La tecnología de asistencia permite a las personas llevar una vida sana, productiva, independiente y digna, y tomar parte en la educación, el mercado laboral y la vida social; además, reduce la necesidad de servicios oficiales de salud y apoyo y de atención crónica, así como la carga de trabajo que recae en los cuidadores. A falta de esta tecnología, ciertas personas suelen verse excluidas, aisladas y sumidas en la pobreza, lo que hace más gravosas las consecuencias de una enfermedad o discapacidad para la propia persona, su familia y la sociedad.
“Tecnología de asistencia” es una expresión genérica que designa todos los sistemas y servicios relacionados con la utilización de productos de asistencia y la prestación de servicios al respecto.
Los productos de asistencia sirven para mantener o mejorar la autonomía de una persona y su capacidad para manejarse, con lo que promueven su bienestar.
Audífonos, sillas de ruedas, elementos de apoyo a la comunicación, gafas, prótesis, pastilleros o recordatorios son otros tantos ejemplos de productos de asistencia.
En todo el mundo hay más de 1 000 millones de personas que necesitan por lo menos un producto de asistencia.
Actualmente, sólo una de cada 10 personas que la necesitan tiene acceso a tecnología de asistencia, debido a su elevado costo, a la escasa sensibilización sobre el tema y a la falta de existencias, de personal formado, de políticas en la materia y de financiación.
Con información de la OMS.