Periodismo imprescindible Jueves 28 de Marzo 2024

JUNKIES DEL PLÁSTICO

Como si se tratara de una droga, parece que los seres humanos no podemos vivir sin el plástico; sin embargo, para ganar la guerra contra un derivado del petróleo, puedes comenzar con pequeñas acciones
21 de Enero 2018
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El Empire State fue el edificio más alto del mundo durante cuatro décadas (de 1931 a 1972). Para su construcción se emplearon 3 500 obreros y 60 000 toneladas de acero. Hoy, el planeta genera el equivalente a 900 Empire States de basura plástica cada año.

En el refrigerador, en el tocador, en el auto y hasta en las medicinas; como si se tratara de una droga y nosotros fuéramos unos junkies, pareciera que los seres humanos no podemos vivir sin el plástico, incluso al saber que proviene del petróleo –un recurso no renovable y altamente contaminante–, que después de desecharlo en el bote de basura tardará cientos de años en desaparecer; como buenos adictos, lejos de repelerlo, seguimos fieles a él.

El grado de adicción al plástico es tal que lo usamos para las cosas de fácil sustitución, como popotes, vasos, bolsas (millones de ellas), tazas y botellas, productos tras los cuales la Organización de las Naciones Unidas ha emprendido una campaña con la finalidad de erradicarlos de nuestra vida.

Dicen que para ganar la guerra se empieza ganando pequeñas batallas. Gabriela Baeza lo sabe bien. Ella emprendió una batalla aún más feroz hace dos años, al proponerse ser una persona zero waste (cero basura). Pero como la guerra es mejor no pelearla a solas, enroló en su propio ejército a su familia: papá, mamá y un hermano.

El resultado se hizo viral a mediados de 2016. Gabriela y su familia comenzaron a comprar todo a granel (con el propósito de no generar basura con los empaques de los productos), incluso encontró una lechería tradicional a la que iba con botellas de vidrio. Y desde entonces, según cuenta, lucha la misma batalla todos los días: “Una vez que tomé la decisión, las cosas simplemente comenzaron a acomodarse. El reto que aún me cuesta más trabajo manejar es cuando alguien me regala algo, como un dulce o algo, es difícil decir ‘no’ porque lo toman como una grosería”.

Gabriela ahora está armada a fin de que su rastro en el mundo no esté constituido por  basura: vasos, cubiertos y contenedores de comida, todo portátil, se han convertido en sus mejores armas.

“No es necesario que la gente se proponga ser ‘cero basura’ como yo. Basta con que haga un compromiso serio consigo misma para reducir su huella de basura”, dice. Y agrega: “Son las pequeñas acciones, los pequeños cambios de hábitos, lo que genera una auténtica diferencia”.

Modelo alemán

Silvana Huicochea visitó a su hermano, quien estudiaba en Alemania, en 2016. Ahí descubrió un nuevo concepto de tienda que tenía gran aceptación: ventas a granel de todos los productos. Así lanzó, en la colonia Condesa, Botánica a Granel, en donde los compradores pueden comprar desde especies hasta shampoo para perro, incluso vinagre y artículos de limpieza, todo a granel, sin mínimo de compra.

“Me dijeron que en México no funcionaría porque competiría por un lado con los mercados y por el otro con los supermercados. Lo que he encontrado es que en realidad llenamos un espacio para las personas que quieren disminuir su impacto en el medio ambiente”, dice Silvana, arquitecta de profesión.

En Botánica a Granel los clientes no usan bolsas de plástico a fin de llevarse lo que compren. Pueden llevar sus propios contenedores, bolsas de tela o incluso la tienda les da unas bolsas de papel –a diferencia de las de plástico, se degradan en menos de tres meses– y también vende bolsas de tela o frascos de vidrio.

“La gente comenzó a venir por las botanas, y ahora vienen con sus listas enteras de compras para que se las surtamos. Una vez que prueban el concepto, les agrada, porque además de que reducen sus desechos, ahorran porque compran exactamente lo que necesitan”, dice Silvana.

Reutilizables portátiles

En el mundo se usan 500 millones de popotes al día. Si los formáramos en línea recta, equivaldría a la distancia entre la México y Rusia.

En 2016, en México surgió la campaña en las redes sociales #SinPopotePorfavor, con la cual los usuarios y la industria restaurantera buscaban disminuir el uso de este producto plástico, que como los demás, tarda entre 100 y 1 000 años en desaparecer.

