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No a la pesca ilegal

17 de Junio 2018
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La pesca ilícita, no declarada y no reglamentada amenaza el manejo sostenible de los recursos marinos; pone en riesgo la vida de los ecosistemas, el sustento de los pescadores y sus comunidades en países en desarrollo. Esta práctica representa aproximadamente el 20 % de los peces que se capturan anualmente y causa pérdidas hasta de 23 000 millones de dólares al año.

Pero por primera vez en la historia, hay voluntad internacional de trabajar conjuntamente para terminar con la pesca ilegal que afecta negativamente a los océanos y, por ende, a la sociedad en general.

Uno de esos avances es el Acuerdo de la FAO sobre medidas del Estado rector del puerto, que previene que los peces obtenidos ilegalmente puedan entrar a los puertos. Cada vez más países se unen al tratado y ahora es posible comenzar a “marcar” la pesca ilícita .

Otra medida clave según la FAO es que exista un intercambio de información entre los países, las organizaciones locales y los organismos internacionales.

Y es que, además del daño a nivel ecológico, estas prácticas afectan los ecosistemas, tales como los fondos de corales y las plantas acuáticas;  socioeconómicamente, por la cantidad de peces que es extraída, se reduce su disponibilidad para las personas que más los necesitan y provoca que su valor cambie en la cadena de producción.

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