Por Aurélien Guilabert
Utilizado a finales del siglo XIX para calificar el conjunto de personas y países “franco hablantes”, la francofonía se ha convertido en un espacio de valores y diálogo, una esfera multicultural entre civilizaciones; una especie de unión en la diversidad, o como diría Emmanuel Macron, presidente de la República Francesa, “un bien común que une a los hombres más allá de los territorios”. Recientemente, el presidente francés lanzó un llamado a repensar la francofonía y superar la visión caduca postcolonial a fin de reflexionar hacia una nueva dinámica, aprovechando las políticas aislacionistas de los Estados Unidos o del Reino Unido.
La francofonía representa una red colaborativa, creada alrededor de una lengua materna común, con el fin de intensificar el acercamiento entre poblaciones bajo el lema del intercambio justo, mutuo y de la solidaridad humana.
Si bien este tipo de asociaciones emanó de la sociedad civil, especialmente del ámbito intelectual a principios del siglo XX con la Asociación de Escribanos de Idioma Francés o la Unión Internacional de Periodistas y de la Prensa de Idioma Francés, desde 1970 los países francófonos se fueron uniendo institucionalmente con el propósito de desarrollar una política de cooperación alrededor de la promoción lingüística francesa. La Organización Internacional de la Francofonía reúne hoy a 84 Estados miembros u observadores quienes, además de difundir el idioma y la diversidad cultural, se comprometen a promover la paz, la democracia y los valores de los derechos humanos; a apoyar la educación, la formación y la investigación, y a desarrollar la cooperación para el desarrollo sostenible.
En este sentido, cada dos años, la Cumbre de la Francofonía reúne a jefes de Estado y de Gobierno en el marco de una reunión de alto nivel durante la cual se fijan las prioridades en materia de cooperación multilateral. Sin embargo, la Organización no se queda a nivel de Gobierno estatal, también cuenta con una asociación de alcaldes francófonos, una agencia universitaria de la francofonía, una asamblea parlamentaria de la francofonía e incluso con un canal de televisión transmitido a nivel global: TV5MONDE. Cabe destacar también que desde 1993, la sociedad civil forma parte de dicha organización mediante el desarrollo de actividades de evaluación y diseño de propuestas.
El despertar de una nueva francofonía, aun desde un enfoque renovado multicultural, puede perfilar el fortalecimiento de la imagen de Francia en el mundo desde una visión de liderazgo en temáticas innovadoras progresistas, como lo ha sido la lucha contra el cambio climático. Además de las herramientas estratégicas en materia de soft power y democracia diplomática que caracterizan al país, la francofonía representa sin duda una oportunidad de crecimiento económico en materia de intercambios internacionales de un conglomerado que representa 16 % de la riqueza mundial. Con más de 274 millones de francófonos a nivel mundial, el quinto idioma más hablado y el tercero más usado en Wikipedia y Facebook, podría expandirse en los próximos años, especialmente gracias al crecimiento demográfico de los pueblos africanos, y al entusiasmo de cada vez más estudiantes latinoamericanos y chinos.
*Fundador de Espacio Progresista, A. C. Asesor en estrategias de políticas públicas, incidencia social y cooperación internacional.
@aurel_gt
