Periodismo imprescindible Viernes 19 de Abril 2024

El engaño de Le Pen

Por Salvador Casanova
27 de Febrero 2017
Salvador Casanova
Salvador Casanova

La Unión Europea se dirige a una encrucijada que puede desarticularla. Si esto sucede,  la economía de Occidente estaría de nuevo en manos de los norteamericanos. Algo que, en las condiciones actuales, sería terrible. La clave está en la próxima elección francesa, que hasta hoy encabeza Marine Le Pen. Su discurso tiene dos premisas: abandonar la Unión Europea y detener la inmigración a Francia. Le Pen representa el final del euro y de la unión de los países que lo emplean.

¿Qué significa esto en el contexto mundial? La Unión Europea surgió del fraude que los norteamericanos le hicieron al mundo cuando traicionaron los acuerdos del tratado de Breton Woods.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, en Breton Woods, New Hampshire, los representantes de Europa y Estados Unidos  acordaron que el único país con la solvencia para apoyar la recuperación mundial era la Unión Americana, y que el patrón monetario mundial sería el oro. Los norteamericanos se comprometieron a tener en sus bóvedas una reserva del metal de una onza de oro por cada 35 dólares que circularan en el mercado.

Luego de firmar el acuerdo, los yanquis se ocuparon primero de fundar y controlar organizaciones que agruparan a los países miembros del acuerdo –así surgen la Organización de las Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional–, y luego de imprimir billetes. Con ese dinero  hicieron préstamos a todos los países para reactivar sus economías, y compraron oro hasta tener el control absoluto del mercado.

Las economías vivían bajo el hechizo financiero norteamericano que consistía en cubrir los déficits con la impresión de dinero. En poco tiempo el oro en la reserva fue insuficiente para respaldar los dólares en circulación, pero como todos prosperaban nadie se ocupó de hacer cuentas.

La guerra de Vietnam rompió el hechizo. El gasto era escandaloso y el dinero no podía salir de otro lado que de las imprentas norteamericanas. Francia y Alemania comenzaron a cambiar los dólares de sus reservas por oro.  Los gringos sabían que si pagaban, se quedarían sin reservas. Para evitarlo, Nixon detuvo el pago. Un fraude que le costó a la humanidad, literalmente,  todo el oro del mundo.

Los europeos tenían un margen de maniobra reducido, pues dependían del mercado norteamericano, además las instituciones donde se presentaría la queja estaban controladas por los yanquis. Europa tuvo que apoquinar el fraude y buscar una ruta de escape.

La solución fue integrar una alianza de países que se llamó “Unión Europea”. El proyecto se cristalizó en 1999, al adoptar al euro como moneda común y consolidar la unión. Esta representa la segunda economía mundial y una moneda de reserva, alterna, para los bancos centrales del mundo.

Pero volvamos con Le Pen. Su segunda premisa recoge la inconformidad que surge a partir de la inmigración masiva de Irak,  Siria y Afganistán; países que destrozó el ejército americano, lo cual obligó a sus pobladores a buscar refugio.  En un principio, el país de la “libertad, la igualdad y la fraternidad” acogió generosamente a los inmigrantes, pero conforme comenzaron a competir por los espacios de vida, la población empezó a incomodarse. Así, el discurso de Marine Le Pen ha cobrado fuerza y hoy lidera las preferencias electorales.

François Durpaire, un académico francés que predijo la presidencia de Obama, el brexit y a Trump; anticipa a Le Pen como presidenta de Francia. Así, un problema creado por los Estados Unidos, en otra ironía de la democracia, allana el camino para que Francia devuelva el monopolio de las reservas mundiales a unos norteamericanos cuyo líder no viene a apoyar la recuperación del mundo, sino que, lleno de odio y desprecio, quiere adueñarse del planeta.

 

*Escritor, autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias

@casanovatiempo

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