¿Suerte? ¿Talento? ¿Oportunidad? ¿Oportunismo? ¿Carisma? ¿Innovación? El punto es que ni ellos mismos saben en qué momento de su vida les llegó la fama, los suscriptores y el dinero, pues hace menos de 15 años ese oficio que ahora desarrollan no existía y nadie lo imaginaba; llegó de la mano de ese tsunami digital que son las redes sociales. Se trata de los vloggers o youtubers o influencers o como quiera que se le llame a esa fauna millennial que domina con sus videos caseros los canales de YouTube, el sitio web creado en febrero de 2005 por tres ex empleados de la compañía de pagos y transferencias electrónicas PayPal, luego de que trataran de compartir los videos que grabaron en una fiesta.
Los mejores youtubers han sabido aprovechar, como pocos, muchas de las herramientas que ofrece la compañía filial de Google a sus usuarios para generar tráfico en los contenidos que estos suben periódicamente a la red social y llaman la atención de millones de personas en todo el mundo, ya sea por el tema que abordan, la forma en que lo dicen o el momento en que lo dan a conocer. Incluso podría ser una combinación de todo lo anterior, lo cual los ha convertido en los nuevos rockstars de la comunicación.
Muchas veces, las historias de vida de los youtubers son más interesantes que sus mismos videos, pues de otra forma nadie entendería como es que Yuya –una jovencita de 15 años con voz aniñada que decidió grabarse mientras se maquillaba, para ganar unas brochas en un concurso por Internet que organizaba una firma de cosméticos– se ha convertido no sólo en una de las vloggers más exitosas del mundo hispano con 18 millones de “guapuritas” (suscriptores) y videos con hasta 45 millones de reproducciones, sino en una auténtica marca registrada que lo mismo publica libros con consejos de belleza, inspira fragancias y perfumes, diseña ropa, imparte conferencias y, obviamente, vende cosméticos.
Pero el caso de Yuya no es el único, otras celebridades de YouTube son jóvenes que antes fueron ninis, adictos a los juegos de video, actores frustrados, comunicólogos desempleados y hasta futbolistas fracasados, que actualmente pueden generar ingresos, sólo por la reproducción de sus videos, hasta por 1 500 dólares al día. Es el caso de Rubén Doblas (El Rubius), Guillermo Díaz (Willyrex), Germán Garmendia (HolaSoyGermán), Cid Vela (Galatzia, su pinshi Diosa), Luis Fernando Flores (Fernanfloo) y los hermanos Gabriel y Alejandro Montiel (Werevertumorro y El Escorpión Dorado), entre muchos otros.
Ya hasta la colombiana Esperanza Gómez, la famosa actriz de películas para adultos, se ha convertido en vlogger que trata temas de sexualidad humana, valiéndose de situaciones que ella misma ha vivido dentro de la industria del cine porno. En su canal en YouTube la actriz invita al público a desinhibirse y a hacerle preguntas referentes a sus momentos de intimidad con la pareja, pues cree que esta es una forma de ayudar a la gente a disfrutar de su sexualidad en plenitud.
Finalmente, vale decir que la popularidad de los youtubers ha crecido tanto, que en los próximos días (10 y 11 de junio) se realizará en el auditorio Pepsi Center de la Ciudad de México el evento conocido como Club Media Fest, que es una suerte de convención de influencers y social artists (músicos, principalmente) que han surgido de subir sus videos a la red, en donde sus admiradores pueden convivir con ellos y verlos tocar en directo. Quien quita y alguno de los asistentes al Club Media Fest descubre que lleva una Yuya o un Werever por dentro.
*Periodista especializado en cultura.
@rogersegoviano.
