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Guerra de redes 2018

La difusión de noticias falsas en las redes sociales, que presuntamente ayudó al triunfo de Donald Trump, es un antecedente de lo que puede pasar en las próximas campañas políticas en México
09 de Enero 2017
Ilustración: Especial
Ilustración: Especial

En la elección presidencial de Estados Unidos existen muchas enseñanzas que, si se aprenden a tiempo, se puede prever una serie de errores en los comicios futuros. Pero hay una que marcó la contienda: los analistas y las encuestadoras no supieron leer a las redes sociales.

Independientemente de si la difusión de información falsa en redes ayudó o no a Donald Trump a ganar, 44 días antes de la elección, el republicano aventajaba por un amplio margen a la demócrata en Facebook, red social en la que el primero tenía 10.7 millones de seguidores, mientras que Hillary Clinton registraba 6.1 millones.

Después de la gran elección, el 8 de noviembre de 2016, Trump sorprendió a todos y ahora está a unos días de tomar protesta como el presidente 45 de los Estados Unidos de América.

Por algo su antecesor fue calificado en su tiempo como el candidato de las redes sociales. La primera campaña de Barack Obama inició cuatro años después del nacimiento de Facebook, dos años después de la fundación de Twitter y en pleno lanzamiento de Pinterest. Obama encontró en estas nuevas plataformas una manera eficiente y barata de alcanzar a nuevos electores.

Construcción de viralidad

En 2012, en México, las redes sociales ayudaron a integrar la primera manifestación en contra del entonces candidato priista Enrique Peña Nieto, con el movimiento llamado #YoSoy132 que nació en la Universidad Iberoamericana.

Y es que las campañas políticas también han tenido que adaptarse al mundo digital, moldear sus discursos, sus campañas, y hasta las guerras sucias a las nuevas plataformas.

Twitter y Facebook ya demostraron que la viralidad es capaz de construir ídolos o villanos, de crear o deshacer reputaciones y de llevar a un candidato a ganar o perder elecciones.

Recordemos el caso de #LadyProfeco, hija del entonces titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco),quien al convertirse en un fenómeno viral por mandar clausurar un restaurante en el que tenía que esperar turno por una mesa, motivó que su padre, Humberto Benítez Treviño, un político de amplia carrera, tuviera que renunciar al cargo.

Sin embargo, la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe), aprobada en 2014, no incluye ningún artículo específico que regule las campañas políticas en la red. En el documento, la palabra “Internet” aparece únicamente dos veces, una en la página 48 y otra en la página 76, mientras que las redes sociales, Facebook y Twitter, no son mencionadas en ninguna de sus 169 cuartillas.

“Hay una gran preocupación por lo que pasó en Estados Unidos –la difusión de noticias falsas–, donde 80 % de sus ciudadanos tiene Facebook, estando tan cerca la campaña presidencial en México surge la preocupación de que los partidos políticos pongan en marcha la maquinaria”, considera María Elena Meneses Rocha, investigadora del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

Una encuesta publicada a principios del año pasado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló que en 2015, 62.4 millones de mexicanos (57.4 % de la población) tenían acceso a Internet. De estos, 61 millones tienen Facebook, según la compañía, y unos 37 millones entran todos los días a su página. Twitter contaba con 35.3 millones de usuarios durante el primer trimestre del año.

Hasta diciembre de 2014, el número de ciudadanos inscritos en la lista nominal del Registro Federal de Electores (RFE) era 82.7 millones de personas, es decir, apenas 18.3 millones más que los internautas, lo que da una idea del papel que jugará la web en las próximas elecciones.

Meneses confía en que los electores mexicanos “no somos hojas en blanco”, pero al mismo tiempo expresa su preocupación por la manera en la que las noticias falsas o campañas negras que se hagan desde la red, durante las campañas electorales hacia el 2018, pueden influir en el ciudadano porque, a su juicio, en este momento el país atraviesa un fenómeno que se da en los medios de comunicación y la manera en la que se solucione puede vacunar a los electores contra los contenidos que generen confusión o desinformación.

