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Transitar como mujer

Cambios en la vestimenta, cambios en las rutas: ser peatón puede mejorar la movilidad y también reducir la huella de carbono, pero algunas mujeres también buscan evitar agresiones en el transporte público
09 de Noviembre 2017
MUJERES
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La luz del sol está en todo su esplendor en la intersección de Bucareli, Chapultepec y el inicio de Cuauhtémoc. Voy dispuesta a interceptar a cuantas mujeres solas me encuentre en la calle caminando, a quienes veo con prisa, serias, llamando por teléfono, preocupadas, riendo. La pregunta es ¿cómo el hecho de ser mujer cambia tu forma de transitar la Ciudad?

Los eventos de violencia comunitaria en la Ciudad de México contra las mujeres tienen mayor incidencia en la calle con un 46.98 % y en el transporte público con un 42.66 %, hablando de tocamientos.

Pero también son frecuentes las miradas lascivas y morbosas (90.6 %); chiflidos con relación a la apariencia o el cuerpo de la persona (81.3 %); acercamientos desmedidos (67.7 %); recargamientos corporales (66.7 %); comentarios o frases ofensivas de carácter sexual (67.7 %) y tocamientos impropios (55.2 %), de acuerdo con el Diagnóstico sobre la violencia contra las mujeres y las niñas en el transporte y los espacios públicos de la Ciudad de México de 2015, que realizó el gobierno capitalino.

Finalmente, el 30.2 % de las mujeres en la Ciudad de México vio limitada su libertad de tránsito por algún hombre.

Camino a la tarea, un señor silba desde su camión y me mira las piernas. Apenas crucé la calle y otro hombre hace el ya conocido “cht cht” con su boca como para llamarme. Volteo a preguntarle qué quiere –la mayoría de las veces se voltean y actúan como si el sonido hubiera salido de la banqueta, otros no saben qué hacer, pero éste sin pensarlo lo suelta- y me contesta “estás bien hermosa, amiga”.

Le explico tranquilamente, como han sugerido algunos, que nadie le preguntó. Adelante hay un policía a quien acudo y me explica que no puede hacer mucho, más que llamarle la atención porque no fue “grosería” ni hubo contacto físico.

No me alejo mucho del lugar para realizar la actividad y espero a que la gente avance para que pueda darme su testimonio. Caminan más hombres que mujeres sin duda, algunas mujeres van con sus parejas y otras, algunas muy jóvenes, van en grupo.

Ellas son algunas de las personas que contaron lo que viven todos los días para desplazarse forzosamente a sus lugares de trabajo y estudio.

Vanessa de 17 años y Sara de 18 años

Vanessa, estudiante, cuenta que a ella la han acosado verbalmente en la calle y Sara dice que no se ha dado cuenta porque siempre va caminando con audífonos. Además, ante la pregunta de si les garantizaran seguridad para deambular libres de acoso, ¿qué cambiarían? ellas responden:

“Yo sí uso lo que me gusta, pero saldría más segura. Cuando lo uso salgo, pero hay comentarios”: Vanessa.

“Yo sí cambiaría la forma de vestirme, usaría faldas, shorts cortitos, pero en el centro, pues como que no”: Sara.

Leslie Zárate, 18 años

Regularmente usa metro, a veces taxi. En el metro es donde dice que la han acosado y a veces altera sus rutas para evitar el acoso sexual.

“De hecho no me gustan las faldas precisamente por eso, porque te acosan. Si tuviera más seguridad, me las pondría”, afirma.

Sandra, 29 años

Utiliza transporte público para desplazarse, afirma que la han acosado “muchas veces”, además que camino a su casa no es un lugar seguro.

También cambia sus rutas constantemente para evitar la inseguridad y le gustaría usar blusas de tirantes.

“Siempre, dependiendo con quien salga es como te tienes que vestir. Si voy con la familia, no hay tanto problema, si voy sola, lo más discreta”.

Cuando viaja con su bebé en el transporte público, solo el 50% de las veces le ceden el asiento reservado.

Samanta 17 años, Berenice 19

Usan transporte público y caminan para llegar a sus destinos. A Berenice la han acosado en el camión y a Samanta no.

“Los hombres piensan que nada más por vestir con falda o con short tienen todo el derecho de decir lo que les dé la gana. No necesariamente tienes que traer falda o short para que te acosen, también con pantalón te acosan. Mi mamá siempre me dice que me vista diferente porque esto los provoca y yo siempre le digo ‘¿qué culpa tengo yo?’”, me comenta Berenice.

Mercedes, 16 años y Celia Ramírez de 42

Usan metro y caminan para desplazarse, en algunas zonas sí se sienten seguras para caminar y nunca han cambiado su forma de vestir para transitar.

A Celia la acosaron de más “joven” en el metro, sin embargo los ignoraba a menos que se “pasaran”.

Si les garantizaran seguridad, cambiarían sus hábitos de desplazamiento a horas más tardes o cuando no hay luz de sol.

Alejandra Ramírez, 42 años

 

Utiliza todo tipo de transporte, incluido el taxi. Es contadora pública y no siente que camine menos por ser mujer, tampoco la han acosado y nunca ha visto un caso de acoso.

“Me siento segura, será porque siempre ando a prisa”.

Angélica 16 años y Jazmín de 17 años

Estudiantes, se desplazan en transporte público y caminar no es su actividad favorita. Por donde vive Angélica en Iztacalco está seguro y Jazmín en Tacubaya no se siente tan segura, pero a ella nunca la han acosado.

“Antes yo iba en una escuela en la tarde y había una obra, a la hora que yo entraba a la escuela, los albañiles estaban en descanso. Era un desastre cada que pasaba por ahí, no quería pasar” me cuenta Angélica que tuvo que alterar su ruta, bajando tres estaciones de Metro antes para tomar un camión que la dejara en frente de la escuela.

Al final, la que terminó cambiando su ruta fui yo. Mi agresor vio que yo estaba cerca y no quise pasar por ese lugar de nuevo, no porque lo volviera a hacer o por temor a que me hiciera algo, sino porque qué necesidad.

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