, días que no quiero salir de casa y ocasiones en que no puedo pararme de la cama. Sin embargo, me siento emocionada por lo que se ha gestado en estas semanas, las redes entre mujeres que se están generando y la manera en que dejamos de callarnos. Ojalá nos veamos hoy en la calle. #VivasNosQueremos #24A #NoTeCalles”

Recientes