Periodismo imprescindible Viernes 29 de Marzo 2024

Robo de smartphones… ¿eres parte del problema?

Al menos 48 personas cada día son víctimas del robo de su smartphone. Tras la frustración del momento, algunas acuden a una tienda por un equipo nuevo y garantizado, pero muchas otras optan por la solución fácil: el mercado negro. Con ello aumentan la demanda que engrosa las cifras de asaltos. Por fortuna, algunos emprendedores ya han diseñado soluciones para evitarlos, ¿quieres conocerlas?
10 de Diciembre 2017
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POR ROGER VELA

Son las nueve de la mañana en la Ciudad de México. Camino al interior de la estación Chilpancingo del Metrobús. La gente se amontona en el pasillo. La mayoría son oficinistas que se dirigen con prisa a su trabajo. Desesperados, buscan hacerse espacio entre la multitud que espera el transporte con la finalidad trasladarse hacia el sur. Yo no me preocupo, voy con buen tiempo a mi cita, pero apenas se abren las puertas los empujones me avientan al interior del vehículo. Tengo mi celular entre las manos y para que no se caiga lo guardo rápidamente en la bolsa derecha del pantalón. Justo en ese momento termina la canción que vengo escuchando. Algunos salen, otros entran. Pasan unos segundos y ya no siento el bulto que hasta hace unos momentos hacía mi celular en mi bolsillo. Recorro con mis dedos pulgar e índice el cable de mis audífonos, desde mi oído hasta la parte donde se conecta y, efectivamente, mi celular ya no está.

No logré percibir quién, entre el tumulto, sacó mi celular. Pienso en los contactos laborales, fotos de viajes, audios de entrevistas y notas importantes que acabo de perder. Pienso en acudir a mi cita, sin embargo, la dirección venía en el celular, pienso en llamar para cancelarla, pero reacciono y la ironía de la situación me saca una sonrisa. Decido regresar a mi casa con el propósito de cerrar mis redes sociales.

Durante el trayecto trato de confortarme al pensar que fue un robo “limpio”, sin violencia. Al llegar pregunto a mis amigos en Facebook cuántas veces les han robado un celular en su vida. Más de 50 personas responden: el promedio es de tres equipos robados. Horas después, una aplicación de Google ubica mi teléfono cerca del metro Santa Martha, en la delegación Iztapalapa. No logro recuperarlo.

Ahora debo atravesar todo un proceso burocrático para comprar un nuevo equipo y no perder mi número. Varias personas me ofrecen celulares usados y me pregunto: ¿qué responsabilidad tienen aquellos que compran equipos robados con que ese delito sea de los más comunes en la ciudad?

Para este reportaje realicé un ejercicio. En uno de los varios grupos de venta de celulares que existen en Facebook publiqué dos fotos de un iPhone 8 plus con el siguiente mensaje: “¿Cuánto por iPhone 8 plus bloqueado? o ¿cuánto por desbloquearlo? Casi nuevo, zona oriente”. En menos de media hora recibí más de 10 mensajes privados que me ofrecen una cantidad máxima de 2 000 pesos por un celular que cuesta 19 000. Una persona me aseguró comprar sin problemas celulares bloqueados.

En el post, más de 20 personas comentaron al respecto, aunque algunos evidenciaron que podría tratarse de un equipo robado y reclamaron por ello, otros se interesaron por el precio sin importar la procedencia del equipo. El grupo tiene casi 190 000 usuarios y diariamente suben decenas de fotos con el propósito de comerciar todo tipo de equipos.

En julio de este año, las autoridades de la capital realizaron un operativo en ocho plazas comerciales que se ubican sobre el Eje Central, un conocido punto de comercialización de celulares usados. Decomisaron cerca de 7 000 equipos de procedencia ilegal y detuvieron a decenas de personas, pero la venta continúa.

