Periodismo imprescindible Viernes 19 de Abril 2024

El futuro de la salud

04 de Febrero 2018
RICARDOCHAVERO
RICARDOCHAVERO

Parece que, a veces, la tecnología es una rama aislada del conocimiento, aunque vemos todos los días que permea nuestra vida, en su mayoría para bien.

Desde invenciones como la imprenta, generó la posibilidad de tener el conocimiento para más que el monopolio de alguna institución. Sin embargo, también seamos realistas pues el hecho de tener esta nueva tecnología implica que todos lean o que todos queramos tener la información en nuestras manos. Veo el fenómeno del Internet de forma similar, no lo podemos detener, el acceso a esta herramienta genera una igualdad de oportunidades para la humanidad pero, nuevamente, esto no quiere decir que todos vamos a buscar cómo mejorar nuestra vida gracias a la tecnología que tengamos a nuestro alcance.

Entre las industrias más olvidadas y renuentes al cambio se encuentra el sector financiero; y dentro del sector financiero, los seguros. La industria de los seguros es de las más antiguas del mundo. Las más grandes aseguradoras son instituciones que tienen más de 100 años en promedio, algunas casi 200 años operando. Son el primo renuente de las finanzas que se rehúsan a cambiar.

En esta época de desintermediación, gracias a tecnologías como el blockchain no podemos dar marcha atrás. Así como alguna vez la imprenta buscó quitar el monopolio de las ideas, creencias y la información a la Iglesia, ahora aparecen las criptomonedas y la tecnología del blockchain para arrebatarle el monopolio del dinero a las instituciones financieras.

El sector asegurador en México es de los que están más atrasados en temas de tecnología. En un país donde menos del 7 % de la población tiene seguro de gastos médicos mayores, es sumamente costoso tener este instrumento, y mantenerlo. Todas las aseguradoras del país operan con pérdidas en el ramo de salud, y obtienen sus ganancias en activos financieros que ocupan con las primas pagadas del colectivo.

Poco a poco, gracias a que la industria del seguro descubre que puede ocupar Internet para dar mejor servicio, se vislumbran algunas tendencias en el sector: fuerzas que están modificando la cadena de valor de la industria con el potencial de redefinir la estructura del mercado; agregadores en línea, y quitar a los asesores de seguros –la edad promedio de estos es de casi 53 años.

En México se ve todavía como una posibilidad distante, dado la poca cultura en el sector de salud, tanto de prevención como de seguro. No obstante, cada vez más, el seguro debería volverse un commodity; a nivel global hay una tendencia a ocupar el Internet de las cosas con la finalidad de tener información en tiempo real y poder hacer predicciones y cálculos actuariales más exactos. La tendencia es movernos hacia una cultura de multipólizas; es decir, deberían surgir empresas especializadas en el sector y no los grandes corporativos que tratan de hacer todo y tienen mal servicio en sus productos. La integración del sector podría ayudar a bajar los costos de las pólizas de salud y convertir el seguro en un producto alcanzable para los bolsillos de la mayoría de la población.

Empresas como Vitality Health tienen una app en la que promueven voluntariamente hacer un tracking del usuario sobre su estilo de vida –pasos que da en el día y demás–, con la finalidad de poder calcular costos más bajos en su seguro.

En México, estamos acostumbrados a ocupar tarjetas de crédito si tenemos una emergencia médica, y dejar la deuda en el buró de crédito por el resto de nuestros días. Por supuesto, esta alternativa crea vicios en el sistema financiero y demerita la calidad de vida de los mexicanos y la planeación financiera. Nos hace falta mucha innovación en el sector, y que aprenda adaptar los cambios tecnológicos.

Tenemos que encontrar una manera de fomentar la cultura de la prevención, y no buscar un seguro cuando estemos enfermos o nos empecemos a sentir mal, pues esto genera malas prácticas de parte de los agentes, el asegurado y la aseguradora con tal de buscar primas. El costo del seguro es tan alto porque pagan por todos los asegurados que están enfermos y no deberían de haber sido aceptados en un inicio.

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