Tres años antes, en 2013, la Ciudad de México prohibió la entrega, sin costo, de bolsas de plástico en establecimientos mercantiles. Sin embargo, en la práctica, las bolsas todavía se entregan. Más recientemente, la ciudad de Querétaro hizo la misma prohibición, que entró en vigor este año.

En su lugar, una sola bolsa de tela puede evitar el consumo y posterior desecho de unas 300 de plástico al año.

Esta corriente de disminuir los productos desechables y reducir al mínimo los residuos generados se denomina zero waste, y muchos de sus seguidores han encontrado en la tienda en línea CeroPlastico.com un lugar para surtir su artillería.

Cristina Mendoza comenzó a vender los productos reutilizables mediante las redes sociales en mayo de 2017, y un poco más tarde lanzó una tienda de manera formal. En ella, sus clientes encuentran cepillos de dientes hechos con bioplásticos –a partir de huesos de aguacate–, termos de acero para evitar las botellas de plástico –de las que cada mexicano promedio consume unas 75 al año–, además de cubiertos y tazas plegables, popotes de bambú, entre otros artículos.

Todo inició cuando Cristina comenzó a recorrer las playas de México, desde Baja California hasta Guatemala: “No importa qué tan remota fuera la playa, ni si debíamos viajar dos horas para conseguir agua potable. A donde fuéramos había basura plástica”, recuerda.

Este hecho le cambió la vida y la trastocó de tal manera que decidió, a partir de ese momento, que dejaría de ser parte del problema y apoyaría a otros a ayudar con una solución.

Al igual que Silvana con Botánica a Granel, Cristina y su proyecto CeroPlasticos.com buscan, además de reducir el desperdicio de las personas, crear canales de venta para las comunidades y quienes fabrican los productos que ellas venden, así eludirían intermediarios.

“Soy muy transparente con mis proveedores –dice Silvana–. A las señoras de Jalisco que hacen la esponja para el cuerpo de fibra de agave, por ejemplo, yo les pregunto su precio y cuál sería un porcentaje adecuado para mí, y en eso lo vendemos en la tienda. Así ellas están tranquilas de que se les está pagando un precio justo por su trabajo. No hay abusos”.

El problema de la basura no está en la basura, sino en nuestra manera de consumir. “La solución no está en los rellenos sanitarios, sino en la forma en la que consumimos y cómo las empresas diseñan los productos y sus empaques”, dice Gabriela Baeza.    

Tips para bajarle al plástico

• #SinPopotePorFavor. Si ya no tienes tres años, los popotes son completamente prescindibles. Pero si aun así disfrutas la sensación de tener algo en tu boca, prueba con popotes reutilizables, de bambú o acero.

• Olvídate de comprar botellas de plástico; en su lugar, usa vasos reutilizables o termos.

• En vez de bolsas de plástico, opta por bolsa de tela; seguro encontrarás varias con diseños increíbles.

• Evita adquirir productos congelados, ya que utilizan más empaques plásticos. Puedes comprar a granel y congelar por tu cuenta.

• Prefiere productos empaquetados con cartón o vidrio, sobre todo si después quieres reutilizar el paquete (como en los frascos de vidrio) y darles una segunda vida.

• Sustituye los tuppers por recipientes de vidrio. Estos, además de ser más cool, preservan mejor los sabores.

• Compra más productos a granel. Es más barato y, además de evitar los empaques de plástico, bajará el desperdicio de alimento en el hogar.

• No, no hay excusas: cero cápsulas de café.

• No a los artículos desechables. Puede ser lo más problemático de reemplazar, pues implica que traigas contigo sustitutos reutilizables; sin embargo, estos pequeños cambios son los que generan toda la diferencia.

• En general, compra más productos de madera y vidrio, en lugar de plástico: utensilios de cocina, pinzas para ropa o incluso mamilas.

• Hazlo tú mismo. Cuando se refiere al hogar, pocas cosas dan tanta satisfacción como hacer cosas tú mismo, y más si estás consciente de que en lugar de generar desperdicios les estás dando una segunda vida.

• Si eres mujer, deja las toallas y los tampones y cámbialos por la copa menstrual.

• Olvídate de usar rastrillos desechables.

 

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