Jorge es un joven que se dedica a comerciar equipos robados en una de esas plazas. Me comenta que varias personas le surten equipos. Afirma que por un celular con valor de 4 000 pesos, paga 1 000 y lo vende en unos 1 600 pesos. Es decir, lo abarata 60 % y obtiene 15 % de ganancia sobre su precio en tiendas.

—¿A ti te han robado algún celular?

—Sí.

—¿Qué sentiste?

—Coraje.

Dice que los iPhone los comercia por partes porque debido a los mecanismos de seguridad de esos equipos “no sirven esas cosas”. La parte que más vende son las pantallas y los centros de carga. “Ya sabes que la gente luego no tiene ni para comer, pero quiere traer un iPhone o un Samsung. No sé cuál es el que más se roba aunque ahorita el que más me ha llegado es el iPhone 6.

Lleva casi 10 años en el negocio y no piensa abandonarlo, al menos no por ahora. “Vendo porque es una fuente de ingreso para darle una regular calidad de vida a mi familia. Aquí recibo más de lo que una empresa me puede dar, ahí no me van a ofrecer más de dos mil pesos a la semana, acá me llevo al día mil pesos libres en promedio, y mientras la gente compre, seguiré vendiendo”.

Cifras de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal muestran que el robo de celulares es un delito que va en aumento. Entre enero y octubre de este año fueron robados 10 762 equipos de telefonía móvil en la Ciudad de México, o al menos esos fueron los casos que se denunciaron. Durante los doce meses del año pasado se registraron 7 140 robos.

Tan sólo el pasado mes de octubre se reportaron 1 500 celulares robados, lo que significa que diariamente 48 personas perdieron su equipo. A algunos les sustrajeron su teléfono sin que se dieran cuenta, otros fueron amenazados con un arma de fuego, y otros más fueron golpeados para obligarlos a entregar su celular.

Parecería que aquellos que perdieron su teléfono a manos de la delincuencia sólo tienen dos opciones: comprar un equipo de dudosa procedencia o pagar altas cantidades por uno nuevo en una tienda establecida. Pero en los últimos años han surgido alternativas en el mundo del emprendimiento, Sellfone es una de ellas.

Se trata de una startup que ofrece celulares nuevos y seminuevos de gama alta o media a precios populares con una garantía de 90 días, y con la certificación de que son legales. ¿Cómo los comercializan? Olaf Cano, uno de los fundadores, explica que, mediante su sitio web, alguna persona les ofrece un celular que ya no use, ellos verifican en la página del Instituto Federal de Telecomunicaciones que el IMEI –el código de identificación único– del equipo no aparezca con reporte de robo y piden la factura del teléfono o la caja original.

Una vez que confirman que el equipo no es robado, revisan el hardware y el software con la finalidad de evaluarlos. Si el que lo ofrece está de acuerdo con el monto, lo ponen a la venta y le pagan lo acordado cuando se comercializa.

Olaf asegura que 80 % de las personas que cambian su celular cada año es porque se lo robaron, lo perdieron o se les averió. “Ese es nuestro mercado, la gente que no puede pagar un celular nuevo y busca comprar uno en buenas condiciones que no sea robado. En resumen, buscamos democratizar la tecnología para las clases menos favorecidas”.

Sin embargo, ese no es el único objetivo de Sellfone, también tienen una visión ambiental. Mediante el reuso de equipos de telefonía buscan reducir el impacto ambiental de las 180 000 toneladas de basura electrónica que se generan cada año en México, según datos de el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.

“Esperamos reducir el desperdicio electrónico. Mediante el uso de la tecnología tratamos de promover el uso del celular hasta durante tres ciclos de vida antes de que se deseche”. Sellfone negocia ahora un trato con una institución bancaria para que, en el futuro, los equipos que ofrezcan se puedan adquirir a crédito.

Fomentar un consumo justo en una área tan importante como las telecomunicaciones es la apuesta de este tipo de iniciativas comerciales, que surgen como una opción entre las altas tarifas del mercado y las ofertas deshonestas de la delincuencia.

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