Periodismo imprescindible Jueves 25 de Abril 2024

Música sin límites

Con 20 años de trayectoria, el cantautor argentino Luciano Pereyra ofrecerá en México un concierto el próximo 25 de octubre para conquistar a los amantes de las buenas letras y los sonidos modernos con raíces folclóricas
21 de Octubre 2018
No disponible
No disponible

POR DAVID GUTIÉRREZ

“La música no solamente me ha ido formando como artista, también como persona. En estos 20 años de giras, canciones, escenarios y conciertos, también han pasado dos décadas de vida que ha transcurrido en compañía de mi gran pasión que es la música, algo que es una gran bendición para mí”, me cuenta el cantautor argentino Luciano Pereyra.

Con dos décadas de trayectoria musical en su país, el artista se encuentra de visita en la Ciudad de México con el fin de presentar su más reciente producción discográfica La vida al viento, y para ofrecer un concierto este 25 de octubre, en el Lunario del Auditorio Nacional, en el marco de su gira por América Latina.

Pereyra revela que el nombre de su disco nace a raíz de que en un principio no encontraba la inspiración para los temas, por lo que decidió “dejar la vida al viento”, con el propósito de ver qué sucedía.

“Al final, todos los que participamos en este disco le inyectamos una manera y asentó distinto a la hora de hacer poesía, eso fue muy saludable en este trabajo”, destaca.

Celebra la participación de Andrés Castro, en la producción, pues él supo interpretar lo que el cantante quería del disco en su sonido, al fusionar diferentes géneros y ritmos, sin dejar la raíz folclórica que Pereyra arrastra desde Argentina, con los sikus, charangos, kenas y bombos.

“Realmente, este trabajo es una fusión de todos esos instrumentos con la música que hoy suena, pero sin dejar de lado las baladas románticas que siempre me ha gustado interpretar”.

En ese sentido, considera que La vida al viento, por ser un álbum mucho más folclórico que sus anteriores producciones –los instrumentos autóctonos tienen una gran presencia melódica–, “es una fusión de lo que suena hoy con diferentes géneros y ritmos”.

De acuerdo con el cantautor, el mayor reto al que se enfrenta al fusionar todos estos ritmos y sonidos es que le guste pero, sobre todo, debe estar convencido de lo que crea. “No me gusta grabar algo sólo por grabar, tengo que estar seducido y enamorado de la obra. Eso es algo muy lindo, porque a medida que vas haciendo las canciones te vas enamorando, algo que a mí me encanta hacer”.

Luciano grabó en 1998 su primer disco llamado Amaneciendo, que mezcla sonidos folclóricos argentinos como la samba, carnavalito, valses, chacareras y baladas. Su primer hit se llamó “Soy un inconsciente”, con el que vendió 26 000 discos y le valió obtener cuádruple disco de platino. En 1999 se presentó por primera vez en el Teatro Ópera, de Buenos Aires.

Al igual que en la vida, en la música uno tiene que dejarse llevar, dice muy convencido, además de que se evoluciona y crece: “no me gusta encasillarme en un sólo género o ritmo. La música no es para comparar, sino para disfrutar; hay tantos ritmos y géneros, que hacer sólo uno de ellos sería limitarme, dejar de crecer y de seguir evolucionando dentro de lo musical y artístico”.

Luciano considera que le canta al amor, porque cree todavía en ese sentimiento que viene del corazón, sobre todo, en una época tan intoxicada por la tecnología. “Antes de cantarle al amor me canto a mí, porque me hace muy feliz y porque me gusta compartir. Dicen que una alegría compartida es el doble de la alegría, y una tristeza compartida es la mitad de la tristeza, por eso compartir la alegría me hace inmensamente feliz, y poder compartirla con tanta gente, a través de la música, es maravilloso”.

Pereyra sabe que ha recorrido un largo camino junto a la música que, según él, lo acompaña desde que nació. Recuerda con nostalgia y alegría cuando a sus 16 años tenía en sus manos su primer disco, y dos años más tarde le cantaba al papa Juan Pablo II en un jubileo ante dos millones y medio de jóvenes de todo el mundo; y de ahí hasta hoy, cada momento, cada show, cada gira, cada disco, cada lugar que ha visitado.

El intérprete de 37 años dice que desde que tiene uso de razón está rodeado de música. “Mi padre es cantante, aunque sea pintor de casas, pero siempre la música estuvo presente. Yo de chico disfrutaba mucho las reuniones en la casa de mis padres, porque terminaban de comer y enseguida aparecía un bandoneón y una guitarra y un bombo y se armaba la guitarreada. Yo aprendí de eso. Y así el día de mañana ya no haga más música, esta siempre me va a seguir acompañando”.

Al ser cuestionado en torno a la fusión de géneros, luego de haberse dado a conocer como intérprete de música folclórica, Pereyra asegura que se trata “de una cuestión lógica”, y lo ejemplifica: “Vos por ahí no harás solamente entrevistas a folcloristas, seguro se las harás a un montón de músicos de otros géneros. O sea, te vas a adaptar, aunque tu raíz y tu esencia de preguntar como periodista no va a cambiar. Mi esencia musical no va a cambiar. El resto es ir aprendiendo, escuchando, fusionando, como lo he hecho en mis últimos discos”.

Agrega que de niño y adolescente escuchó más de un género en la casa de sus padres. “Pasábamos de Los del Suquía a Carlos Gardel, Mercedes Sosa, Horacio Guaraní, Frank Sinatra, Roberto Carlos y Juan Gabriel. Había una mezcla de música, yo me crié con eso. Ahora, ¿por qué la raíz más fuerte es el folclor? Supongo que porque mis padres son del interior de Argentina; tengo a mi madre que es de Misiones, y mi padre de Entre Ríos; él siempre cantó folclor, pero ahora me dice que le encanta la música mariachi”.

Recientes