Periodismo imprescindible Miércoles 24 de Abril 2024

Con el alma 
en la mochila

29 de Julio 2018
valeriagalván
valeriagalván

Me encanta viajar. Ese es el fondo de muchos perfiles que se venden como almas viajeras, libres y de corazón espontáneo a las que nos les importa pasar hambre, frío o usar hojas del bosque como papel higiénico con tal de conocer el mundo.

Alguna vez yo también me vendí así –¡Me encanta viajar!–. “¿En serio?”, me pregunté una vez y me contesté: “Bueno, si es a un buen hotel, con traslados cómodos y unas dos veces al año, sí”. Aunque llegué a la siguiente conclusión: No me encanta viajar, me encanta vacacionar. No es lo mismo.

Afortunadamente existen almas libres, aventureras y valientes que vinieron a este planeta a conocerlo, y que a través de sus historias podemos emocionarnos con ellos desde la comodidad de un asiento y detrás de una taza de café.

Así estuve yo con Christian hace poco, al reunirnos después de un largo viaje que emprendió tras su divorcio. No, el divorcio no fue el motor que lo impulsó a tomar la decisión de conocer lugares a fin de comenzar a cumplir con su bucket list del mochilazo.

Me contó que todo comenzó hace 10 años atrás, cuando viajó a Tailandia y conoció a una pareja que estaba recorriendo Asia trabajando determinado tiempo “en lo que “cayera para ahorrar, moverse a otro país y hacer lo mismo.

A Christian se le antojó tanto tener una aventura similar que guardó una toalla, parte de ese viaje, con el fin de prometerse que algún día haría lo mismo. En breve, pasó el tiempo, conoció a quien fue su esposa, vivieron años maravillosos y un buen día terminó. Christian comenzó su ruta con 600 dólares, y cuando llegó a Grecia con 40 dólares solamente en el bolsillo, el administrador del hotel le preguntó que si quería trabajar allí. “¡Eres un pinche suertudo!”, le grité. Se va otra vez, probablemente ya no regrese. Voy a extrañarlo.

Las experiencias pasadas, el estilo de vida, la personalidad y la imagen que se desea proyectar pueden generar en los individuos diferentes motivaciones para salir de viaje.

El crecimiento turístico va viento en popa para quienes gustan de vacacionar, turistear y viajar como parte de su día a día, con una mochila en la espalda, presupuesto limitado y ganas de aventuras que puedan contar a futuras generaciones.

Las llegadas de turistas internacionales en el mundo 
han pasado de 25 millones en 1950 a 278 millones en 1980, 674 millones en 2000, y 1 235 millones en 2016, y sigue creciendo de forma acelerada según reportes de la OMT.

Chris no es la única persona en mi vida que ve el planeta como su casa o espacio. Mis amigos Tania y Sebastián son una hermosa pareja que ha preferido vivir por convicción en austeridad, y destinar todos sus ingresos a una vida llena de aventuras.

Sebas me contó que cuando era niño y abría el álbum de fotos de su papá con el abuelo viviendo aventuras en las montañas y bosques se prometió que su vida sería igual.

Mis amigos han recorrido lugares maravillosos como el Amazonas, han estado en contacto con la naturaleza y con ellos mismos tantas veces que su relación es única. Se han transformado en un solo espíritu que ama el contacto con lo que cuesta menos.

Me atreví a preguntarles “¿De qué viven?”, y la respuesta fue simple: “El dinero, obvio, no nos cae de los árboles, yo hago video independiente, hasta produje una serie sobre mis aventuras”, me dijo Sebas con ese aire pacífico que lo caracteriza. Tania dejó su trabajo “estable” para compartir con Sebas todas las aventuras que seguramente resultarán en una antología de historias que hace que un simple turista como yo de vez en cuando se pregunte: “¿Me atrevería a vivir una aventura así?”.

*Buscadora de historias urbanas de sus contemporáneos millennials. Ponte atento, tu historia puede ser la próxima.

@valeria_galvanl

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