Periodismo imprescindible Viernes 29 de Marzo 2024

Una noche en 
la Gran Muralla

12 de Agosto 2018
No disponible
No disponible

Te imaginas que, bajo el argumento de realizar una impresionante campaña de promoción turística al mundo maya, una empresa extranjera hiciera un concurso a nivel mundial cuyo premio principal fuera pasar una noche en alguna de las cámaras de la Pirámide de Kukulkán, en la zona arqueológica de Chichén Itzá, así como si se tratara de un complejo hotelero de cinco estrellas. Seguramente la mayoría de los mexicanos pegaría el grito en el cielo y buscaría impedir que eso sucediera en defensa de nuestro patrimonio histórico y cultural.

Bueno, pues algo parecido ocurre ahora mismo en China. Resulta que la compañía estadounidense Airbnb, que mediante una aplicación digital ayuda a la gente a conseguir hospedaje turístico, casi en cualquier rincón del planeta, ha lanzado una promoción en la que sortea entre sus usuarios el pasar la noche en una de las atalayas de la Gran Muralla, el monumento nacional por excelencia en China.

De acuerdo con las bases, si ganan un concurso internacional que la compañía ha lanzado en sus once mayores mercados –China, EU, Gran Bretaña, India, Japón, Corea del Sur, Australia, Alemania, Italia, España y Francia–, ocho turistas tendrán la oportunidad de quedarse a dormir en la Gran Muralla de China, considerada una de las maravillas de la arquitectura antigua y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Con el propósito de alojarlos, se acondicionará temporalmente una atalaya del histórico monumento de 2 600 años de antigüedad, ubicada en la sección de Badaling (cerca de Pekín), que será convertida en una habitación doble, con una cama, decoración e iluminada por velas, aunque carente de electricidad, wifi, aire acondicionado y televisión.

De acuerdo con las leyes y reglamentos en el país oriental, no está prohibido a las personas pasar la noche en el recinto, y algunas compañías de turismo local incluso brindan paquetes para acampar, pero esta será la primera vez que se ofrezca algo similar, asegura Airbnb, que no considera estar haciendo nada ilegal ni en perjuicio del patrimonio cultural. De hecho, la idea del concurso fue el resultado de una sociedad entre la plataforma digital y la empresa estatal de turismo Beijing Badaling.

Lo que es un hecho, es que la polémica se ha desatado en China. Así, algunos grupos conservacionistas exigen al gobierno la protección del monumento histórico que se extiende entre las montañas por casi 21 000 kilómetros, bajo el argumento de que existe una prohibición para la construcción y remodelación en la Gran Muralla, excepto cuando  sea con miras a su conservación y bajo la supervisión de expertos.

En respuesta, Airbnb ha dicho que no se va a poner un solo clavo en el lugar, además de que no van a modificar ni a destruir nada, pues lo único que pretenden es fomentar el turismo hacia el país, mostrando la maravilla arquitectónica con la que cuentan, al tiempo que impulsan el respeto hacia sus monumentos y tradiciones.

“Proteger las reliquias históricas y culturales fue la intención original de nuestra actividad, y sigue siendo una consideración primordial. Queremos promover el simbolismo cultural y el significado de gran alcance de la Gran Muralla y llevarlo al mundo”, señala Airbnb en un comunicado, donde recuerda que si desean ganar el concurso, los usuarios deben presentar un breve ensayo en el que expresen por qué es importante para ellos derribar las barreras culturales. Por cierto, el premio incluye también un taller sobre conservación del patrimonio cultural.

Las razones de ambas partes parecen sólidas. El debate e intercambio de ideas serán, sin duda, claves para llegar al mejor arreglo.

*Periodista especializado en cultura.

@rogersegoviano

Recientes