Periodismo imprescindible Viernes 19 de Abril 2024

Pon la piña a tus pies

Si ser emprendedor te parece difícil, pues en un proyecto de impacto social podría serlo el doble. Esta es la historia de Haydee Santillán quien desde hace siete meses ha lanzado una línea de calzado hecho con materiales sustentables, principalmente PET reciclado y el más innovador: una “piel” hecha a base de piña
10 de Diciembre 2017
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“Ser emprendedor es difícil, pero ser emprendedor social es el doble de difícil”, me cuenta Haydee Santillán, una joven de 34 años que desde hace siete meses trabaja con dos grupos de artesanos del Estado de México para fabricar zapatos con materiales sustentables, y a pesar de que su calidad es similar a la de un calzado de piel, su principal mercado no está en nuestro país, sino en Estados Unidos.

Ella tiene un gusto especial por el diseño de modas desde hace muchos años, y por ello tomó diversos talleres con el propósito de crear calzado, incluso fundó su marca bajo el nombre de Lahay. Durante tres años realizó zapatos principalmente para mujer, pero detuvo la producción durante un año, tiempo en el que viajó a España con la finalidad de estudiar Diseño de Moda en Felicidad Duce, la escuela de moda de LCI Barcelona, donde aprendió a llevar su propia empresa.

Fue en este año que notó el auge que tenía la venta de calzado de lujo en todo el mundo, y en México no era la excepción, sólo que aquí el mercado se enfocaba mucho en la piel. Actualmente, la industria de la moda es la segunda fuente de contaminación en el planeta, después de la petrolera, y Haydee quería dormir con la conciencia tranquila.

Tras buscar cómo ayudar a mejorar el mundo, llegó a Piñatex, una empresa española fundada por Carmen Hijosa, consultora de la industria de artículos de piel en Filipinas cuyo trabajo le demostró que la producción de este material era sumamente contaminante y por ello comenzó a buscar un nuevo textil que se pudiera comercializar, que no afectara el medio ambiente y que tuviera un impacto social.

Así nació Piñatex, un textil realizado con la fibra de la hoja de las piñas cuya flexibilidad y resistencia lo convierte en una alternativa perfecta. Incluso, la cantidad de agua que se utiliza en su producción es 80 % menos que la que se gastaría con la piel.

Las hojas son un subproducto de la cosecha de la piña, e incluso al usarlas en Piñatex se evita que se conviertan en un desecho y se pudran en la tierra. El textil final es 100 % biodegradable y puede ser teñido o estampado, además de que se le pueden dar diversos tratamientos para crear diferentes texturas y acabados.

Haydee se identificó de manera inmediata con Carmen, pues buscaban lo mismo: cuidar el planeta. Y es que la emprendedora mexicana sabe que hasta ahora nada es 100 % sustentable; sin embargo, reconoce la importancia de plantear cambios, aunque sean pequeños pero significativos.

“Tal vez si hacemos estas cosas ahora, no las notemos en el presente, a lo mejor en 10 o 15 años se visualice el cambio. Quizás ni esta generación lo vea, pero las que vienen sí”, me dice Haydee desde su taller, al sur de la Ciudad de México.

Pero el cambio, asegura, no sólo puede venir de los productores, sino también de los consumidores. “Deben ser conscientes de sus compras. ¿Cuánto compras?, ¿a quién le compras?, ¿quién hace tus productos? Es necesario conocer el origen de lo que vistes y calzas, de lo que comes y usas”.

En el proceso de creación de estos nuevos calzados sustentables, Haydee logró que Piñatex se convirtiera en su proveedor del textil y luego acudió a dos comunidades en el Estado de México, San Mateo Atenco y Villa del Carbón, donde los artesanos de calzado estaban acostumbrados a trabajar con piel y otros materiales nada amigables con el planeta. Sin embargo, tras una labor de reeducación, se animaron a trabajar con ella.

Haydee conoce la importancia de que los artesanos crezcan a la par que Lahay. Es por ello que trabajan bajo el esquema de comercio justo, donde las ganancias son equitativas de manera que todo esté bien. Ella elabora los diseños, y una vez que los tiene, viaja a las comunidades donde, junto con los artesanos, realiza las primeras muestras hasta que quedan los modelos finales para comenzar la producción.

Un grupo de artesanos está compuesto únicamente por cinco personas, el otro depende del número de calzados que se fabricarán. Pero cada uno tiene ya su labor asignada. Haydee trata de promover su trabajo mediante fotografías en las redes sociales de Lahay a fin de que la gente conozca a las personas que confeccionan sus zapatos. “Es importante darle el lugar a cada integrante y sobre todo en México que tenemos a tantos artesanos, ellos merecen toda la importancia”.

Entre los procesos que ha integrado con los artesanos está el uso de materiales que no alteren el ambiente, como algodón orgánico, o pegamentos que no dañen los textiles de Piñatex. También les enseñó a manejar los patrones sobre el textil para evitar el desperdicio de material. Además, les explicó la importancia de conocer las tendencias y de estar a la vanguardia, porque así pueden vender más productos.

Actualmente, el modelo de venta es únicamente a través de Internet, y su principal mercado es Estados Unidos, seguido de Australia. El 60 % de sus clientes son mujeres, aunque la línea es considerada unisex, por ello maneja números del 2 hasta el 10.

Haydee ya duerme más tranquila, incluso ahora comienza a soñar con crear una línea de ropa cuyos materiales también sean ecológicos y orgánicos.

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