México enfrenta un entorno de baja productividad, con una alta incidencia de la informalidad e inseguridad; un gasto público con escaso valor agregado y la ausencia de una verdadera política industrial moderna. Ante este panorama, la inflación del país al cierre del 2017 se ubicó en 6.77 % –más del doble previsto por el Banco de México-, un factor que representará mayor presión para el crecimiento de la economía nacional.
Es por ello que el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) recomienda que el país se enfoque en alinear aspectos internos, porque de mantenerse la tendencia del modelo económico de baja productividad, más una alta incidencia de la informalidad e inseguridad, un gasto público con escaso valor agregado, el freno a la inversión e innovación y la ausencia de una verdadera política industrial moderna México verá comprometido de manera importante su entorno durante el essaysglobal.com 2018.
Tan sólo las familias mexicanas afrontaron un incremento de 39 % en el gas doméstico, 8.9 % en transporte público, 17.5 % en gasolina de bajo octanaje. En el caso de las empresas, las presiones se incrementaron; además, de la depreciación del tipo de cambio, el incremento en la inseguridad carretera y mayores costos de transporte y logística.
Hay que sumar también los efectos de la volatilidad del tipo de cambio: mientras en agosto del 2014 la cotización del tipo de cambio era de 13.1 pesos por dólar, en diciembre del 2015 ya había llegado a 17.2; y con el triunfo de Donald Trump se ubicó en máximos históricos, lo que implica que la volatilidad e incertidumbre privan en el sector financiero, ello afecta la determinación de precios para las industrias.
Ante este contexto, el director del IDIC, José Luis de la Cruz, afirma que sólo mediante una estrategia de reactivación productiva con el fortalecimiento globalmente competitivo del mercado interno será posible sortear los desafíos coyunturales y estructurales que enfrenta la economía nacional.