Alerta: noticias falsas

En el caso de Estados Unidos, Meneses Rocha considera que las campañas negras y noticias falsas en Internet se abrieron camino porque en los medios de comunicación “serios” existe una “erosión” que las ha dejado entrar. Tradicionalmente había medios confiables que eran una “especie de brújula”, pero con la explosión de la web dejaron de ir al “EU bronco” de la supremacía blanca y dejaron de contar historias de lo que ahí pasaba; otro ejemplo que citó es el de la baja cobertura del precandidato demócrata Bernie Sanders, el rival de Hillary, cuyas propuestas de campaña tuvieron un alcance limitado por la falta de difusión.

“Lo que quiero explicar es que una noticia falsa en la red vive hasta que la desmiente un medio serio; qué quiero decir, que hay muchos vacíos en las coberturas informativas, que son las que dan pie a todo este escenario de noticias falsas, que no solo se difunden en grupos cerrados de Facebook, o en otros lugares donde se gesta opinión pública”, opina.

Alberto Escorcia, activista mexicano por los derechos digitales, afirma que el tema de las noticias falsas divulgadas en Internet es un fenómeno mundial, y una prueba muy importante para México antes de la elección presidencial serán las elecciones a gobernador en el Estado de México, en 2017.

Los principales divulgadores de este tipo de información, explicó, son sitios de noticias falsos que fueron creados para obtener clics y por personas que buscan ganar dinero con la publicidad, estas páginas generalmente están llenas de anuncios. La única intención que tienen es un uso político y pueden tener variaciones, por ejemplo, una página se puede llamar 24.com y otra hora24.com, pero se trata del mismo dueño.

Estas páginas también se mueven en las redes sociales, contratan cuentas falsas a las que pagan por hora, por difundir determinada información a favor o en contra de algún personaje o institución.

En 2015, una investigación presentada por la escritora Erin Gallagher en el Chaos Communication Camp en Zehdenick, Alemania, señaló que en México se habían creado en 2012 unas 75 mil cuentas automatizadas en Twitter, para combatir las críticas al Gobierno, dedicadas a bloquear tendencias y las protestas social en las redes.

En marzo de este año, el colombiano Andrés Sepúlveda dijo a la revista Bloomberg Businessweek que él dirigió un equipo de seis hackers en 2012, quienes habrían creado 35 000 cuentas falsas para manipular las redes sociales a favor del candidato Peña Nieto. La versión fue negada por el Gobierno de México.

De acuerdo con Escorcia, es fácil identificar estas cuentas, ya que generalmente en sus perfiles tienen fotografías de gente atractiva, un primer gancho para jalar seguidores, es muy común que posteen frases célebres, frases de amor y cosas muy pegadoras que se viralizan, y así consiguen seguidores, “para cuando les toca atacar”.

En 2014, agregó, un grupo de entre 50 y 100 operadores –así se les llama– cobraban un promedio de 50 mil pesos por hora a un cliente, es decir, en una jornada laboral de 8 horas, con un solo cliente la ganancia era de 400 mil pesos; pero ahora, al ser más extenso este fenómeno, los precios bajaron.

“El fenómeno ya está desbordado, en México está en su mayor expresión y se está exportando al mundo. En Estados Unidos y Rusia ya pasa lo que aquí, es una normalidad, y la única manera de hacerle frente es saber diferenciar entre la información que es real y la que no”, expresa Escorcia.

Ante el vacío que existe en la ley, Meneses Rocha advierte que el Instituto Nacional Electoral (INE) debe estar atento a todo lo que suceda en las redes. En julio de 2016, la Comisión de Fiscalización reportó que había detectado –sin dar cifras– un incremento en el gasto de los partidos políticos en Internet y las redes sociales, por lo que ordenó el registro de un apartado en los dictámenes de las campañas que concentre esa información.

A manera de conclusión, Meneses Rocha afirma que 2018 y la guerra sucia que se desatará en el mundo digital mexicano representan la oportunidad para que los medios de comunicación recuperen su papel en la democratización del país.

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