La candidata de Morena a la gubernatura del Estado de México no la tiene fácil. Navega a contracorriente y se enfrenta a verdaderos gatos salvajes. Tal vez tiene mañas ocultas de las que no nos hemos dado cuenta aún, pero quizá no.
Aunque para muchos que anhelaban que la izquierda fuera en alianza en las elecciones a gobernador en el Estado de México la esperanza murió antes que cualquier tipo de colaboración, los primeros sondeos de opinión no dejan mal parada a la candidata del partido de AMLO o Movimiento Regeneración Nacional (Morena), como es su nombre oficial.
Si quiere seguir en la competencia, e incluso arrebatarle una gubernatura histórica al Partido Revolucionario Institucional (PRI), necesita usar siete vidas y hasta las que no tiene para sobrevivir en lo que ya se vaticina como una campaña ruda en la cual nadie se salvará del baño de lodo.
Delfina tiene dos ventajas: una larga trayectoria en el sector magisterial, de mucho peso en el estado y es relativamente desconocida o al menos no tiene tantos escándalos como sus principales oponentes, Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional (PAN) y Alfredo del Mazo Maza (PRI).
La candidata de Morena puede escoger entre colocarse en los reflectores y dar una batalla abierta a sus oponentes –si es que tiene con qué– o hacer lo que hacía alguna minina que temporalmente estuvo en mi casa: siempre se escondía debajo de la cama a observar todos nuestros movimientos y esperaba a que pasáramos cerca para brincarnos encima y atacar por sorpresa.
Al gato le tomó mucho tiempo desaparecer algunos estigmas y poco a poco se abrió paso hasta estar en condiciones de darse un tú a tú en las preferencias por los perros. Delfina también va contra corriente porque no sólo compite en un estado que nunca ha sido gobernado por la oposición, sino que le toca vencer la idea de que si gana la izquierda en este país, nos vamos a ver como en Venezuela.
De alguna manera, de su estrategia y resultados dependerá el rumbo que tome la campaña a la presidencia de México de Andrés Manuel López Obrador. Y aunque ganara la elección, el paso que seguiría sería rendir buenos resultados en sus primeros meses de gobierno –previos a los comicios de 2018– porque si en su primer año cometiera errores, no faltará quien diga que es un ejemplo de la incapacidad de los gobiernos de izquierda –de por sí desacreditados por la gestión de Miguel Ángel Mancera en la capital mexicana.
Por supuesto tampoco faltará quien diga que fue la candidata de AMLO y si así van a estar sus funcionarios, pues mejor que no gane.
Ante este panorama, a la candidata de Morena para el gobierno mexiquense sólo le queda ser muy astuta, tratar de no perder los bigotes para que conserve su sentido de orientación y no dejar que nadie le meta el pie.
DharmaTip:
Cuando te sientas arrinconado, no actúes a la defensiva. Conserva la calma y adopta una actitud serena que despiste y desespere a tu enemigo. De lo contrario pondrás en marcha la llamada “ley del más fuerte” y quizá no te convenga.
@dharmaqueen1
