Periodismo imprescindible Jueves 28 de Marzo 2024

Réquiem por una gallina

El Presidente , al referirse a Pemex, dijo: “Se nos acabó la gallina de los huevos de oro” sin embargo temo que equivocó el verbo, debió decir: “Matamos a la gallina de los huevos de oro”.
20 de Marzo 2017
Salvador Casanova
Salvador Casanova

POR Salvador Casanova

Hace 79 años que –un 18 de marzo– se anunció la expropiación petrolera. Fue un problema delicado, tanto, que el embajador de México en Washington al conocer la posibilidad dijo: “Si hay expropiación habrá cañonazos”. La decisión del presidente Cárdenas puso en juego el futuro de todos y fue meditada cuidadosamente. Pocos conocen la habilidad mediante la que los funcionarios mexicanos sortearon los vericuetos del conflicto.

El problema surgió porque las petroleras se negaban a dar prestaciones a sus obreros y evadían pagar impuestos mientras obtenían utilidades extraordinarias.

Los sindicatos petroleros se unieron, demandaron prestaciones y la corte se las concedió. Los patrones apelaron, la Suprema Corte falló a favor de los sindicatos. En respuesta, las compañías petroleras hicieron paro y desataron una crisis de desabasto.

Las petroleras inconformes eran 17, cuatro de holandeses y británicos, el resto de estadounidenses. Se formó un grupo para analizar la situación. Del estudio surgieron datos interesantes pues Hitler era el canciller alemán y su discurso anunciaba guerra. Si esto se daba la conflagración afectaría buena parte de Europa. Sin embargo lo más importante era que entre ingleses y holandeses controlaban 75 % del petróleo mexicano. Si la guerra estallaba y eran invadidos por los alemanes, el control de tres cuartas partes de la producción nacional de petróleo quedaría en manos de los germanos.

Los miembros del gabinete hilaron fino el tejido de la maniobra. Razonaron lo siguiente: una expropiación de la industria petrolera por el Gobierno de México permitiría arrebatar a Europa el control del energético sin comprometer a los yanquis ante los ingleses, que eran sus aliados, ni ante los holandeses, con quienes había intereses que cuidar. A los americanos les convenía que los europeos no tuvieran la posesión de nuestro petróleo; a los mexicanos, que no hubiera cañonazos. Para lograrlo se establecieron pláticas secretas con el presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, y se obtuvo una velada anuencia de este.

Los petroleros en México sabían que Cárdenas estaba arrinconado e ignoraban las conversaciones entre su gabinete y el Gobierno americano. Cárdenas ofreció soluciones prudentes pero los dueños del petróleo no las aceptaron. Cuando se reunieron para conciliar intereses, la burla se hizo presente y Cárdenas puso un hasta aquí arrebatándoles las concesiones. Fue un acto de patriotismo meditado, inteligente y visionario. Cuando estalló la guerra en Europa el pacto quedó sellado. Roosevelt actuó como un estadista; tomó el camino difícil, al sacrificar a las petroleras norteamericanas para asegurar el control de la partida y la ganó.

Después de expropiar, el gobierno federal dio prestaciones a los obreros, no obstante, al hacerlo descuidó la buena administración y dio beneficios en exceso. Para afianzar los beneficios, el sindicato se convirtió en cómplice del Gobierno y permitió que los funcionarios robaran a discreción.

Así, el costo del barril en México durante 2015 promedió los 23 dólares, de acuerdo con Emilio Lozoya (en ese entonces director de Petróleos Mexicanos, Pemex) el doble del costo en Colombia. Pero no sólo eso, sino que se permitió el robo descarado de combustible. Además Pemex financió los excesos del Gobierno al descuidar la reinversión para el mantenimiento y desarrollo del negocio más importante del país.

Hace un par de meses, el presidente de la República, al referirse a Pemex, dijo: “Se nos acabó la gallina de los huevos de oro” sin embargo temo que equivocó el verbo, pues debió decir: “Matamos a la gallina de los huevos de oro”.

La reforma energética devuelve el manejo de algunos rubros petroleros a la iniciativa privada. Es el mea culpa de una administración ineficiente que opta por el camino fácil de la tolerancia a la corrupción y el despilfarro, llevándonos una vez más de la riqueza a la bancarrota.

*Escritor, autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias.
@casanovatiempo

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