Periodismo imprescindible Martes 16 de Abril 2024

Techno cupido para todos

El amor ya rondaba Internet desde antes de que el sexting se llamara así y de que existiera Tinder
11 de Febrero 2018
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“Yo conocí a mi marido en una página de parejas por Internet, ahora llevamos ocho años juntos y tenemos una hermosa hija que está por cumplir siete”, dice Rosa, de 38 años. Al principio de su relación solamente se comunicaban por mail, después hablaban por teléfono y hasta varios meses después se conocieron en persona.

Y es que iniciar relaciones sin conocer físicamente a alguien ha sido algo más o menos común desde tiempos del intercambio de cartas de amor o de cuando en casa sólo había un teléfono, pero hoy las herramientas tecnológicas han ayudado a que la gente se conozca y enamore en una época que tiene un ritmo de vida más acelerado.

Celestina del siglo XXI

Las personas siempre han recurrido a un tercero para que, por ejemplo, les presente a alguien que podría funcionar como su pareja, sin embargo, hoy esa tarea la puede realizar una aplicación del teléfono celular sin que haga falta, por ejemplo, asistir a una fiesta.

“En enero de 2016 bajé Happn (una app de citas que detecta a las personas que han estado en el mismo lugar que el usuario) por recomendación de una amiga y, pues, en febrero de 2018, Jorge y yo cumplimos dos años. Resultó que vivíamos en la misma calle, mismos lugares, mismos intereses y la app fue el ‘amigo en común’ que nos presentó”, recuerda Gabriela.

“En tiempos en los que vivimos el día a día corriendo y que en ocasiones no salimos del mismo círculo de amistades, creo que debemos tener la apertura de explorar”, recomienda.

Parece que ese es un consejo que varias personas han seguido, como Ixchel, que acaba de salir de una relación que empezó hace más de 20 años con el filtro verificador y la aprobación de su padre, pero actualmente empieza a conocer la nueva forma de relacionarse.

“Todo es nuevo para mí, ahora parece que todo funciona con las app. Estoy harta de las app de ligue, y en Twitter he conocido a alguien que me quiere bonito, y está padre. No ando en plan de amor, sólo exploro el mundo que cambió tanto y aprendo”, comenta.

“En una de esas, quizá vuelva a darle una oportunidad al amor y creo que le apostaría más a Twitter que a las app de ligue; a Facebook, ¡jamás!”.

Marisa coincide en que el amor en tiempos de las redes sociales se ha vuelto un poco más complicado, aunque también ha hecho posible mantenerse cerca y comunicado con quien esté lejos o conocer a gente fuera del ámbito habitual.

“Estoy fuera del mercado hace muchos años, pero creo que como pasa siempre, hay dos caras de la moneda”, apunta.

Lo mismo, pero con Internet

Hay otras personas que ven al amor en tiempos de las redes sociales como una especie de regreso al pasado; es decir, es lo mismo que antes, pero ahora tiene wifi.

“Regresamos a los tiempos de mi madre, cuando los novios se veían una o dos horas por día en la puerta de la casa o con chaperón, y pues, a la hora de casarse, ni se conocían. Ahora, todo es por mensajito y, claro, a la hora de juntarse tampoco se conocen. Es lo mismo, pero con tecnología”, opina Verónica.

Sonia piensa algo similar: “Cortejo de antes: El interesado debía llegar hasta la casa de la chica, tocar la puerta y preguntar al casi siempre malhumorado padre: ‘¿Está su hija?, ¿me permite salir con ella a conversar/a dar una vuelta/a la fiesta?’. Cortejo en tiempos de WhatsApp: ‘Holi, te veo hoy?+carita feliz+corazoncito’”.

Una de las cosas que sí se han transformado es hasta dónde llega el nivel de intimidad de las parejas, y hoy la verdadera “prueba de amor” tiene otro nombre: password.

“Ahora, la prueba del amor es que te den sus claves de acceso a las redes sociales o que te dejen revisar su celular”, advierte Óscar.

Más comunicación, menos fronteras

Marcela, que conoció a su novio hace tres años mediante OkCupid (una app que se basa en porcentajes de compatibilidad a partir de responder una serie de preguntas), dice que la tecnología ahora borra fronteras en el amor.

“La posibilidad de tener una comunicación inmediata gracias a estas herramientas también ayuda a trabajar para que esa relación prospere a pesar de que alguien, como mi novio, se haya mudado un año a un pueblo perdido en el norte rural de Estados Unidos”, comparte.

No obstante, también la tecnología permite que el amor cruce fronteras ideológicas, como lo comprobó Alma: “Yo conocí a mi futuro marido en una aplicación de ligue para judíos. Él es musulmán y yo atea, pero llevamos dos años juntos y pronto nos vamos a casar, todavía no sabemos si en Turquía o en México”.

Alma dice que, de paso, esto también le ayudó a aprender un nuevo idioma y a quitarse estereotipos de las personas y sus respectivas culturas.

Sin embargo, Nabichito recuerda que todo esto ha existido desde hace mucho: “Tengo una tía originaria de España que conoció a su esposo de México mediante cartas mucho antes del Internet, se casaron y llevan años de feliz matrimonio”.

Para él, Internet tiene la ventaja de que puede ayudar en el ligue a las personas que son un poco más tímidas.

“Yo conocía a mi ahora esposa, pero ella me empezó a hacer plática por WhatsApp y eso me fue quitando la pena; dejé el miedo atrás y la invité a salir. Me fui de viaje de trabajo y seguí escribiéndole a diario; regrese a casa, salimos un par de veces y nos hicimos novios”, indica. “En realidad, sólo salimos tres veces, aunque nos mensajeamos a diario durante todo un mes y esa fue la forma de conocernos”.

Sólo son nuevos medios

Así que parece que la mejor aportación del Internet para el amor ha sido comunicar más a la gente… claro, cuando se utiliza bien.

“Parece que lo que ha cambiado es la forma en que inicialmente nos ponemos en contacto con las personas. Los nuevos medios de interacción basados en la tecnología son sólo eso, medios para conocer a las personas”, explica Víctor Jiménez, psicólogo terapeuta Gestalt.

“Las relaciones pueden ir más allá –o no– si ambos encuentran compatibilidad, respeto, intensidad, lo que sea que estén buscando. Lo que sí es cierto es que las redes sociales nos dan posibilidades de conocer a más gente”.

Víctor indica que algunas personas eligen un encuentro único virtual, mientras otras se conocerán en persona e, incluso, formarán una pareja.

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