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Ogros filantrópicos

Por Rogelio Segoviano
27 de Febrero 2017
Rogelio Segoviano
Rogelio Segoviano

Si bien la fama ayuda a las celebridades a mejorar sus opciones de trabajo y a ganar más dinero, para algunas figuras implica también la oportunidad de hacer algo por quienes más lo necesitan y de contribuir con su granito de arena a fin de tratar de dejar un mundo mejor a las nuevas generaciones.

Hace unos días, por ejemplo, el actor de Hollywood Ashton Kutcher se reunió en el Capitolio, en Washington, con congresistas de Estados Unidos para tratar el tema de la esclavitud moderna y la explotación sexual en menores de edad. Y es que Kutcher, al igual que Ricky Martin, se ha convertido en un especialista en esos asuntos desde que en 2009 creó la Fundación Thorn, una organización que se dedica a combatir la explotación sexual infantil mediante la creación de software.

Quienes hayan visto el video de Kutcher con los congresistas, no podrán negar que se les hizo un nudo en la garganta cuando el actor relató que había sido testigo de redadas del FBI en las que había visto cosas que nadie debería ver. “He visto el video de una niña de la misma edad que mi hija (2 años) siendo violada por un estadounidense que estaba en Camboya de turismo sexual”, dijo el actor, quien aseguró que, como parte de su trabajo en la fundación, conoce a víctimas de Rusia, India y México.

Vale la pena señalar que la Fundación Thorn logró desarrollar una herramienta digital llamada Spotlight, que en poco tiempo ha logrado identificar a más de 6 000 personas víctimas de trata. Tan avanzado es este programa, que la misma oficina de Seguridad Nacional le ha solicitado ayuda para resolver una investigación relacionada con los abusos sexuales a una niña de 7 años sin que se pudiera hallar al culpable. “Éramos la última línea de defensa. Un actor y su fundación –dijo Kutcher, con lágrimas en los ojos–, pero no pudimos hacer nada. Durante los siguientes tres meses, tuve que acostarme cada noche pensando que esa niña seguía siendo víctima de abusos y que si hubiera creado el software correcto la hubiésemos podido salvar”.

Sin duda un trabajo por demás encomiable el de Kutcher y su fundación, así como el de otras celebridades que empeñan su nombre para ayudar a los demás, como Jennifer López, que cuenta con la Fundación Maribel para apoyar a mujeres y niños que no pueden pagar servicios médicos; Shakira, que tiene 20 años con la Fundación Pies Descalzos para mejorar las oportunidades educativas en los niños colombianos; Elton John, quien ha donado más de 350 millones de dólares para la investigación contra el sida; Oprah Winfrey, que tiene becadas a 400 estudiantes africanas; Juanes, que cuenta con la Fundación Mi Sangre para ayudar a las víctimas de las minas antipersonales; Maná, que se preocupa por el medio ambiente con la Fundación Selva Negra; Juan Luis Guerra, que creó la Fundación 4:40 para llevar medicinas a las zonas más necesitadas de Dominicana… Bueno, hasta Anahí, la primera dama de Chiapas, que creó una fundación para apoyar a las adolescentes con problemas de anorexia y bulimia.

Suena muy bien todo esto de las fundaciones y el trabajo filantrópico de las celebridades, sin embargo ojalá y todas sean tan nobles como la de Ashton Kutcher y resistan el paso del tiempo y de las auditorías, pues no vaya a ser que suceda lo mismo que con la Fundación ONE, de Bono, el cantante de U2: una investigación reveló que de los 15 millones de dólares que habían recaudado para obras de caridad, sólo se entregaron 184 000, pues lo demás se lo gastaron en sueldos, regalos y gastos de operación de la propia fundación.

 

*Periodista especializado en cultura

@rogersegoviano

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